El placer por la lectura también se cultiva en las bibliotecas de la Extremadura rural
Las bibliotecas son verdaderos centros de la cultura viva. Abrir sus puertas a toda la ciudadanía, sin importar edad o formación, es el reto en el que trabaja desde hace dos décadas la Asociación de Gestores Culturales de Extremadura.
Lo hacen por los municipios extremeños, sin importar su tamaño. Desde allí animan a toda la ciudadanía a traspasar puertas y ventanas y descubrir todo un mundo de posibilidades. Trabajan a través de talleres y diferentes actividades para niños, jóvenes y adultos. Las campañas del fomento a la lectura se desarrollan en las dos provincias, tanto en Cáceres como en Badajoz, con la financiación de las diputaciones.
La Asociación de Gestores Culturales de Extremadura anima a las gentes del mundo rural a descubrir cuáles son los títulos que les 'enganchan'. Porque la lectura debe ser un acto voluntario y agradable.
Es una ceremonia al alcance de todos, que ocurre cuando el paisano acude a su biblioteca. En ese momento algo ha cambiado. Ha descubierto que el templo de los libros está a su disposición. En su pueblo, a la vuelta de la esquina.
Comenta Ana Toro, técnica de la Asociación de Gestores Culturales, cómo es necesario derribar el mito que piensa que la juventud no lee. “Sí lo hacen, pero de otra manera. Nuestro trabajo consiste en darles sus propios códigos, sus propias lecturas”.
El fin último, que terminen amando los libros. Y con ese objetivo no solo trabajan con jóvenes, también con personas de todas las edades.
Es un giro de visión. Supone entender que para gustos, los colores. Pero que todas las lecturas son válidas, porque detrás de ellas está el hábito por la lectura. Comenta la técnico que la lectura es un acto revolucionario en sí. Porque quien lee más, tiene una mente más activa, y por lo tanto es una persona más sana.
Además se crean sociedades más libres y más felices, se fomenta el autoconocimiento. Se crean sociedades más críticas. “Leer es terapéutico, cura y permite socializarse”.
La campaña
La campaña de animación a la lectura recibe dos nombres diferentes: 'Tesoros de Papel' en la provincia de Cáceres, y 'Caminos de Tinta y papel' en la de Badajoz.
Miles de personas han pasado por estos talleres. La usuaria de mayor edad fue una señora de 103 años en Arroyomolinos. También han compartido mesa hasta cuatro generaciones enteras: desde la bisabuela a la niña pequeña en Botija.
Han batido récords en algunos de los pequeños pueblos, con una asistencia masiva que les ha obligado a colgar el cartel de ‘completo’ y a repetir el taller.
Los talleres
Las dinámicas son diferentes y van desde talleres de escritura creativa en torno a personajes de diferentes obras hasta lecturas compartidas. También pequeñas representaciones teatrales, donde se refuerzan los conceptos que han sido abordados.
En esta ocasión han sido representaciones de pequeño formato que simulan el encuentro entre Gloria Fuertes y Miguel Hernández. Ambos mantienen una conversación en la que hablan de cambiar el mundo a través de la escritura.
Para los pequeños de la casa
En el caso de los talleres para los más pequeños se han diseñado actividades de lectura en familia, con el objetivo de que los libros también se ‘cuelen’ en las casas y formen parte de la vida cotidiana del hogar.
Desde la asociación de gestores culturales explican que en las aulas los menores pueden conocer las técnicas de lectura, pero el hábito lector ha de inculcarse en casa. “Es un comportamiento que se adquiere, el amor a los libros se cultiva, de manera gradual, y en esto los padres y madres tienen mucho que decir”.
Se trabaja con el cuento, una excelente herramienta pedagógica que educa la atención y el aprendizaje. Los cuentos transmiten valores positivos, enriquecen el lenguaje y facilitan las relaciones intergeneracionales en casa, entre mayores y pequeños.
Además comenta que con una eficaz herramienta para contrarrestar la falta de atención, y fomentan ese contacto cada veza más alejado entre generaciones.
'Enganchar' a la juventud
También hay talleres para jóvenes. Un público que se ha criado con las nuevas tecnologías, que sigue a ‘youtubers’ a través de las redes o que leen sagas y otros fenómenos sociales. Los gestores culturales son conscientes de ello y en sus talleres muestran todo un mundo de experiencias, con su propio lenguaje.
En este proceso han identificado cómo las bibliotecas se han adaptado al público adulto e infantil. Pero no a estos jóvenes, que no encuentran allí su propio espacio y su propio modo de entender la lectura en muchas ocasiones.
Con la tercera edad
Por otro lado se hacen actividades con mayores. Se trata de una generación muy participativa, muy expectante, y con ellos se trabaja la lectura compartida. La idea es 'enganchar' a personas con poco hábito lector, que participen. De manera que se está fomentan el apoyo mutuo y e proceso termina siendo una gran experiencia.
Es además un proceso donde los mayores muestran todo su acervo y su sabiduría a los más jóvenes. Surgen momentos mágicos, en los que comienzan a recitar sus romances y toda la rica tradición oral de sus localidades. En un acto muy placentero, “un placer colectivo”.
