Extremadura registra una veintena de casos de viruela del mono

Extremadura ha registrado 20 casos de viruela del mono, todos ellos en hombres de edades comprendidas entre los 20 y los 63 años, y ha administrado la primera vacuna a un contacto infectado.

Preguntado por la evolución de la enfermedad en la región, el vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, ha explicado que la transmisión en la mayoría de los casos se ha producido por un contacto “muy estrecho e intercambio de fluidos” y ha asegurado que “nuestro sistema de vigilancia epidemiológica está funcionando bien”.

Según ha expuesto, la mayoría de los afectados tienen una red de contactos estrechos “muy reducida” que no supera las cuatro personas y los principales síntomas que presentan son lesiones dermatológicas, además de malestar general y dolor de cabeza.

En cuanto a la vacunación, Vergeles ha señalado que el único fármaco autorizado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) es Imvanex, que debe ser inoculada solo a los contactos estrechos de infectados para quienes “los beneficiosos de la vacuna sean superiores a los efectos secundarios”.

No obstante, no tienen que vacunarse los contactos que recibieron la vacuna de la viruela con anterioridad, ya que ésta se incluía en el calendario de vacunación hasta los años 80, porque “se entiende que ya están cubiertos”, ha dicho.

Hasta el momento a Extremadura han llegado 27 dosis de la vacuna y se espera recibir otras 27 la próxima semana, aunque solo se ha administrado una.

En este sentido, Vergeles ha apuntado que la viruela es una enfermedad “desterrada” en la mayoría de países por lo que la industria farmacéutica “no fabrica tantas vacunas y el stock de Europa es muy pequeño”.

En cuanto a la evolución del covid, el consejero ha manifestado que las variantes BA.4 y BA.5 se mantienen como mayoritarias en la región, pues suponen el 98 por ciento de los casos, aunque la incidencia es “mucho más baja, lo que se refleja también en la reducción en el número de ingresos y fallecimientos”.

Por otro lado, ha pedido “autoprotección y responsabilidad” ante la persistencia de las altas temperaturas, ya que “un golpe de calor puede matar pero, lo más triste, es que son muertes evitables y la mayoría de los casos que se han producido en la región no se han dado en el entorno laboral”.

“Lo tienen más difícil los que trabajan en el andamio, los agricultores y ganaderos” por lo que hay que insistir a las empresas para que el espacio laboral “sea los más seguro posible”.