“Me van a desahuciar. Prefiero que mis hijos coman antes que pagar el alquiler”
Luz maría Martín, de 34 años, tiene tres hijos de entre 8 y 14 años a su cargo. Vive en una vivienda social en Mérida y le han confirmado la orden de desahucio. De momento no sabe nada, aunque tiene claro una cosa: “Antes que pagar un alquiler, le doy de comer a mis hijos. Eso está claro”.
Esta mujer tiene incluso un informe firmado por el jefe de servicio de la Renta Básica de Inserción en el que se le indica que se la ha sido renovada la renta básica en el mes de junio de 2014 por seis meses estando pendiente de abono la subvención. De momento no ha cobrado. Lleva sin ingresos cuatro meses.
El caso de esta mujer es límite. El único dinero que entra en su casa proceden de la manutención que le pasa su expareja por sus hijos.
“En las oficinas me conoce todo el mundo. Todos los días voy a preguntar”
Esta madre relata cómo ha ido infinidad de veces a Política Social, a los asientes sociales, a Tesorería, “a todos lados”. “Todos te dicen que mi caso está en proceso. Pero nada más”.
“Ya me conocen todos los trabajadores de los servicios sociales por mi nombre. Todos saben mi caso y cada vez que los visito –bastante a menudo--, me dicen que nada, que sigue en proceso”.
Las últimas noticias que ha recibido es que cobrará a finales de octubre o comienzos de noviembre. “Resulta que va a terminar la segunda tanda de cobro, y aún no he visto un duro. ¿Cómo te vas a fiar de cobrar todo junto si no han sido capaces de pagar mes por mes?”
La van a desahuciar
Su modo de supervivencia pasa por la ayuda que recibe de su familia, de Cáritas, y también de los Campamentos Dignidad
Hace cinco años que recibió la primea carta de desahucio. “No puedo pagar los 138 euros en concepto de alquiler social si no me llega para darle de comer a mis hijos”.
Ha trabajado toda su vida, aunque siempre sin estar dada de alta. “Te quedas sin empleo y te ves con una mano delante y otra detrás”.