Ante la barbarie, dignidad
No sé si ustedes perciben como yo que estamos viviendo constantemente días históricos. Fue histórico el pasado domingo cuando la Vuelta Ciclista a España no pudo finalizar gracias al pueblo madrileño, que hizo un ejercicio de dignidad al protestar contra el genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo gazatí, mientras se dejaba participar en la carrera a un equipo israelí, financiado con fondos del Estado de Israel, que tiene como único propósito lavarle la cara a ese Estado asesino y genocida.
En muy pocas ocasiones, desde su creación, en 1935, la Vuelta ha tenido que ser suspendida. Fue con motivo del golpe militar del 36 y la posterior represión franquista y durante la Segunda Guerra Mundial. ¡Qué mal están digiriendo esta protesta ciudadana los representantes del PP! Han tenido que recurrir, de nuevo, al manido argumento de que “son de la ETA”, pero ya no asustan a nadie. No, no era kale borroka, eran personas protestando de manera pacífica para intentar presionar a nuestro gobierno para que actúe, dejando de lado las buenas palabras, y se centre en los hechos.
Otro día histórico que hemos vivido, sin duda, ha sido esta semana cuando, forzada por las protestas de miles de personas por la masacre en Palestina, Radio Televisión Española ha anunciado que España se retirará de Eurovisión si Israel continúa en el certamen, tal y como se lleva reclamando desde hace años. Está claro que ha sido la presión ciudadana la que está empujando a corporaciones como RTVE a posicionarse claramente contra el genocidio. Como, sin duda, también han sido las manifestaciones y protestas las que han hecho reaccionar, por fin, al gobierno de Pedro Sánchez y decretar el embargo de armas a Israel. Algo, que a mi juicio, llega muy tarde.
Igual de tarde, por ejemplo, que la condena de la señora Guardiola. Han hecho falta casi dos años de masacre y 65.000 muertos para que la presidenta de la Junta de Extremadura tenga a bien condenar la actuación del gobierno israelí. Lo hizo en el acto de entrega de las Medallas de Extremadura, con la boca muy pequeña, sin nombrar la palabra genocidio, no sea que Feijóo y Ayuso le llamen a filas, y mientras impulsa un plan hecho a medida para que las empresas que fabrican armas en Extremadura puedan seguir haciéndose de oro con la masacre palestina.
La postura que está manteniendo la derecha y la extrema derecha, tanto las de nuestro país y a nivel internacional, sobre el genocidio al pueblo palestino les va a perseguir. Su posición equidistante y su silencio cómplice terminarán pasándoles factura. La historia les juzgará.
En este exterminio están manteniendo la misma posición que mantienen, por ejemplo, con la condena a los crímenes del Franquismo. Ni están, ni se le espera. En este caso, debido a la deuda que la derecha tiene con aquellos que perpetraron los horrores más atroces en el Estado español, tras el Golpe del 36. Tienen una deuda con ellos porque son los mismos que fundaron durante la Transición el germen del PP, Alianza Popular, en el que estaban, entre otros los ministros franquistas Fraga Iribarne, Martínez Esteruelas, Silva Muñoz, de la Fuente y de la Fuente, López Rodó y Fernández de la Mora.
¿Cómo van a condenar la muerte de miles de civiles y niños y niñas si son incapaces de condenar el asesinato de miles de paisanos durante la represión franquista? La historia pasará factura de qué hizo la humanidad cuando se cometía la mayor masacre del siglo XXI. El pueblo también apuntará la actuación de los dirigentes políticos ante estos crímenes. Porque el pueblo, aunque lo ignoren, tiene memoria.
Por eso mismo, el pueblo organizado se ha rebelado contra su “concordia” y está recuperando la memoria de nuestro pasado más reciente. Un ejemplo lo tenemos este mismo domingo donde miles de personas vuelven a participar en la Columna de los 8.000, que pretende dar a conocer el trazado por el que huyeron todas las personas que conformaron el primer gran éxodo de la Guerra Civil del 36. Mucho se habla de la Desbandá, pero es de agradecer el esfuerzo de las asociaciones memorialistas, senderistas y otros tipos de organizaciones por recuperar estos hechos, que son unos de los más dramáticos de la historia reciente de nuestra comunidad.
Unos hechos históricos, que han estado sumidos en el olvido, debido a la complicidad de los hijos y nietos de aquellos franquistas que se alzaron contra el gobierno republicano democrático. Los mismos hijos y nietos que son hoy incapaces de condenar el genocidio gazatí.
Por todos ellos, por los masacrados entonces y por los de ahora, no nos vamos a rendir. Seguiremos reclamando verdad, justicia y reparación.
Nunca más serán los olvidados de anochecida en mitad del cerro. Nunca más serán los olvidados que resistieron a los bombardeos en las trincheras, a los que cantan Pedro Pastor y Rozalén. Nunca más porque no olvidaremos.
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