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“Ninguno de los que están en las quinielas debería ser el próximo candidato del PSOE”

Luis Salvador, portavoz de 'Socialismo y Ciudadanía'.

Patricia Burgo Muñoz

Vitoria-Gasteiz —

Luis Salvador es senador por Granada desde 2004, pero ha acudido a Vitoria-Gasteiz en calidad de miembro de la plataforma 'Socialismo y ciudadanía', una iniciativa formada por socialistas críticos con el partido que trabajan por renovar su organización interna y dar más voz a los militantes de base. Salvador considera que la actual inacción de los dirigentes del PSOE está llevando al partido hacia un agujero.

Pregunta: Usted representa a una nueva corriente dentro del PSOE que trabaja por renovar los órganos internos del partido. ¿Cree que la ciudadanía lo ve como un enfrentamiento necesario para avanzar, o como una crisis interna dentro de su partido?

Respuesta: Ni como forma de avanzar ni como crisis, lo veo como una realidad que existe hoy en la sociedad. Se está viendo que cuando la política deja vacíos que no ocupa, los ciudadanos los ocupan directamente. Y dentro del PSOE, en cuadros dirigentes a todos los niveles, hay cosas que no están ocupando, y son las propias bases y los propios militantes quienes también organizadamente, como ‘Socialismo y Ciudadanía’ y otras casi 300 plataformas lo están ocupando.

P: ¿No estaban de alguna manera hasta ahora los militantes de base, y también los ciudadanos, anestesiados por la bonanza económica, y ha sido la crisis y la pérdida de bienestar la que ha hecho ver lo que no funciona en los partidos políticos?

R: Si a los ciudadanos les dicen que la solución a sus problemas no está en España, si no que está en la Unión Europea, que no está en su Comunidad Autónoma, si no que son los recortes que le obliga a hacer el Gobierno de España, y todo el mundo va pasando la pelota de un tejado para otro, pues los ciudadanos que son los que soportan finalmente los problemas, dicen: “aquí hay que hacer algo”. Como los partidos han perdido credibilidad, los ciudadanos han empezado a organizarse. Inicialmente en mareas ciudadanas de todo tipo, reivindicando sectorialmente lo que creen que es defender mejor sus intereses, y de aquí vendrá seguro la formación incluso de formaciones políticas de una parte de todos estos movimientos. Entonces o cambian las estructuras tradicionales de los partidos, que están en crisis, y atienden a esta nueva realidad, o se convertirán en instrumentos obsoletos que los ciudadanos dejarán de lado.

P: ¿Y en qué punto se encuentra el PSOE?

R: Lleva un tiempo en el que está adormecido y está parado, y por eso digo que ante todos estos cambios que se han producido, el partido sin embargo sigue manteniendo las mismas estructuras y modelo de funcionamiento que existían en el siglo XX, cuando ya llevamos vivido un 13% del siglo XXI. Hoy los ciudadanos demandan otra cosa a los partidos políticos, y el PSOE y el propio PP, que ha perdido un 50% en fidelidad de voto solamente en unos meses, están en estos momentos desbordados por la propia realidad.

P: ¿Y en esta reivindicación se sienten escuchados dentro del partido?

R: En el partido únicamente se escuchan los sonidos del silencio, como Simon & Garfunkel. ¿Alguien escucha a algún barón del PSOE desde hace algunos meses decir algo, hacer algún análisis, hacer algún diagnóstico, hacer alguna aportación sobre qué habría que hacer para mejorar la política? No. Todos los aparatos del partido de golpe, incluso los barones que tradicionalmente más hablaban, como Tomás Gómez u otros, que antes se les oía permanentemente, ahora ya se callan. ¿Por qué? Porque ha habido un acuerdo que es: para que todo quede igual, en primer lugar preservemos el sistema, que es la muerte del propio PSOE. Y ante ese silencio solo queda que los militantes y que otras voces se organicen y digan, pública, interna y externamente, hacia dónde debería de ir el partido, y si debería ser un instrumento de transformación de la sociedad. Y ese es el choque que se está produciendo en la organización.

O sea, resistencias al cambio de la élite que además dirige y controla el partido y está marcando las reglas y ninguna reivindicación de hacia donde tienen que ir las cosas, y denuncia de que si eso no se produce, el PSOE corre el riesgo de convertirse en irrelevante después de 134 años de historia.

P: En el manifiesto ‘Socialismo y Ciudadanía’ una de las autocríticas que hacen es que el PSOE ha cometido errores como aplicar una política neoliberal. ¿Eso quiere decir que se ha escorado hacia la derecha?

R: Cuando la ciudadanía no entiende que se está haciendo desde un ámbito político, algo se está haciendo mal. Y eso está sucediendo cotidianamente desde el final de la etapa de Zapatero y desde toda la etapa de Mariano Rajoy al frente del Gobierno. Los ciudadanos no entienden por qué se toman determinadas decisiones, cuando se explican esas decisiones las entienden todavía menos, y por tanto los propios ciudadanos se están organizando para hacer sus propios diagnósticos en base a la sociedad civil. Si no partimos de la autocrítica de lo que no funciona, si no partimos de la humildad, si no hacemos propuestas de ir con los tiempos y no entendemos que la ciudadanía tiene mucho que aportar en la toma de decisiones a los problemas que les afectan, no estaremos entendiendo nada de lo que realmente debe representar el cambio político en la actualidad.

Estamos en un momento en el que la política no da respuesta a los problemas que tiene una sociedad y estamos enrocados en luchas numantinas, simplemente por mantener unas estructuras que mantengan las estructuras de poder y las personas que están en ellas.

P: ¿A su juicio, quién debería ser el candidato del PSOE en las próximas elecciones generales?

R: Ninguna de las personas que están en las quinielas. Porque no hemos escuchado en los últimos meses a ninguna de las personas que están en las quinielas, hacer ningún diagnóstico individual de cuáles son los problemas de este país, ni entender cuáles son sus soluciones o sus propuestas. Por lo tanto, si no tienen nada que ofrecer, ni nada que plantear, durante momento de crisis como los actuales, ni interna ni externamente, no vamos a esperar que nos convenzan en unas primarias para tener el voto, y luego como con Rajoy, no saber si cuando lleguen las circunstancias nos van a permitir o no desarrollar el programa electoral.

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