La precariedad como forma de vida: los contratos de formación para jóvenes se triplicaron con Monago
Un sueldo de miniatura (75 por ciento del salario mínimo interprofesional) y un contrato de hasta tres años. Las horas de formación, a cargo de la empresa, que en ocasiones ‘olvida’ esta parte y emplea al joven a jornada completa.
Esta es la imagen que dibuja el sindicato CCOO del contrato de formación entre los jóvenes extremeños. Lo que comenzó siendo una alternativa para inculcar un oficio, ha terminado siendo uno de los sistemas de contratación más habituales. El motivo, que asegura mano de obra barata, que con el tiempo suple un puesto de trabajo.
Casi 7.000 jóvenes con este contrato
Si en 2011 esta modalidad ocupaba a 2.481 menores de 30, la cifra se disparó en 2014 hasta los 6.726. Lo cierto es que las listas del paro juvenil rozan la del 60 por ciento – sí, ha leído bien, el sesenta por ciento--, mientras que los contratos de formación han crecido como la espuma en Extremadura.
Para Miguel Coque, de Comisiones Obreras, hay una única lectura de las cifras: “tienen a jóvenes trabajando, cobrando una miseria, ahorrándose el cien por ciento de las cotizaciones a la Seguridad Social (están bonificadas), y encima recibiendo subvenciones”.
La reforma laboral posibilitó estas condiciones, bajo las que se esconde un halo de precariedad en toda regla. Pasados los tres años, y hasta que el empleado cumpla los 30, puede volver a ser contratado en prácticas, cambiando tan solo la modalidad profesional con la que se le inscribe. Así, en bucle, y sin un aparente control de la administración.
“Estamos precarizando legalmente la esclavitud. Estos contratos no han sido vigilados en Extremadura, han sido dejados a la mano de Dios, y la prueba queda reflejada en su rápida expansión”, lamenta el dirigente sindical.
El contrato temporal
El otro modelo de contrato de moda entre los jóvenes extremeños, es el temporal. De hecho, hasta el 90 por ciento de los contratos que se hacen en la región son de esta modalidad. “Y todos sabemos, que en la práctica, el empleado a jornada parcial termina echando más horas”.