Suripanta se ríe y hace reír con la tragedia clásica en su estreno en Mérida

La compañía extremeña “Suripanta”, que este año cumple 30 años, ha demostrado en su estreno en el Festival de Mérida que es posible reirse y hacer reír con la tragedia clásica, con la puesta en escena de “Los Pelópidas”, basada en el texto del alicantino Jorge Llopis, en versión del extremeño Florián Recio.

“Dar una vuelta a las tragedias clásicas”, ese era el objetivo de inicio de los ocho actores que componen el elenco dirigido por Esteve Ferrer, un objetivo que han logrado a tenor de la respuesta que han tenido de los más de 2.000 espectadores que se han dado cita esta noche y que no han escatimado en risas y aplausos al final.

“Los Pelópidas” es el penúltimo montaje de la presente edición del Festival de Mérida y estará en cartel hasta el próximo domingo, para ceder después el testigo a “Marco Aurelio” (del 24 al 28), una producción también con “sello extremeño”, que se encargará de poner el broche final.

La trama gira en torno al regreso de incógnito de Antrax, rey de Tebas, a su tierra tras muchos años guerreando, que encuentra a su ciudad y a su pueblo en la más total de la ruina, y a su querida esposa Elektra en brazos de otro, que además ha usurpado su trono y gobierna con manifiesta incompetencia.

El texto de Jorge Llopis, que este año cumple los 50 años de su estreno y que nunca había sido representado en Mérida, recrea en verso una revisión de los dramas griegos a través de la sátira, la ironía y la burla constante, en la que Florian Recio pone el toque de actualidad.

Por ello, no faltan alusiones a la posibilidad de que se celebren “terceros comicios”, el “y tu más” cuando se aborda la corrupción política, la realización de escraches ante la casa del rey usurpador “Phideos” o gritos como “Tebas mañana será republicana”.

En “Los Pelópidas” todo elenco cumple con el objetivo de “llevar al exceso hasta tornarlo en burlesco lo que conlleva la tragedia clásica, desde la aparición en escena del dios Zeus que quiere ayudar a Antrax a recuperar el trono y que más parece una cantante de opereta, a la propia Elektra, cual folclórica que convierte en copla sus lamentos.

Cuando parece que todo se soluciona y Antrax recupera el trono y da muerte al rey usurpador, la aparición de un “pesado mensajero” lo complicará todo, ya que irá desvelando situaciones y secretos que ponen de manifiesto como nuestros protagonistas han vivido incestos y han asesinado a miembros de su familia sin saberlo.

Antrax culpa a los autores clásicos de estas desgracias y de su trágica existencia por haber nacido en la antigüedad “cuando a mi lo que me hubiera gustado es ser de la Edad Media”, afirma.

“Me importan un higo los clásicos y los versionistas”, clama Antrax al final, desesperado por tanta tragedia, que es acompañado por el resto del elenco, que hace extensiva su critica a todos los autores que a lo largo de la historia se han basado en los clásicos para escribir sus obras