El escritor extremeño Jesús Carrasco aborda la naturaleza, el Quijote y su locura en Jerusalén
El autor extremeño Jesús Carrasco, Premio de Literatura de la Unión Europea 2016, aborda estos días la naturaleza en los escritos literarios y la locura y obsesión del Quijote, en el marco del Festival de Escritores de Jerusalén.
Carrasco, (Olivenza, Badajoz, 1972) es uno de los invitados al festival jerosolimitano que cumple su quinta edición y que se ha consolidado en los últimos años como uno de los principales eventos culturales y literarios de Israel, donde se dan cita decenas de autores internacionales y locales.
El novelista tuvo ocasión de participar en un coloquio al inaugurarse el miércoles este escaparate literario junto al colombiano Juan Gabriel Vásquez, y la poetisa y traductora al hebreo de su primera novela, Tal Nitzán. El hilo conductor fue la locura y obsesión del Quijote en la literatura contemporánea, “y a partir de ahí en nuestras propias obras”, explicó en una entrevista con Efe.
El sábado, penúltima jornada del festival, interviene en otra conversación con el escritor israelí Meir Shalev, en este caso, sobre la naturaleza humana y en la literatura, partiendo de la base que las obras de ambos suelen tener el denominador común de contar “con una presencia importante de la naturaleza”. Suele huir de etiquetas y de los que le encasillan en el género del “neorruralismo”.
“En mi caso, no es una elección estética el hecho de narrar la meseta, o desde esta visión hacia lo natural o hacia lo rural, es casi una obligación”, comenta al subrayar que ha vivido dos décadas, quizá la parte más importante de su vida en una “España rural, vacía, muy árida, muy inclemente”.
“Mi vida entera está marcada por ese origen y ese periodo. Y también porque tiene algo que es esencial. Todos tenemos relación con algún lugar y a todos nos ha configurado el hecho de haber pertenecido a un sitio”, refiere en una región, donde espacio y territorio juegan un papel crucial.
Varios renocimientos
Tras el éxito de su obra novel “Intemperie”, una de las más recomendadas de 2013, traducida a varios idiomas (incluido el hebreo) y con gran éxito editorial en Europa, a la par que en España de la mano del sello Seix Barral, le ha seguido recientemente el de “La tierra que pisamos”, que le ha valido el reconocimiento literario europeo.
“Este premio va a ser un impulso fuerte”, reconoce, al referir que gracias a ese galardón la Unión Europea facilita o subvenciona su traducción a las lenguas de la unión. De momento, espera lograr que sus editores en Tel Aviv apuesten por este nuevo título, con esta, su primera visita al país.
En una región, de la que confiesa “tener una opinión confusa de tierra y territorio, porque la situación es confusa”, cree sentir algo que no había percibido en ningún otro lugar del planeta. Nada más llegar a Israel Carrasco se muestra prudente y no se atreve a ahondar en la situación política regional, pero le llama la atención el hecho de que, “al venir aquí desde Tel Aviv” atravesó “un corredor que pertenecía a un territorio diferente, de otro país que es Palestina”.
Se refiere a una carretera que dispone de un tramo que transcurre por territorio palestino y del que se ha percatado al reconocer alambradas, muros y fuerzas israelíes armadas en puestos de control. “Desde el punto de vista esencial o humano aquí se pone de manifiesto casi más que en ningún lugar esa fuerza del territorio para confirmar o configurar la identidad de las personas y de los colectivos”, sostiene.
Afincado en Sevilla, Carrasco estudió Educación Física y trabajó como publicista durante años, antes de dedicarse de lleno a la escritura, labor para la que cree que debe primar la honestidad. “Creo que para ser un buen escritor hay que ser honesto en primer lugar, es decir, comprometerte con tu trabajo y tratar de sacar lo mejor de ti.
Llegar a la editorial con el mejor manuscrito posible“. argumenta. De su periplo por los festivales literarios lo que más le gusta es el ”encuentro con los autores“, y bajo un imponente marco frente a las murallas de la vieja Jerusalén podrá hacerlo con escritores de la talla del irlandés de Colum McCann o el israelí David Grossman.