Más del 11% de los hogares extremeños no puede mantener su vivienda a una temperatura óptima
El invierno que acaba de empezar supone un incremento del gasto en energía por la calefacción en los hogares, pero solo en algunos, aquellos que se lo pueden permitir. El 11,8 por ciento de los extremeños no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada.
Este porcentaje, relativo a 2017 -últimos datos del INE-, representa un incremento del 15,6 por ciento respecto a 2012, cuando los hogares extremeños en esta situación se cifraban en el 10,2 por ciento.
Desde 2016 Extremadura cuenta con una Ley de Medidas Extraordinarias contra la Exclusión Social. Recoge acciones dirigidas a asegurar el acceso a unos mínimos vitales de energía y agua a las personas vulnerables, cuya gestión y tramitación está adscrita a los ayuntamientos a través de convocatorias. Se garantiza el derecho a tener cubierto el suministro de 100 litros de agua potable al día y 6 kw/hora al día de consumo eléctrico.
Beneficiarios de las ayudas
Para acceder a estas ayudas es necesario estar empadronado en alguno de los municipios extremeños con una antigüedad de seis meses. También carecer de rentas o ingresos suficientes, en los términos que se establezcan reglamentariamente, y no haber recibido ningún miembro de la unidad de convivencia ayudas públicas o privadas para el pago de los mismos conceptos, informa la Agencia Efe.
De cara al próximo año el Gobierno regional ha autorizado la convocatoria de las subvenciones a los municipios para financiar las ayudas para suministros mínimos vitales (agua, electricidad y gas), con un presupuesto de 4,6 millones de euros.
Datos nacionales
En el conjunto del país más de un 8 por ciento de los hogares no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada. Eso sin contar otros gastos energéticos, como el agua caliente o la cocina. Por eso, muchas comunidades autónomas tienen ya en marcha ayudas o cuentan con legislación específica para paliar posibles situaciones de pobreza energética.
El Gobierno aprobó en octubre un bono social térmico, una ayuda directa para que los hogares vulnerables puedan hacer frente a estos gastos. La medida depende de la cantidad que se consigne cada año en los Presupuestos Generales del Estado, un proyecto que aún no está aprobado para 2019.
A nivel nacional la salida de la crisis ha supuesto una ligera mejora en la situación de los hogares que no pueden mantener la vivienda a una temperatura adecuada, al pasar de un 9 por ciento en 2012 a un 8,3 el año pasado
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