Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

¿Alguien puede decirle a Monago, por favor, que deje en paz a los muertos?

Uno de los anuncios del PP de Extremadura en los que acusan al Gobierno de falsear los datos de fallecidos de coronavirus

Pablo Sánchez

1

De un tipo que se funde el dinero público para hacer turismo amatorio no cabe esperar que sea el primero en el club de fans de Teresa de Calcuta. Ni tampoco que vaya a brillar en un cursillo de ética por correspondencia. Hablando en plata, a un tipo de esa catadura  no conviene  dejarle como presidente de la comunidad de vecinos, ni  de una asociación de petanca, por si acaso.

Pero mira por donde a José Antonio Monago tras sus aventuras turísticas/sentimentales pagadas con dinero público decidieron mantenerle como presidente de un importante partido político de esta Comunidad, como diputado, y además como senador, con un par, sí señor. Y alguien, algún día, debería dar explicaciones por eso. Por un poco de respeto al personal, ya saben.

Así pasa lo que pasa, que la burra vuelve al trigo y ahora el turista ha pagado 12 anuncios en Facebook (lo ha contado eldiario.es) acusando a la Junta de Extremadura de que no quiere contar los muertos en esta guerra o que los forenses no hacen las autopsias como Dios manda para que así el gobierno pueda cuadrar cada noche la cifra de muertos a su libre albedrío.  ¿Está sugiriendo que cada noche Vara y Vergeles ordenan a los forenses cómo hacer las autopsias o  se reúnen en secreto concilio para quitar unos cuantos muertos de las estadísticas de la jornada?

Esos panfletos publicitarios los manda el susodicho Monago sin mancharse las manos en la guerra, sentadito en su lujosa casona de una lujosa urbanización de Badajoz. Por supuesto, con la banderita de España, al fondo, el muy patriota.

En una situación tan aterradora como esta, en unos momentos que nunca llegamos a vislumbrar ni en nuestras peores pesadillas, produce asco, escuchar a personas desde puestos de responsabilidad jugando con el dolor y la muerte. Los muertos que cada día caen en las residencias de mayores, en los hospitales o en sus casas no son los muertos de Vara, ni pueden ser jamás el cartel electoral para Monago.

Los muertos son de sus padres, de sus maridos, hijas, nietos. Los muertos fueron nuestros amigos, nuestras amantes, nuestros socios. Los muertos son aquello que amamos y nunca volveremos a abrazar.

Desde ese dolor infinito, y desde el miedo que guardamos confinados en nuestras casas es necesario exigir que nadie añada más crueldad a la que nos trae el parte de bajas de cada día. Debemos exigir, sobre todo a los que cobran del erario público como ese Monago, que si no son capaces de arrimar el hombro para añadir una ayuda o un rayo de esperanza, al menos, tengan la dignidad de permanecer en silencio, en respetuoso silencio respetando el dolor, unos días, unas semanas, mientras las personas que tienen la responsabilidad de decidir qué hacer en cada momento toman las decisiones que crean más oportunas. Sean del partido que sean. Ya ajustaremos cuentas el día de mañana.

Ahora, ese partido que gobierna es el de todos, es el nuestro y ojalá que personas como Vara o Vergeles sobre las que recae la enorme responsabilidad de gestionar esta tragedia tomen más decisiones acertadas que erróneas. Ojalá que los que hoy nos gobiernan en esta durísima travesía encuentren ayuda y comprensión de todos los que peleamos en esta batalla.

Y a los que han decidido buscar al enemigo entre los nuestros y pagan anuncios en Facebook politiqueando con el dolor ajeno, a gente como Monago, alguien debería decirle que deje combatir a los vivos y que deje en paz a los muertos.

Etiquetas
stats