Olivenza homenajea a la mujer rayana y su papel en las relaciones fronterizas
El Museo Etnográfico Extremeño “González Santana” de Olivenza (Badajoz) rinde homenaje a la mujer rayana y su papel en la historia de las relaciones fronterizas entre España y Portugal con una exposición.
La exposición, “La Mujer en la Raya Hispano-Portuguesa”, pretende ser un “estímulo” para que se visualice la labor silenciosa realizada por esas mujeres en la frontera, según indica el museo oliventino en un comunicado.
La muestra, que se inaugurará el próximo viernes, 17 de julio, y estará abierta hasta el próximo 13 de septiembre, se articula en cinco secciones introducidas por paneles explicativos y complementadas con fotografías y piezas del museo oliventino relacionadas con cada área temática.
En palabras de Eusebio Medina, en su artículo “Orígenes históricos y ambigüedad de la frontera hispano-lusa”, “la raya, con sus más de siete siglos de historia y sus 1.234 kilómetros de longitud, constituye la frontera más antigua de Europa y una de las más extensas”.
“A pesar de que discurre en gran parte por los cauces de numerosos ríos y riberas, no está definida o determinada sólo ni principalmente por la orografía, sino que ha sido y es, sobre todo, una frontera de carácter histórico y cultural”, recoge la nota.
Gentes y pueblos de ambos lados de este “difuso” límite han aprendido a convivir a lo largo de los siglos, estableciéndose relaciones de complementariedad e interdependencia donde las mujeres han desempeñado un importantísimo papel.
En el apartado “Producción de alimentos” se muestra cómo en la sociedad prehistórica, las mujeres cazaban, pescaban, cultivaban, recolectaban, molían el grano, y organizaban actividades diarias de limpieza, alimentación y cuidado de individuos, pilar básico en el proceso de socialización.
En “Elaboración de alimentos” se analiza cómo, además de su presencia ancestral en la cocina, las mujeres de la raya han desempeñado simultáneamente otras labores productivas como ordeñar o hacer quesos, o su papel en la matanza del cerdo.
La “Confección y cuidado de la ropa”, otro tradicional quehacer femenino, se ilustra con instrumentos de corte y confección (tijeras, agujas, alfileteros), de lavandería, de planchado, de encaje de bolillos y de bordados.
Las “Profesiones liberales relacionadas con la mujer”, como las de telefonista, niñera, dependienta, enfermera, maestra o encargada de fonda, ejercidas por solteras o viudas, fueron apareciendo tímidamente desde finales del siglo XIX.
En “Otras labores” se destaca la presencia femenina en el contrabando, la alfarería o la sanación.