Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Abordando la INseguridad ciudadana veraniega
Como todos los veranos, muchos ayuntamientos se ven obligados a reforzar sus plantillas policiales ante la falta de personal para poder atender el incremento de las necesidades de seguridad ciudadana durante las fiestas patronales o por al aumento poblacional en los municipios costeros.
Este año está siendo peor porque la Academia de Arkaute ha dejado agotar su bolsa de empleo, por lo que muchas plantillas de Policía Local están bajo mínimos, lo que está provocando problemas en forma de pérdida de derechos de los policías, lo que a su vez está llevando al hartazgo a algunas plantillas importantes, como la de Donostia.
El problema añadido es que los refuerzos policiales se siguen haciendo recurriendo a contrataciones que se sustentan en la precariedad laboral, como la interinidad, que no es la fórmula más barata ni necesariamente la mejor, pero sí parece que debe ser la más fácil para camuflar la insuficiencia de las plantillas, y, por lo tanto, la pésima gestión de los ayuntamientos y Arkaute en materia de personal.
Y esto, en un oficio como el policial, es una fuente de problemas para los policías “veteranos”, porque se encuentran con un “refuerzo” que en realidad les da más trabajo.
Es un problema para el ciudadano, al que no se le presta el servicio que se merece, porque le atienden policías que no solo carecen de medios y no han sido debidamente formados, sino que en muchas ocasiones desconocen absolutamente el municipio de destino
Porque además de las situaciones rutinarias del día a día que deben resolver, tienen que estar pendientes de ayudar a sus compañeros interinos, que ponen todo de su parte para intentar ser útiles, pero que no han sido dotados ni de medios ni de preparación para enfrentarse a situaciones complicadas.
No nos cansaremos de recordar que la Ley de Policía del País Vasco obliga a los policías a realizar hasta 36 meses de formación y prácticas, mientras que los interinos reciben un curso de una semana con el que la administración asume que ya están preparados para realizar todas las funciones policiales y enfrentarse a la INseguridad ciudadana. Si alguien le ve sentido, que nos lo explique.
También es un problema para el ciudadano, al que no se le presta el servicio que se merece, porque le atienden policías que no solo carecen de medios ni han sido debidamente formados, sino que en muchas ocasiones desconocen absolutamente el municipio al que han sido destinados, porque ni siquiera son de la zona.
Son cada vez más los ciudadanos que se quejan porque un policía les contesta con un “no sé, no soy de aquí” que produce sonrojo a todos, menos a los que se les llena la boca hablando de “policía de cercanía”.
Y esto además coincide con la cada vez mayor crispación social motivada por la pandemia de COVID-19, que hace que sea muy habitual que una sencilla intervención derive a la mínima en algo muy serio, o con el aumento de la violencia en los botellones, a los que en ocasiones solo acuden interinos, y que ya vemos últimamente en qué están derivando en muchas ocasiones.
El último despropósito está siendo contratar auxiliares para hacerlos pasar por policías, cuando sus funciones son limitadas y no pueden actuar ante requerimientos de cierta entidad, que son la mayoría.
Por cierto, que los policías no olvidamos que seguimos en nivel 4 de alerta antiterrorista… Pero como tantas veces, seguiremos clamando solos ante los responsables políticos y policiales del balneario vasco, donde nunca pasa nada… hasta que pase.
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