En las últimas décadas, profesionales y expertos en todo el mundo han previsto que debido a las nanotecnologías, las nuevas TICs, la globalización y otros factores, se puede dar en cualquier momento un cambio rápido y profundo que podría llamarse 'The Singularity' porque, como en los sistemas dinámicos, un pequeño cambio puede causar un gran efecto del que se desconocen sus consecuencias. Este cambio nos situaría en un contexto crítico muy incierto. Pues bien, pensamos que el cambio psico-social que estamos empezando a vivir como consecuencia de la pandemia del coronavirus, se le podría identificar con ese término 'singularity': un pequeño cambio en las proteínas de un microorganismo está impactando en todo el sistema social del mundo. Este impacto lo podemos observar a tres niveles:
Diversas investigaciones sobre el impacto en los niveles de ansiedad y depresión de la COVID-19, describen que más de un tercio de la población sufre de síntomas de ansiedad y depresión. También diversos estudios hacen prever que, tras la pandemia, el Síndrome de Stress Post-Traumático afectará a un alto porcentaje de personas. Consciente de este impacto, la Comisión Europea, el pasado 19 de Mayo, realizó una convocatoria de ayudas a la investigación sobre 'Impactos conductuales, sociales y económicos de la respuesta al brote epidémico', en la que se incide especialmente en la salud mental.
En todo caso, se observan ya comportamientos de afrontamiento positivo en algunos grupos sociales, que confirman la perspectiva evolucionista-darwinista de un cambio de paradigma en la evolución del pensamiento. Por ejemplo, considerando la cooperación y la ayuda mutua un principio tan importante como el de la competición. Por ello, como ya se observa, se valora más adecuadamente el apoyo familiar, de las personas con las que se cohabita y de la comunidad circundante. Se ha incrementado el amor por la vida familiar y comunitaria, y también se han mejorado las redes de amigos y las profesionales, combinando reuniones virtuales y presenciales cuando ya han empezado a ser posibles.
Todo ello necesitará de un contexto social adecuado, sin el cual los conflictos sociales y problemas, como la criminalidad y algunas desviaciones sociales, aumentará a niveles insostenibles. Hay que preveer también cambios a nivel regional, estatal e internacional que permitan un contexto social adecuado.
Por lo dicho, pensamos que las políticas de asistencia y promoción de la Salud Mental habrán de ser especialmente diseñadas e implementadas. También observamos que se generalizará la docencia por internet. Ya existía como objetivo en la mayoría de Universidades, pero se ha impuesto en la actual situación
La formación en sociología y políticas públicas debería desarrollarse desde la enseñanza secundaria hasta su implantación en todas las áreas de conocimiento académicas. La conciencia cívica, la responsabilidad, el compromiso, la confianza y la solidaridad, son cuestiones que han de ser sustentadas en un conocimiento sustancial y generalizado de los fenómenos sociales, la dinámica de las instituciones y el funcionamiento de las organizaciones tanto públicas como privadas.
Tiene que haber también un cambio cualitativo en la organización sanitaria y del sistema de producción, generalizando el uso de las nanotecnolgías, inteligencia artificial y tecnologías de la información. Se incrementará el trabajo on-line desde el domicilio, y habrá una mayor participación de los trabajadores en la toma de decisiones de las empresas y organizaciones.
Debemos preveer que se creará una organización sanitaria potente, dependiendo de la Organización Mundial de la Salud, para la prevención de las epidemias. Esta organización estará preparada para actuar cuando aparezcan nuevos virus u otros microorganismos, conteniendo su expansión, elaborando vacunas e investigando tratamientos efectivos. Ya hay un grupo de emergencionistas que trabajan con la OMS, pero que carece del potencial y recursos necesarios. El estudio de uno de estos grupos, recientemente, ya habían alertado del probable surgimiento de alguna pandemia como la actual.
El crecimiento de las desigualdades es insostenible y la demanda generalizada contra el mismo obligará a que el sistema de accionariado se democratice, fiscalizando adecuadamente las transacciones económicas, las grandes fortunas y el poder financiero. Se acabará generalizando el dinero virtual
El indicador del PIB deberá transformarse a la hora de valorar la situación de un país. Se incluirán en el mismo indicadores sobre el impacto del sistema de producción en el medio ambiente, así como indicadores sobre el sistema de salud y el bienestar percibido
Ya se está organizando y se consolidará una Federación Internacional de Personas Mayores que será miembro de las Naciones Unidas. Esta Federación extenderá la utilización de tecnologías, sistemas y logística que optimicen el bienestar de las personas mayores con eficiencia. Todos estos cambios que se enumeran en estas pinceladas, tienen que ir fijándose y materializándose, si queremos sacar algún provecho del cataclismo que ha producido un minúsculo microorganismo, el SARS-CoV-2, y estar preparados para futuras nuevas ondas pandémicas.
*J. Agustin Ozamiz es presidente Fundación UZTAI Fundazioa
*Anton Erkoreka, director del Museo Vasco de Historia de la Medicina (UPV/EHU)
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