Solidaridad contra el frío: centros de acogida y municipios se movilizan por los sin hogar
La llegada del frío amenaza a diestro y siniestro y, ante esta situación, los centros de acogida se preparan para refugiar a las personas sin hogar. Mientras que el Ayuntamiento de Cáceres ha lanzado su habitual protocolo contra la ‘Ola de frío’, Cáritas Mérida-Badajoz recuerda que sus centros permanecen abiertos los 365 días del año ofreciendo alojamiento y programas de reinserción social. Un trabajo incesante que no consigue amparar a todos aquellos que viven en la calle. “Tenemos una lista de espera de unas 50 personas”, lamenta la responsable del área de Inclusión Social de Cáritas Mérida-Badajoz, Piedad Soto.
Durante el pasado año, 372 personas pasaron por el centro que Cáritas tiene en Mérida mientras que 342 lo hicieron por el de Badajoz y 14 por las tres viviendas sociales que posee la entidad. Un total de 728 personas sin hogar a las que se les facilitó más allá de techo y comida. “Nuestros centros no son albergues”, explica Soto. La responsable cuenta que, más allá del alojamiento, los trabajadores y voluntarios de Cáritas trabajan la reinserción social de estos ciudadanos. “Trabajamos cosas que tienen que ver con elementos más profundos, como la recuperación de lazos, la reinserción laboral, temas de salud o problemas de drogadicción si los hubiese”.
En función de las circunstancias de cada uno, estos sujetos pasan más o menos tiempos en estos centros de acogida más o menos tiempo. Soto comenta que hay personas que únicamente necesitan descansar o cubrir sus necesidades mientras que otras “pasan hasta uno o dos años con nosotros porque necesitan recuperar una vida totalmente desestructurada”.
Éste condicionante, junto al elevado número de personas que se encuentran en esta situación, provoca que Cáritas Mérida-Badajoz tenga una extensa lista de espera más allá de las 66 plazas que suelen estar ocupadas. “Es muy duro tener que decirles que no puedes ayudarles” asegura Soto.
Guardias en centros de acogida cacereños
Por su parte, el Instituto Municipal de Asuntos Sociales (IMAS) de Cáceres instaurará su protocolo de medidas y acciones contra el frío como habitualmente viene haciendo cada invierno desde 2008, estimado este año del 1 de diciembre al 31 de marzo –plazo que podrá ampliarse por cuestiones meteorológicas-. Según explica la institución, las personas que lo deseen podrán acudir a sus instalaciones donde los trabajadores sociales le tramitarán el ingreso en una pensión o les derivarán al recurso más adecuado para las circunstancias personales de cada uno.
De guardia permanecerá el Centro Vida de Cáritas Diocesana que, además de hacerlo en su horario habitual, ofrecerán refugio pasada la hora de admisión habitual –las nueve la noche- siempre que vayan acompañados de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. También lo hará la Asociación Católica Española de Servicios la Juventud Femenina, entidad donde, en función de las características personales, se les albergará en el recurso más oportuno o se les presentará la atención necesaria, tales como dispensación de ropa, mantas o comida.
Tanto desde un centro como otro, pasarán al día siguiente por las oficinas del IMAS para atender de manera personalizada su mejor opción.
Por su parte, Cruz Roja, a través de su unidad móvil de Atención a Colectivos Vulnerables en Situación de Emergencia Social, prestará en estos meses un apoyo a estas personas, informándolas y derivándolas a los recursos disponibles, en función de las necesidades.
La ayuda del Ejecutivo regional
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, firmó a principios de este mes junto a sindicatos y patronal un acuerdo contra la exclusión social, el primero de los frutos de la Declaración para la Concertación Social en Extremadura. Esta declaración incluye, entre otras medidas, la atención sanitaria para los inmigrantes sin papeles, la reforma de la renta básica o la garantía de unos mínimos vitales de agua y luz.
En esta última línea, se aprobó un decreto de mínimos vitales de cara al invierno, y otro de ayudas sociales de emergencia. El decreto de suministros mínimos cuenta con un respaldo económico de cinco millones de euros, que se aplicará a través de los Ayuntamientos, con los que se ayudarán a las familias que quieren pero no pueden pagar la luz y el agua. Este decreto fija que nadie debe quedar sin un mínimo diario de 100 libros por persona y 6 kilovatios/hora por hogar.
Además, el Decreto Ley de Medidas Extraordinarias contra la Exclusión Social llegará próximamente a la Asamblea de Extremadura, según lo anunciado ante el Pleno por el consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles.