En este día el Ararteko pide avanzar en el reconocimiento de derechos a las personas migrantes para que tengan una vida digna y que las fronteras no sirvan de excusa para dar un trato vejatorio y humillante a las personas.
Con motivo de la celebración mañana, del Día Internacional de la Persona Migrante, el Ararteko quiere mostrar su solidaridad a las personas migrantes y reiterar su compromiso en la defensa del carácter universal de los derechos humanos.
El aumento de las migraciones y la consideración de que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos llevó a la Asamblea General de las Naciones Unidas a proclamar este día y contribuir con ello al reconocimiento y defensa de los derechos de las personas migrantes. La migración es una aspiración del ser humano ante situaciones de dificultad; la pobreza, la violencia, los desastres naturales movilizan a las personas para lograr un futuro mejor, bien para ellas o para sus hijos/as. Las mujeres y los niños y niñas representan aproximadamente la mitad de las personas migrantes. Su situación de mayor vulnerabilidad exige políticas públicas, normativa y programas con perspectiva de género que combatan la violencia ‑incluidas la trata y la discriminación‑ y protejan a las mujeres que trabajan en tareas domésticas.
La Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce en la Declaración del Diálogo de Alto Nivel sobre la Migración Internacional y el Desarrollo http://www.un.org/es/comun/docs/?symbol=A/68/L.5 la contribución de las personas migrantes al desarrollo de los países de origen, tránsito y destino, así como los desafíos que implica el lograr que la migración sea segura, ordenada y con pleno respeto a los derechos humanos. En Euskadi, el Observatorio Vasco de Inmigración, Ikuspegi, ha elaborado recientemente un estudio sobre El impacto económico y demográfico de la inmigración extranjera en País Vasco http://www.ikuspegi-inmigracion.net/documentos/informes/impacto_economico/resumen_impacto_economico_ok.pdf. En él también concluye que el saldo de la aportación económica del colectivo de nacionalidad extranjera en la CAPV es positivo, tanto en el periodo de bonanza económica (2008) como en el de crisis (2012).
Para avanzar en el reconocimiento de los derechos de las personas migrantes es necesario que se reconozca como derecho humano fundamental dotado de protección el derecho a migrar y que se adopten convenios, tratados y convenciones, como es la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y sus familias http://www.ohchr.org/SP/ProfessionalInterest/Pages/CMW.aspx, que desgraciadamente muy pocos Estados han ratificado. Se necesitan nuevas medidas, mayor liderazgo del Grupo Mundial sobre Migración y de la Unión Europea, foros de debate como el Foro Mundial sobre Migración y Desarrollo, fondos y programas para evitar la catástrofe humanitaria y el dolor de tantas familias que los movimientos migratorios en el siglo XXI están implicando. La realidad de la migración internacional y el convencimiento de que es necesario dotar de mayor protección a las personas migrantes (con independencia de su origen, religión, o cultura) obligan a repensar los instrumentos internacionales necesarios. Nuestro mundo no puede ser solo una economía global, sino también una comunidad en la que se respeten los derechos y las aspiraciones de todas las personas.
En este día el Ararteko pide, además de la obligada acogida a las personas refugiadas sirias o de su entorno que huyen de un conflicto bélico en cumplimiento de la normativa sobre asilo y refugio, que se avance en el reconocimiento de derechos a las personas migrantes para que tengan derecho, desde el primer momento, a una vida digna y para que las fronteras no sirvan de excusa para dar un trato vejatorio y humillante a las personas.
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