El agua, nuestro futuro

La agricultura del futuro será con agua o no será. Creo que el horizonte del sector agrario se diseña con dos elementos: el agua y la biotecnología.

Respecto a la primera, puede parecer que, en este planeta disponemos de mucha agua, pero no toda es aprovechable: de los 1.400 millones de km3, gota arriba gota abajo, solo un 3% es dulce y de esta solo un 0,04% está disponible. El agua es un recurso escaso y que será determinante, estratégica, y primordial. Distinguiendo el nivel de desarrollo de una zona en función de su disponibilidad en cantidad y calidad. Por eso hay que manejarla y usarla con mimo.

El regadío es fundamental para nuestra región; y un par de datos lo demuestran: solo ocupando el 18% de la superficie cultivable genera el más del 60% de la producción final vegetal; y que una hectáreas de regadío produce, de media, 7 veces que una de secano.

En Extremadura la superficie regable alcanza casi a las 256.000 Has (63% Guadiana y 37% Tajo), lo que significa aproximadamente un 7% del total del regadío nacional. Nuestra capacidad de embalse es de 10.585 Hm3. Sin duda, el agua es uno de nuestros principales activos.

Periódicamente el Ministerio de Agricultura realiza la encuesta sobre superficie y rendimientos de cultivos (ESRYCE). En ella, mezclando herramientas estadísticas y trabajo de campo, se obtienen datos sobre el uso del suelo y rendimientos agrarios. Particularmente interesante, de estos trabajos, es la información referida a los tipos de cubierta del suelo y a los distintos tipos de riego.

Según este estudio, referido a 2014, el peso del riego por gravedad, aspersión, automotriz (pivot) y localizado (goteo) a nivel nacional y regional es el siguiente, en porcentaje de superficie regada

ESPAÑA EXTREMADURA

Gravedad 27,36 38,05

Aspersión 15,48 12,00

Automotriz 8,44 6,38

Localizado 48,72 43,57

En Extremadura, es la primera vez que el riego localizado se sitúa a la cabeza, mostrando claramente la apuesta de los agricultores por el ahorro de agua y reducción de gastos. Además, mientras el riego por gravedad, aspersión y automotriz se mantienen, más o menos, en las mismas cifras; el riego localizado muestra una tendencia claramente ascendente.

Igualmente interesante es observar la evolución de los distintos modelos durante los últimos diez años:

La evolución de estos modelos entre el 2004 y el 2014, en porcentaje

ESPAÑA EXTREMADURA

Gravedad -9,42 -6,66

Aspersión 10,58 1,01

Automotriz 12,97 11,80

Localizado 16,68 49,03

Se observa unas tendencias similares en la evolución del riego por gravedad y automotriz. Mientras que hay una mayor expansión de la aspersión en España, y un crecimiento, muy significativo, del riego localizado en Extremadura; principalmente protagonizado por olivar y viñedo.

Hay, por tanto, que continuar con el trabajo de modernizar el regadío. El camino es buscar el óptimo uso del agua que va desde el conocimiento de las necesidades del cultivo, de las características del suelo y naturalmente buscar la máxima eficiencia en el sistema de riego., como indica la Directiva marco del agua (donde, en ámbitos agrarios, se prioriza los objetivos dirigidos a fomentar tecnologías dirigidas a mejorar la eficacia en el riego y evitar o reducir contaminaciones)

Tenemos que concienciarnos que es un bien escaso y por lo tanto será caro, de ahí el interés en mimar su consumo y mejorar la eficacia de los sistemas que la usan: reducir las pérdidas en los sistemas de conducción, información a los regantes sobre las necesidades de sus cultivos, fomento del ahorro entre los regantes y fomento de las nuevas tecnologías para el regadío.