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Deserciones en La Raya: así escaparon del fascismo los jóvenes reclutas de Portugal

Grupo de jóvenes, entre ellos los dos reclutas que abandonaron Portugal a través de Extremadura en marzo de 1970, contrarios a las guerras coloniales del dictador Salazar

Santiago Manchado

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27 de marzo de 1970. Ese día de hace 52 años era Viernes Santo, una fecha que no han olvidado los nueve jóvenes portugueses que se encontraban de vacaciones en la localidad de Marvão, un pequeño pueblo a poco más de 10 kilómetros de La Fontañera (Cáceres), donde fueron a comprar chocolates y bombones. Una fotografía es el único testimonio gráfico. Dos de esos jóvenes no regresaron.

Portugal aún padecía la dictadura fascista, aunque hacía año y medio que Salazar, que estaba incapacitado tras sufrir un accidente vascular cerebral, había sido sustituido en el poder por Marcelo Caetano. El país vivía de espaldas al mundo y sumido desde principios de la década de los 60 en guerras coloniales en Angola, Guinea-Bissau y Mozambique por el empeño casi personal del dictador de conservar esos territorios en ultramar.

Algunos historiadores consideran que estos conflictos fueron el Vietnam portugués. El descontento interno fue en aumento en consonancia con el número de fuerzas desplegadas en África y su coste económico. El reclutamiento era obligatorio y muchos jóvenes desertaron del ejército portugués por sus convicciones anticolonialistas y antifascistas a través de La Raya, la frontera entre España y Portugal.

Una de las personas que ayudó a estos reclutas y organizó las fugas, en concreto a través de Extremadura, fue Nuno Teotónio Pereira, un afamado arquitecto portugués, con numerosas distinciones y considerado el impulsor de la arquitectura moderna en ese país. Falleció en 2016 a los 93 años y su familia está impulsando diversas actividades para conmemorar el centenario de su nacimiento.

Nuno Teotónio provenía de una familia “tradicional y próxima al régimen”, recuerda su nieto, Tiago Teotónio Pereira, pero pronto adquiere conciencia política y se da cuenta de que en Portugal “hay una violación de los principios más básicos”, por lo que comienza una lucha clandestina contra la dictadura fascista, en la que adquieren un papel importante los movimientos católicos progresistas, al que pertenecía, explica su nieto.

“Mi abuelo tenía desde finales de los 60 una casa en Marvão, que convirtió en punto de encuentro para organizar reuniones y acciones contra el Gobierno”, como las fugas de jóvenes llamados a combatir en Angola, Guinea-Bissau y Mozambique en un intento anacrónico en ese momento de mantener las colonias lusas en África.

Las rutas de los contrabandistas

Una de esas fugas, la única que hasta ahora está documentada, logró que en la Semana Santa de 1970 escaparan del régimen militar luso dos jóvenes, Fernando Venâncio y Joel Pinto, a través de las rutas que usaban los contrabandistas entre Portugal y Extremadura. Tuvieron la ayuda de siete cómplices. Los nueve se han reunido justo 52 años después en el mismo lugar en el que se despidieron y han repetido la misma imagen. Un aniversario con “simbolismo”, pues coincide con “otra guerra tremendamente injusta” como la de Ucrania, subraya.

Los nervios y el miedo de aquel Viernes Santo dieron paso durante el reencuentro a las emociones y al recuerdo a Nuno Teotónio, que en febrero, un mes antes de escapar, había planificado el itinerario que debían hacer tomar Venâncio y Pinto. El plan estaba diseñado con exactitud. Los nueve jóvenes salieron a pasear con la excusa de llegar hasta La Fontañera, en España, para comprar dulces, pero dos de ellos se quedaron escondidos en plena dehesa a la espera de que por la noche los recogiera un coche que usó la vía oficial para pasar la frontera, y los trasladara primero a Cáceres, luego a Madrid, después Barcelona y finalmente Europa.

La web elaborada para conmemorar el centenario de Nuno Teotónio Pereira (nunoteotoniopereira.pt) recoge el testimonio de Fernando Venâncio: “Un viernes como cualquier otro, o simplemente porque era Viernes Santo… pero pudo ser, y fue, el 'Día de los Días' en la vida de una persona”. Recuerda que una vez en en Cataluña pasaron una semana a la espera de ser llevados a Francia. “La guerra, esa guerra para la que nadie veía el final, ahora estaba muy lejos”, concluye el testimonio.

Teotónio Pereira fue encarcelado poco después por su destacada actividad política y no fue liberado hasta el final 25 de abril de 1974, el final de la dictadura fascista en Portugal.

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