Las terrazas reciben a los primeros parroquianos: “Estaba deseando abrir, mis clientes necesitaban un buen café”

La mayoría de los hosteleros en las grandes ciudades han optado este lunes por mantener cerradas las terrazas de sus establecimientos, autorizadas al 50 % de su aforo.

Consideran que no le “salen las cuentas” por la incertidumbre normativa y un tiempo inestable, con lluvias y viento, que no ha acompañado para su reapertura tras casi dos meses sin actividad.

Los ciudadanos que se hayan decidido, en el inicio de esta fase uno en Extremadura, a acudir a bares, cafeterías y restaurantes para disfrutar de este servicio, no han encontrado muchas opciones, pues gran parte de los negocios han amanecido con las persianas bajadas, informa la Agencia Efe.

Mejor previsión el fin de semana

El presidente de la Asociación de Empresarios de Servicios Turísticos de Extremadura (Setex), Antonio Martínez, cree que buena parte de este cierre se explica por la “indefensión y falta de información”, ya que incluso se desconocía si los clientes podían acudir a cualquier hora a las terrazas en los horarios habituales de apertura, algo que, ha dicho, sí se puede.

No obstante considera que en los próximos días abrirán más terrazas, algo en lo que coincide el presidente de la Asociación de Bares, Cafeterías y Restaurantes de Mérida (Abacare), Paulino Álvarez, que apunta a una mejor previsión meteorológica y la llegada del fin de semana.

Es el caso del empresario Manuel Mosquera, responsable de varios negocios de hostelería en la ciudad, que tenía previsto abrir las terrazas de tres de sus establecimientos este lunes pero finalmente ha desistido de ello por el mal tiempo.

Quien sí se ha animado a hacerlo es Miguel Ángel Valiente, del bar Arcade, en la Plaza de España, que ya tenía clientes a las nueve de esta mañana. “Estaba deseando abrir; primero, por hacer caja, y segundo, porque mis clientes necesitaban un buen café”, ha dicho entre risas, aunque la procesión “va por dentro” en cuanto a falta de ingresos durante muchas semanas.

Medidas de seguridad e higiene

En la capital extremeña, de los 190 negocios que hay con licencia de terraza en vigor, han solicitado su reapertura en esta fase uno hasta la fecha unos 80, muchos de ellos con ampliación de veladores para poder acoger más mesas, a lo que tiene que dar el visto bueno el Ayuntamiento, que además prepara ayudas directas al sector.

Se han visto terrazas en la zona del Hospital o La Antigua pero no por el Parque López de Ayala ni en la calle del Museo Nacional de Arte Romano, una zona con gran tránsito de turistas, que se verá especialmente afectada por la caída del turismo, con el cierre de fronteras y la limitación de movimientos entre provincias.

“Yo solo podría colocar seis mesas y no sale rentable, vale más el collar que el perro”, indica Miguel Ángel Aparicio, gerente del restaurante “Naya” en la calle José Ramón Mélida, que ha acudido a su local para limpiarlo y pintarlo de cara a abrirlo el 1 de junio, en otra fase en la que -dice- ya se pueda servir en barra y en el interior del local, ahora restringido.

Aparicio trabaja ya en las medidas de seguridad e higiene, como la compra de gel hidroalcohólico, guantes y mascarillas, y en adaptar su carta -pues no se pueden usar las convencionales- a dispositivos electrónicos para acceder mediante códigos QR, además de primar pizarras y carteles.

“Hay confianza”

En Badajoz, no ha sido tarea fácil encontrar un bar abierto en barriadas como San Fernando, Urbanización Guadiana, distintas zonas del centro o Valdepasillas, donde sí ha abierto “Casa Juan”, cuyo responsable, Juan Moyano, espera que no le falten sus clientes habituales y trabajadores de la zona.

En el céntrico Kiosco San Francisco sus trabajadores se encontraban inmersos esta mañana en los preparativos para la reapertura, la cual no se producirá “hasta que no finalicen estos días de lluvia”, indica el gerente, José Antonio Palma, quien contará con todos sus empleados (siete) de cara al retorno.

