Gran pitada frente a residencia del presidente de la Junta contra la privatización de Canal Extremadura
Atados de manos y con la boca sellada. Así han protestado más de un centenar de trabajadores de Canal Extremadura TV y radio a las puertas de la residencia del presidente de la Junta en Mérida.
Se han echado a la calle en la primera huelga de 24 horas en la historia del ente autonómico, después de otro paro parcial de dos horas la semana pasada. Protestan por la privatización de los informativos, con más de la mitad de estos servicios en manos de productoras privadas, y contra la manipulación informativa.
Su intención era hacerlo a las puertas de la Asamblea, con motivo del debate de los presupuestos regionales del próximo año en sesión plenaria. Pero la Delegación del Gobierno no les ha dado permiso y se han trasladado a la puerta de la casa del presidente, rodeados de un cordón policial.
Según los datos del comité de empresa, una parte importante de los trabajadores ha hecho huelga, aunque los servicios mínimos establecidos para hoy superan el 30 por ciento. A ello se une el elevado número de profesionales que componen una redacción paralela, y que trabajan a través de las productoras privadas.
Arropados por trabajadores de otras cadenas públicas
Los trabajadores han estado arropados por representantes del comité de empresa de Telemadrid y Canal Sur, así como por miembros de los Campamentos Dignidad, los sindicatos CCOO y C-SIF, y miembros de IU y Podemos, entre otros.
En la protesta han portado una pancarta de grandes dimensiones con el lema “Ni privatización, ni manipulación”, y se han podido escuchar gritos como “Maesso, escucha, el canal está en la lucha” o “Quiero una tele donde digan la verdad”.
Los manifestantes han aplicado la ironía y han sacado pequeñas golosinas en forma de plátano, en alusión a los viajes de José Antonio Monago con dinero público a Canarias, y a la cobertura que el ente público ha hecho de estas informaciones.
También han hecho lectura de un manifiesto en el que han mostrado su rechazo a un modelo de privatización de un servicio público, a una gestión comercial del ente, que sirva al mismo tiempo a fines políticos. Los trabajadores han rechazado también cualquier uso político a sus reivindicaciones, que según han puesto de manifiesto pasan por pedir una información de calidad y un radio y televisión públicas independientes y de calidad.