La fiesta del árbol más antigua del mundo sigue viva en Villanueva de la Sierra
Hace 210 años, un martes de carnaval de 1805, al cura de Villanueva de La Sierra se le ocurrió salir al campo con los maestros y los niños del cole y ponerse a plantar árboles. No lo hizo porque le viniera por ahí el aire, sino porque Ramón Vacas, que así se llamaba el sacerdote, pensó que se trataba de un gesto oportuno para conmemorar el valor de la libertad, tras lo destruidos que quedaron los montes del norte de Cáceres por las batallas libradas entre tropas locales y las de Napoleón Bonaparte.
Aquella iniciativa tiene el mérito de haber convertido a la localidad extremeña en el lugar que cuenta con la Fiesta del Árbol más antigua del mundo, un título que le han intentado arrebatar catalanes, castellano leoneses e incluso americanos, de Nebraska. No han tenido ningún éxito, por cierto, porque la documentación aportada por el pueblo para demostrar que los primeros habían sido ellos determinó finalmente que esa primacía les correspondía.
La Fiesta del Árbol se va a celebrar este año entre el sábado y el martes de carnaval y va a tener un tinte especialmente solidario porque en el patio del colegio, que precisamente se llama El Olivar, se va a plantar un roble en recuerdo del cabo de la Unidad Militar de Emergencias, Alberto Guisado. El militar falleció en 2012 al volcar su camión en el área incendiada aquel verano en Sierra de Gata y el Ayuntamiento quiere que a partir de ahora las personas cuya muerte guarde relación con la defensa del medio ambiente, sean recordadas de una manera especial. La plantación conmemorativa tendrá lugar el sábado a las 13.00 horas; después habrá parrillada y unas jornadas temáticas sobre los árboles.
El 22 habrá una arbolada puerta a puerta
No será el único ejemplar que quede sellado a la tierra en esta edición, ya que el Ayuntamiento va a repartir más de 200 plantones de distintas variedades el lunes y el martes por la mañana. Quienes lo deseen, podrán ir hasta la dehesa del pueblo para dejarlos puestos, pero también es posible llevárselos para hacerles sitio en el jardín de casa o en el lugar preferido de la localidad en la que se viva porque de lo que se trataes de crear conciencia sobre la importancia que los árboles tienen para el medio ambiente y animar a la gente a estar pendiente de ellos, a cuidarlos, no sólo en Villanueva sino en cualquier lugar del planeta.
“En este pueblo somos absolutamente respetuosos con los árboles. Si vemos a alguien balanceándolos o golpeándolos le llamamos rápidamente la atención”, cuenta Conchi Corchero, teniente de alcalde, que a sus 63 años recuerda con orgullo cómo observaba de niña, absolutamente maravillada, aquellos primeros álamos que se plantaron en 1805 y dieron origen a la fiesta. “Un árbol es como un hijo. No sólo hay que plantarlo sino darle el cuidado necesario para que siga creciendo hacia arriba, recto”.
Los árboles se han ido repartiendo por distintos puntos de la localidad en cada celebración. En calles, en parques, en el monte… Pero se quieren hacer llegar incluso más allá de Sierra de Gata, hasta donde quiera llevarlos cada uno. Lo mismo se desea para las plantas aromáticas que la asociación ambientalista ARBA va a repartir también el martes, cuando acabe la misa de 12 en la parroquia del pueblo.
Si a alguien no le cuadran estas fechas carnavaleras para participar en las actividades programadas, le queda el domingo que viene, 22 de febrero, para sumarse a una iniciativa más que ARBA ha denominado Arbolada Puerta a Puerta y que se ha organizado con la colaboración del consistorio villanovense y Adisgata. Prometen “sensaciones múltiples que estimularán los sentidos”, pero no cuentan más hasta esa misma jornada porque quieren jugar con el factor sorpresa.
“Desarrollaremos una performance de puerta a puerta, divulgaremos el valor de un acontecimiento único en el mundo, auparemos emociones … para encumbrar la Fiesta del Árbol al lugar que se merece”, indican.
La actividad es gratuita, está abierta a público de todas las edades y comenzará a las diez de la mañana en la glorieta del cruce de carreteras que hay a la entrada de la localidad. Eso sí, quien quiera seguirla debe darse prisa porque solamente se admitirá a 20 personas. Las reservas tienen que hacerse con antelación en el teléfono 608701525 o a través del correo itomonfrague@yahoo.es