Extremadura celebra el puente de diciembre entre hogueras y disparos
Extremadura huele a fuego y pólvora cada puente de diciembre. El porqué hay que buscarlo en las dos citas populares más singulares que se celebran en Extremadura en la recta final del año. Se trata de Los Escobazos de Jarandilla de La Vera y La Encamisá de Torrejoncillo, declaradas Fiestas de Interés Turístico Regional. Ambas celebraciones tienen su día fuerte en el domingo día 7, víspera de La Inmaculada, cuya imagen será paseada y acompañada en esa tarde-noche por decenas de jinetes y caminantes de las dos localidades y lo harán entre hogueras y disparos.
La lumbre arderá en Jarandilla a partir de las siete de la tarde del domingo, concretamente en las plazas Nueva, de Sopetrán, San Agustín, La Soledad, Cuesta de Los Carros y calles y plazoletas adyacentes a cada una de ellas. Por la mañana los vecinos construirán hogueras con escobones, para prenderles fuego al atardecer y recordar a los pastores que se alumbraban con estas antorchas naturales cuando bajaban de la sierra. La tradición cuenta que al llegar al pueblo se despedían golpeándose entre risas y bromas con ellas y esa costumbre es precisamente lo que se ha convertido en la esencia popular de esta fiesta: golpearse con escobas encendidas.
Entre las normas dictadas por el Ayuntamiento están las de no dar a nadie de cintura para arriba, ni hacerlo en ningún caso con las caballerías que acompañarán la procesión de La Inmaculada por el pueblo. Se trata de evitar disgustos innecesarios, pero para más seguridad a quienes quieran entrar de lleno en el meollo festivo se les recomienda vestir ropa vieja y que no sea de tejido fácilmente inflamable, cubrirse la cabeza con un gorro y protegerse también las manos y el cuello. A quienes prefieran ver este espectáculo de luz y fuego desde la barrera se les pide que busquen un sitio sin aglomeraciones.
Torrejoncillo
Los actos principales de La Encamisá comenzarán en Torrejoncillo en torno a las diez de la noche del domingo, hora en la que saldrá de la iglesia de San Andrés el estandarte de La Inmaculada acompañado por decenas de jinetes, vecinos y visitantes. Una media de 200 caballos suelen participar en cada edición, aunque es difícil determinar el número porque para hacerlo no hace falta inscripción previa sino acudir en el momento de la procesión con los animales. Quienes los montan se cubrirán con sábanas blancas rematadas con puntilla y en ocasiones con bordados de estrella e iniciarán un desfile que tendrá como fondo musical el ruido de cientos de salvas salidas de escopetas en honor a La Virgen.
Son las dos citas populares más importantes del último puente festivo del año en Extremadura. Los hosteleros confían en que los clientes de última hora den un empujón a la ocupación, que en principio solo está asegurada en un 40 por ciento. Lo ideal es que se pueda incluso doblar y para ello están trabajando las promociones de una manera intensiva en esta recta final. Que dé o no resultado es algo que no se podrá saber hasta la semana que viene.
“Hay gente que viene incluso sin reserva y la hace a ultimísima hora, desde la Tablet o el Smartphone o acercándose directamente hasta el establecimiento”, indica Victoria Bazaga, presidenta de la Federación Extremeña de Turismo Rural, Fextur.
En lo que no se confía tanto es en que las pernoctaciones pasen de las dos noches porque la tónica habitual, no sólo en este y otros puentes sino el resto del año está en una noche por pareja, no en tres que sería lo ideal, según los propietarios.
“Hay quien se hace 400 kilómetros para pasar una sola noche, no más”, indica Bazaga.
Madrid y la propia Extremadura son los puntos de origen de los turistas que tradicionalmente se mueven por la región en el puente de la Constitución. En menor medida lo hacen los residentes en otras comunidades como el País Vasco, Navarra y Andalucía, dependiendo siempre de que tengan más o menos días festivos en sus lugares de residencia. Lo que más se demanda, en cualquier caso, son los apartamentos y casas rurales que se pueden reservar como un todo, en lugar de hacerlo por habitaciones individuales.
