“En lo económico Extremadura sigue anclada en el fondo de la crisis”
Pedro Escobar, coordinador de IU Extremadura, afronta la última etapa de la legislatura. Dentro de cinco meses le tocará enfrentarse a unas elecciones, en la que la ciudadanía le mostrará si ha comprendido aquella abstención en el debate de investidura. También el papel que la coalición ha jugado a lo largo de estos cuatro años en la Asamblea, junto con Alejandro Nogales y Víctor Casco.
Reconoce que no ha sido fácil afrontar esta etapa, con la crisis como principal compañera de viaje, y siendo la llave del Parlamento en muchas de las cuestiones que han marcado el destino regional. Publicamos la primera parte de la entrevista, hablando de la situación económica de la región, y mañana su opinión sobre otros aspectos de la legislatura.
-¿Cómo ve la situación, en lo económico y social, en la actualidad?
En lo económico creo que Extremadura sigue, como el resto de las comunidades del Estado, anclada en el fondo de la crisis. Los datos de los últimos meses, estadísticamente, apuntan a una recuperación. Digo que solo es estadísticamente, porque ha crecido el mini-empleo, el mini-contrato.
Nos hemos instalado en el recorte de derechos: menos derechos laborales. Si alguien que tiene un contrato a media jornada ya no figura como parado, con lo cual mejora la estadística, aunque no es un empleo digno que te permita llegar a final de mes.
Extremadura está como el resto del estado, con nuestras habituales lacras históricas, de ser de los que tenemos más paro, más emigración juvenil, etc.
Estamos mal, y ya las comparaciones interesadas que se puedan hacer con otras comunidades, como Andalucía, que parece ser un mantra... Hay que tener en cuenta que Extremadura siempre ha estado en el podio de las cifras del desempleo, y eso cualitativa y cuantitativamente no ha cambiado. El discurso de la recuperación se diluye con relativa facilidad.
Camufla un modelo social distinto, que va hacia unas relaciones laborales mucho más débiles para los trabajadores, con muchos mini contratos, muchos contratos parciales, maquillan las cifras del desempleo.
Pero de ahí, a que haya más producción, más actividad económica, más Seguridad Social…pues no.
-La crisis, entonces, se va a quedar, ¿cree que va a ser una situación permanente?
Hay una pérdida en toda Europa, en cuanto a la pérdida de poder económico y político. A partir de la caída del Muro de Berlín ya no hay ninguna necesidad de compensar frente al otro bloque. Los servicios de prestación social, de los servicios públicos; eso se construyó en compensación y oposición al otro sistema, y tras la caída, hay un cambio de política.
La Unión Europea empieza a privatizar, empieza a implantar las políticas neoliberales. Estados Unidos ha tomado cada vez más protagonismo, el modelo social se va pareciendo cada vez más al de Estados Unidos.
Las crisis suelen ser de lenta gestación, y la salida de la crisis también. Lo que ocurrió en 2007-2008 no ocurrió de la noche a la mañana. Sino que fue una acumulación de muchas cosas, el reventón de la burbuja inmobiliaria, de la banca, y a partir de ahí empezó todo.
El indicador social que mejor refleja el cambio de modelo social es la desigualdad entre clases. Aun habiendo el mismo dinero, está repartido hacia los extremos. La clase media es la que se está distorsionando.
El sistema quiere perpetuar las desigualdades, está polarizando la tensión social, hay más pobres que antes y los ricos son más ricos.
-¿Esto es irreversible?
No, es reversible, aunque soluciones parciales territoriales no las va a haber. El mapa del mundo ha cambiado radicalmente en los últimos 25-30 años. Europa ya no es una gran potencia económica y social, sobre todo. El modelo europeo está haciendo aguas. Europa ha perdido peso económico y peso político, a favor de Estados Unidos. Pero ahí están los países emergentes, que ya son proveedores nuestros, y nos venden coches, electrodomésticos, ect… ahora Europa vende menos y compra más.
-¿Y en Extremadura?
