Luna, un ejemplar de lince soltada en Extremadura, empeñada en vivir en la Mancha
Luna, una hembra de lince ibérico liberada el pasado mes de febrero en el Valle de Matachel (Badajoz) en el marco del proyecto Life+Iberlince, se ha empeñado en vivir en Castilla-La Mancha adonde ha regresado por segunda vez desde el lugar de su suelta.
Como sus hermanos Kan, Kendo y el recientemente fallecido en las proximidades de Oporto, Kentaro, Luna se ha convertido en un lince viajero que ha recorrido ya cientos de kilómetros desde su puesta en libertad el pasado mes de febrero.
Sus largos desplazamientos le han llevado desde que fue puesta en libertad, a visitar en dos ocasiones Castilla-La Mancha.
La primavera pasada, Luna se desplazó desde Badajoz hasta Los Montes de Toledo pasando por distintos lugares de la provincia de Ciudad Real, como el entorno del Parque Nacional de Cabañeros.
Tras ser capturada por los técnicos del proyecto Life+Iberlince, Luna fue llevada de vuelta al Valle de Matachel, desde donde volvió a emprender de nuevo camino hacia la provincia de Toledo, pasando en esta ocasión por el Parque Nacional de Cabañeros.
Según han explicado a Efe fuentes de este espacio protegido, el pasado mes de agosto se constató su paso por Cabañeros, donde atravesó la raña de Santiago, descansó en el embalse del Brezoso y remontó el arroyo del Machero, para adentrarse por las orillas del embalse de la Torre de Abraham, cruzar la raña de Retuerta del Bullaque y seguir rumbo norte.
Se quiere quedar
Tras su paso por Cabañeros, Luna regresó al área de reintroducción de Los Montes de Toledo, donde permanece desde hace dos meses y donde parece que definitivamente parece ha querido instalarse.
Desde su puesta en libertad, este ejemplar de lince, que porta un collar equipado con un GPS que facilita su localización y seguimiento, ha recorrido un largo camino.
La llegada de Luna a Montes de Toledo es una muestra más, según las mismas fuentes, de que las conexiones entre las diferentes áreas donde se localizan poblaciones de lince es posible.
Lo que “sin lugar a dudas -aseguran- es una gran noticia para el proyecto, porque garantiza que los linces podrán intercambiarse lográndose así una mayor diversidad genética, que es otro de los grandes retos en los que trabaja el proyecto”.
Los Montes de Toledo se han convertido en una de las áreas de reintroducción donde los linces ibéricos soltados, tras ser criados en libertad, mejor se han adaptado.
Una muestra de ello es que este mismo año varias hembras territoriales han logrado parir catorce cachorros en estado salvaje, de los diecinueve nacimientos que se han producido en Castilla-La Mancha.
Hasta el momento, son seis las hembras reproductoras asentadas en Castilla-La Mancha: Kiowwa y Kiki, en Sierra Morena Oriental y, Keres, Kea, Lila y Kuna en los Montes de Toledo, a los que la próxima primavera se podría unir Luna.
El proyecto Life+Iberlince, cofinanciado por la Unión Europea y que cuenta con 19 socios, entre los que se encuentra el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, está gestionado en Castilla-La Mancha por la Junta de Comunidades, Aproca, WWF y FomeCam.