Desempleados de Tierra de Barros claman en Mérida contra la persecución del rebusco
“Nos quieren quitar el poco pan que nos entra en casa. Y lo quieren hacer para abaratar aún más los jornales del campo”. Este es el sentimiento que han transmitido los rebuscadores de Tierra de Barros a las puertas de la Asamblea de Extremadura en Mérida. Allí se han concentrado con motivo del pleno convocado para debatir los presupuestos autonómicos de 2015.
Un rebuscador puede recolectar 200 kilos de uva al día en una jornada de entre 6 y 7 horas. Por este trabajo saca unos 20-25 euros. “Una cantidad que permite llevar algo de dinero a casa. Tenemos la mala costumbre de comer tres veces al día”. Y no hay trabajo“, señala José Martínez, en paro desde hace tres años y rebuscador.
“Hemos tenido que tirar los esportones recogidos”
Han sido muchos los rebuscadores que han acudido con sus esportones a los puestos de compradores y se han tenido que ir para atrás. Sanidad les ha avisado de que la mercancía es ilegal, y en algún caso ha intervenido un almacenamiento de 40.000 kilos.
Para los más de 3.000 rebuscadores de Tierra de Barros resulta incomprensible este razonamiento. Según indican la uva y la aceituna se echan en el mismo esportón, en la campaña convencional y en el rebusco. No hay diferencia.
Otro de los afectados que ha venido desde Tierra de Barros para protestar es Pedro Narro, que lleva 55 años ejerciendo este oficio y que se muestra muy indignado. “Es una pequeña ayuda para nuestros hijos, un trozo de pan. Y tengo la cabeza bien alta por ser un rebuscador”.
Una auténtica ayuda de emergencia social
Los rebuscadores tienen claro que la persecución ejercida sobre ellos tiene el objetivo de abaratar la mano de obra de los jornaleros que se echan a los campos cada temporada. “Aquí el beneficiario será el gran productor, que decide a sus anchas cuánto paga a sus trabajadores y que encima cuenta con el beneplácito de la administración para quienes recogen las sobras”, señalan.
Según explican, solo en Villafranca de los Barros se puede coger en torno a 300.000 kilos, porque las producciones se recogen a destajo, a toda prisa. Si el kilo de de rebusco se paga a 10 céntimos, supone que la población recibe más dinero así que con las ayudas de emergencia social de la Junta.
Otra de las afectadas es Nerea Pérez, una joven de 19 años que permanece a la espera de recibir la renta básica y que tenía hasta ahora en el rebusco una fuente importante de ingresos.
Por primera vez en cinco años no ha podido acudir al rebusco. “Cogí seis esportones el primer día y los he tenido que tirar. Nadie me los quiere comprar, persiguen a los compradores”.
Para Nerea resulta incomprensible que no le llegue la renta básica, pero al mismo tiempo le impidan tener ingresos a través del rebusco.