Creo que sí es reversible. Hay que recuperar las políticas de intervención, hay que recuperar las políticas de inversión pública, productivas, es necesario una reforma fiscal profunda.Y mientras tanto, hay que montar trincheras que nos protejan los derechos sociales para evitar que retrocedamos.
-¿Hay fuerzas políticas y sociales capaces de revertir esto?
Yo creo que hay fuerzas políticas y sociales que están ahí, a pesar del deterioro general de la confianza ciudadana en la política, también del deterioro que afecta a los sindicatos. Hay una mayor conciencia colectiva de que esto puede ser diferente. De que hay recursos diferentes para que todo el mundo viva con dignidad y que viva bien. Sin que unos estén al borde de la indigencia, y los listos, los especuladores, los espabilados el sistema facilita que ellos se enriquezcan más.
-Tras tres años y medio de legislatura, en Extremadura estamos mejor o peor?
Lo de peor o mejor, creo que el desastre no comenzó hace tres años. Digamos que es cuando se visualizó. Siempre pongo como ejemplo el colesterol, y es que nadie llega a los 180 de colesterol porque vaya a una matanza y se harte de panceta. Es lentamente, y la salida es lenta. Los indicadores económicos, sí, están peor que hace tres años. Hay indicadores que señalan, efectivamente, que ahora hay más gente pobre que hace tres años. Pero digamos que es consecuencia de lo que se había producido antes, yo creo que eso de que antes todo iba muy bien era falso.
Se construían en España más casas que en Estados Unidos, una cosa increíble, más casas que en el resto de Europa entera. Eso luego no hay quien lo compre.
-Ante una crisis como esta, a Extremadura, con un tejido económico débil, ¿cómo le afecta?
Tiene un nivel de dependencia muy alto del resto de instituciones. Las comunidades como Extremadura, que no tienen tejido industrial prácticamente, dependen de factores económicos muy estacionalizados. Todo lo que está en torno al campo, depende de los mercados, de la meteorología… el sistema productivo extremeño es muy frágil, depende de muchos agentes externos.
Mientras, el sector del turismo depende de que en alguna parte haya gente con disponibilidad de dinero y tiempo libre para hacer turismo.
Es un sistema productivo muy poco consolidado, de manera que a Extremadura, con una crisis profunda, le afecta más que a otras comunidades con unas economías más diversificadas, con otros sectores. Y seguimos teniendo un nivel de dependencia, de la administración central, pues demasiado grande.
-La situación financiera de la Junta, con un déficit muy alto y una deuda que se acerca a los 3.000 millones, ¿le preocupa?
Si no me preocupara sería un insensato, pero tampoco me va a condicionar para todo lo que tengo que hacer. Yo no voy a estar mirando al déficit, tengo que estar mirando a que el sistema sanitario extremeño funcione bajo unos parámetros de normalidad, y que el sistema educativo extremeño no retroceda de manera brutal. Si para mantener eso tengo que endeudarme, o tengo que aumentar el défcit, pues me endeudo y aumento el déficit.
No hay que satanizar la deuda, hay que ver para qué te endeudas, y si lo haces para servicios sociales, los servicios básicos, no tengo ningún problema en endeudarme. La deuda se alarga, pero no puedes retroceder 20 años en la vida de la gente, por ahí no estamos.
-Pero aunque ha aumentado la deuda, ha habido recortes brutales
Claro, la caída de recursos es enorme. Pienso en cualquier ayuntamiento mediano, que tenía una serie de recursos por la licencia de obra. Si de repente no tiene obras, pues no tiene esos recursos. En los coches, se paga una parte importante de IVA, y si no tienes coches, pues no recaudas. Es una pescadilla, bueno más bien un tiburón que se muerde la cola.
Cada pequeño efecto que rompe el equilibrio tiene un efecto en Extremadura multiplicado más que en otras comunidades. Si aquí se cae la construcción, aquí van detrás los de las carpinterías metálicas, los fontaneros, etc…y en Extremadura el sector de la construcción era mayor que la media nacional, de manera que el golpe ha sido mayor.
Si encima no tenemos sector industrial, y los sectores económicos están muy asociados al campo, muy estacionalizados, como venga mal viento, a usted se lo llevan.