Los toros de Coria recibirán el ‘tiro de gracia’ con una escopeta en pleno debate sobre las muertes en público
Es una excepción en la normativa sobre protección animal que ha sido eliminada en el caso del polémico Toro de la Vega, donde el gobierno de Castilla y León ya no permite terminar el torneo con la muerte del animal en presencia de público.
En Coria un año más las murallas serán protagonistas de la muerte de 12 toros que serán abatidos con el ‘tiro de gracia’ de una escopeta. Será tras ser paseados en un encierro que puede durar un máximo de dos horas por animal según detalla la ordenanza municipal.
El tiro que sentencia a muerte al toro, una excepción dentro de la Ley de Protección de los Animales de Extremadura, se autorizó oficialmente bajo el gobierno de Monago.
El año pasado el partido PACMA entendió que no se respetaron las condiciones de seguridad y la forma de dar muerte a las reses. Motivo por el que presentó una denuncia contra el ayuntamiento del PP que terminó siendo archivada. En esta ocasión el toro será disparado en un lugar apartado según dice el ayuntamiento, fuera de la vista, aunque PACMA ya prepara otra nueva denuncia al entender que matar a tiros a un animal, en plena vía pública, supone una irregularidad en toda regla.
La denuncia de 2015 fue archivada por la Delegación del Gobierno pese a un informe de la Guardia Civil que señalaba que la muerte del toro Guapetón podría ser infracción grave contra la Ley de Seguridad Ciudadana, lo que conllevaría una multa para el Ayuntamiento cacereño de hasta 30.000 euros. Fuentes de PACMA critican la “falta de rigor” de la delegación al desoír “de manera inaudita” y eludir un informe para autorizar la muerte con un arma de fuego a 12 animales en el interior de un casco urbano.
¿Los toros de Coria sufren?
Comenta Virginia Iniesta, de la Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia AVATMA que podría parecer que -obviando la muerte violenta con la que finalizan- en estos festejos no existe maltrato. “Nada más lejos de la realidad: todos los espectáculos taurinos, sin excepción, suponen un intenso sufrimiento físico y emocional para los animales que participan en ellos”.
Advierte que los bóvidos son animales herbívoros que pasan una gran parte del día alimentándose, rumiando y descansando, “y su organismo no está preparado para soportar un gran ejercicio físico durante tiempo prolongado (hasta 2 horas), y menos con las altas temperaturas que se pueden llegar a alcanzar durante el verano extremeño”.
Situación de ‘sufrimiento’ también en el transporte, que “ni de lejos” cumple las mínimas garantías de bienestar exigidas por las normativas europeas para el resto de animales. “Por si fuera poco durante el desarrollo del festejo, además del hostigamiento al que suelen verse sometidos por parte del público, estos animales pueden sufrir choques contra el mobiliario urbano, resbalones, caídas y diversas lesiones físicas por estos motivos”.
Unos animales gregarios y que por tanto “padecen un gran estrés y una intensa sensación de miedo por el simple hecho de sacarlos de su ambiente natural y separarlos de sus compañeros de manada”. “Los toros de lidia, en particular, son especialmente temperamentales y nerviosos, y sienten verdadero pánico si se les aparta de su grupo social y se los deja a solas en un lugar extraño, y más aún cuando se encuentran en una situación de indefensión que no tienen capacidad de resolver, como la exposición a un ambiente ruidoso o el verse sometidos a continuo acoso y persecución”.
Ante todo esto recuerda la proposición no de ley presentada por el Grupo Parlamentario de Podemos-Equo en el Congreso en manos del diputado Juan López de Uralde, y a petición de colectivos animalistas, para acabar con el Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid), el Toro de Júbilo de Medinaceli (Soria) y el Toro de Coria y otros festejos taurinos.
