Apelan a la protección como refugiado de un vecino de Cáceres para evitar su expulsión a Mali
- Han entregado más de 139.000 firmas en la Subdelegación del Gobierno solicitando que se anule la expulsión de Moumine Kone
La defensa de Moumine Kone ha apelado a la protección internacional en calidad de refugiado del maliense para evitar la expulsión de este vecino cacereño que reside en España desde hace nueve años.
Argumentan que espera próximamente un hijo con su pareja española, “tiene motivos suficientes para acreditarla y beneficiarse de ella”. Moumine Kone, natural de Mali, ha entregado este martes 139.000 firmas en la sede de la Subdelegación del Gobierno cacereña, acompañado de su abogado Antonio Luis Díez y su pareja española, con la que será padre en unos meses.
Firmas logradas a través de la plataforma Change.org para solicitar que paralicen su orden de expulsión de España, que le comunicaron el pasado 8 de junio.
Asilo de refugiado
Su abogado ha registrado un recurso de reposición dirigido a la Comisión Interministerial de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior, con el objetivo de paralizar esa expulsión antes de iniciar un proceso contencioso-administrativo.
“La fundamentación jurídica que contiene la resolución de Interior es errónea, porque se basa en un informe de a ACNUR del año 2014 que ha devenido obsoleto”, ha explicado Díez. Según el abogado hay informes posteriores de la ONU que establecen el conflicto bélico que se vive actualmente en Mali. Y por eso “como mínimo merece una protección subsidiaria e internacional”.
Apuntan a la discriminación que Kone sufría en su país de origen, originada por “su aconfesionalidad, ya que no participaba de los ritos de la religión musulmana”. “Y esto provocó que lo mantuviera apartado en su país, le denegaran la comida e incluso llegaron a venderlo como esclavo”.
Durante los años que Kote ha residido en España ha tenido un asesoramiento legal que “deja bastante que desear”, por lo que “no ha conseguido regularizar los papeles en este tiempo”. Por su parte, Kote ha considerado “injusto” este procedimiento, ya que -dice- toda su vida está en Cáceres.
“No tengo ya familia en Mali y en unos meses seré padre con mi pareja española”. Kote arribó a España en patera y desde entonces ha residido aquí. “Trabajaba como cuidador de ancianos, cotizando a la Seguridad Social, y ahora me he quedado sin empleo”.
Llegó a Cáceres en 2008 de manera irregular y en 2009 le detuvieron cuando iba a cruzar un paso de cebra. Al no tener documentación le interpusieron una orden de expulsión del país.
El maliense solicitó el asilo político, por lo que la orden de expulsión se paralizó hasta que el pasado 8 de junio Interior le denegó dicho asilo. Ahora la orden de expulsión vuelve a estar en vigor y el Ministerio resolverá el recurso interpuesto por su abogado en el plazo de cuatro días.