Refugiados representan la odisea de la migración en clave de humor, contra la xenofobia
Salen por violencia, amenaza de muerte, huyen de conflictos armados, se ven obligados a arriesgar sus vidas viajando en patera buscando refugio, sufren persecución política o social por razones de etnia, creencias u orientación sexual.
Son personas migrantes refugiadas que una vez seguras en nuevos países de origen se esfuerzan en adaptarse e integrarse a una nueva vida, en la que cuentan con ayuda de parte de la sociedad pero también con la incomprensión y el rechazo de sectores que lanzan mensajes de xenofobia y racismo.
Para “contrarrestar” la desinformación de esos sectores reaccionarios y “sensibilizar” a la población de la realidad que atraviesan millones de personas migradas en el mundo, a miles de kilómetros de sus familias y cultura, la obra de teatro 'Yo a Ibiza y tú a Lampedusa' quiere “trasladar un mensaje de normalidad”.
Así lo explica a este diario el director de la pieza, Marce Solís, e integrante de la Plataforma de Refugiados de Cáceres, de donde surgió la idea de montar un grupo de teatro denominado ‘Resistance’, e integrado en su totalidad por personas refugiadas de procedencia africana y latina.
Normalidad
“Hay que ser consciente de que la gente que viene pertenece a un nivel elevado” y que hasta que son perseguidos desarrollan en sus países una vida “normal”, quienes muestran además “una gran capacidad de adaptación y esfuerzo,” para integrarse en otras culturas según apunta este activista y gestor cultural.
“Se muestra la normalidad de gente que ha huido para que no les maten” y las situaciones a las que han de enfrentarse, así como el futuro que les espera, explica sobre la pieza teatral que ha escrito y cuyo elenco conforman cinco africanos y una latinoamericana.
Son Raymond Aubacaire, Walters Mba, Camara Abdoullai, Stephen Mbdugha, Morys Condé (procedentes de Camerún, Nigeria y Guinea Conakry) y la migrante económica peruana Ydelia Lava.
Tienen entre 21 y 40 años, con residencia de agogida en Cáceres desde hace uno y dos años. Cuentan con el apoyo, en la parte artística, y como codirector del venezolano Marcos Yepes, refugiado político, que ya lleva ocho años en la ciudad. El se encarga del atrezo y la decoración.
Ellos mismos ante la posibilidad de representar una pieza dramática o cómica se decidieron por el tono cómico. “A través del humor es más fácil, pero el texto no es ligero, contamos cosas profundas”, precisa el director.
Estreno
La idea parte de la plataforma de Refugiados de Cáceres, con el ánimo de realizar actividades culturales, pues disponen de “mucho tiempo libre y necesitan” tener acceso al deporte, la cultura y el ocio, que además es una de las recomendaciones de la ONU según recuerda Marce Solís.
Al respecto destaca, lo que les aporta a nivel de expresión e idioma esta actividad, que contribuye a su integración, puesto que se relacionan con más personas y les ayuda a rebajar barreras linguísticas.
Los ensayos los realizan en la parroquia “progresista y de pueblo” Virgen de Guadalupe , donde les han cedido espacio. La pretensión de la Plataforma es mover esta obra por toda la región, tras el estreno que tendrá lugar el día 6 de septiembre en La Torre de los Pozos, donde han sido invitados por la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de cáceres.
Uno de los componentes de ‘Resistance’ es Raymon, de Camerún, que hace ocho años se vio obligado a abandonar su país natal por ser persecución, bajo amenazada. Este joven de 31 años relata la “odisea” que supone su experiencia y la del resto de compañeros de la obra.
Experiencia
“Todos compartimos la misma historia”, asegura con rotundidad. “Está escrita para que la gente sepa lo que sufrimos desde partir de nuestro país, hasta llegar a otro destino y en el camino”, con la “dureza” de la travesía, la exposición a las mafias, las noches a la intemperie y esperando con ansiedad a Salvamento Marítimo para poder llegar a tierra con vida.
El al igual que mucha gente ha llegado a España por Marruecos. En su caso necesitó cinco largos años hasta conseguir arribar al puerto de Málaga. En ese tiempo “son muchas las cosas que te pasan por la cabeza”, la experiencia del migrante supone “una escuela de vida”, según enfatiza.
De Camerún cruzó a Nigeria, Argelia y Marruecos y al llegar al puerto de Málaga en patera fue rescatado por Salvamento. Ahora tras llevar más de dos años en Cáceres, asegura que lo que más le preocupa es conseguir un trabajo, donde pueden aportar además sus conocimientos y forma de hacer, como hace valer.
Raymond y sus compañeros de teatro tienen formación, desde bachillerato hasta licenciaturas, y en algunos casos dominan hasta cinco idiomas, pero la convalidación de títulos es complicada, como también ocurre con el permiso de conducir, por lo que realizan cursos de oficios e idiomas, y también estudian para volver a sacarse el carné de conducir con la esperanza de normalizar sus vidas.
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