“Hay confianza, motivan mucho las múltiples llamadas de clientes pidiendo la reapertura”, señala.

Vasos, platos y cubiertos reciclables a la hora del desayuno o la desinfección del mobiliario una vez se deja la mesa libre, son algunas de las iniciativas que se implantarán en este establecimiento.

A la “capital mundial del desayuno”, como la promociona el Consistorio pacense, le ha costado arrancar en la desescalada y en muchos establecimientos cuelga todavía el cartel de “Se traspasa”, creado por la Plataforma Autónomos Hostelería de Badajoz para alertar de que sin seguridad no abren y pedir ayuda para el sector.

“La Cacharrería”, situado en la Plaza Alta, es uno de los que ha optado por volver al trabajo, aunque solo sirven desayunos, de 08:00 a 12:00 horas y atienden reservas de 10 personas en terraza, siempre concertadas, explica la encargada del bar, Encarnación Gómez.

Terrazas cerradas

En la otra capital de provincia, Cáceres, salvo alguna excepción, las terrazas en su mayoría han permanecido cerradas, tanto de gran espacio como de pequeñas dimensiones, ya sea por falta de rentabilidad, el mal tiempo, reparaciones o esperando a contar con las medidas sanitarias necesarias.

Para el vocal de la agrupación de hosteleros de la ciudad, José Mostazo, abrir hoy “es un suicidio”, por lo que la previsión es hacerlo el 8 de junio “con todas las garantías”, solo tenía pensado abrir este lunes la terraza uno de los 300 locales asociados, que finalmente ha permanecido cerrada, localizada frente a los juzgados.

“La gente va con miedo, y normalmente viene a los bares a relajarse, a tocarse, besarse, a tener contacto con los amigos, y ese es el problema, al final somos los bares los apestados”, ha expuesto Javier Alejandro Díaz, propietario de la Tapería, cercana a la Plaza Mayor, donde mesas, sillas y sombrillas aguardaban ser desplegadas, algo que tendrá que esperar.

“Hemos sufrido un buen palo”

La pertinaz lluvia en Plasencia no ha impedido que numerosos hosteleros de la capital del Jerte, más en el centro que extramuros, se hayan animado a instalar sus terrazas, tras casi dos meses con mesas y sillas apiladas junto a las fachadas de sus negocios.

Juan José Candeleda, propietario del café-bar Alba Plata, asegura que durante las dos primeras horas de apertura “no ha parado” y espera que en los próximos días el negocio vaya a más.

“Hemos sufrido un buen palo, porque hemos tenido que estar cerrados en las mejores fechas como son Semana Santa, el cerezo en flor y no podemos contar la feria de junio, pero intentaremos recuperarnos poco a poco”, ha señalado.

Candeleda ha destacado que “si hay gente, todos los negocios son rentables”. Por el momento, ha decidido estar él al frente y sacar del ERTE a uno de sus trabajadores.

El cierre también ha sido la tónica en Don Benito, donde uno de los pocos establecimientos que ha abierto sus puertas contaba con apenas media docena de mesas en su terraza. Su propietario, José Carlos Morcillo, reconoce que “rentable no es, pero tenemos que empezar a movernos si queremos salir de esta”.

Ampliación del espacio de las terrazas 

En general, los ayuntamientos extremeños -incluidos los de Badajoz y Cáceres- han mostrado su disposición a estudiar y autorizar la ampliación del espacio público de las terrazas de los bares, aunque con limitaciones, por ejemplo, en Almendralejo no se permitirá en las calles estrechas.

La Plataforma contra el Ruido de Almendralejo duda de que si se aumenta el espacio que ocupan los veladores, se pueda mantener la distancia de dos metros de distanciamiento social con vecinos y viandantes en lugares con mucha concentración de ellos.

Y recuerda que, además, es necesario mantener 1,80 metros de la pared para que los invidentes puedan pasear sin obstáculos.

En Villafranca de los Barros, su ayuntamiento también ha anunciado que facilitará más terreno para las terrazas de los bares e intentar “compensar en lo posible la reducción provisional del aforo”.