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Un verano atípico sin olas de calor y con tormentas casi a diario en el norte del país

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A punto de cumplirse un mes desde el inicio del verano, la estación arrastra un comportamiento anómalo sin ninguna ola de calor a la vista, circunstancia que no sucedía en casi una década, y con tormentas casi a diario en puntos de la mitad norte.

De momento, y coincidiendo con el comienzo del periodo canicular -etapa en la que se registran las temperaturas más elevadas del año (del 15 julio al 15 de agosto)-, los modelos climáticos no contemplan una ola de calor en la península para las próximas semanas, aunque es prematuro descartarlas.

Este comportamiento es similar al del verano de 2016, cuando el primer episodio de temperaturas anormalmente altas, se produjo en estas mismas fechas (17-19 de julio), según un estudio sobre este fenómeno de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Para recopilar datos sobre las olas de calor más tardías de los últimos 10 años habría que remontarse a 2009 y 2008, años en los que sólo hubo un episodio de calor el 16 de agosto y el 3 de agosto respectivamente.

Aunque la “memoria meteorológica” es muy corta, no es un hecho ni inusual ni extraordinario veranos sin ninguna ola de calor, y así desde 1975 se han registrado un total de 11 veranos sin ninguna: 1977, 1980, 1983, 1986, 1996, 1997, 1999, 2000, 2002, 2010 y 2014.

En la serie 1975-2017, el verano de 2017 fue el que más olas de calor registró, cinco en total, con una temperatura máxima de la ola de 41,1 grados, seguido de 1991 y 2016, con cuatro, mientras que la más larga fue la de 2015 con 26 días consecutivos, superando en 10 días a la de 2003.

Delia Gutiérrez, portavoz de la Aemet, ha explicado que este verano está siendo “atípico”, sobre todo por el descuelgue de pequeñas borrascas -bajas presiones- en el oeste atlántico, lo que propicia que predominen los flujos de poniente con humedad y temperaturas más suaves en casi toda la península.

Solo calor en el Mediterráneo

Sólo en el área del Mediterráneo -incluidas las Islas Baleares- , donde llega un aire muy recalentado, y en alguna zona del Cantábrico no están teniendo durante este primer mes del estío un clima “anormalmente fresco”, de tal manera, que cuanto más al oeste peninsular las temperaturas son más frescas, ha precisado Gutiérrez.

En la ciudad de Sevilla, por ejemplo, entre el 25 de junio y el 13 de julio, los valores máximos han estado en general muy por debajo de la media y así, la estación meteorológica de Triana registró el 1 y 2 de julio una temperatura máxima de 26 y 28 grados respectivamente, valores parecidos al registrado en Cádiz el 11 de julio con 23 grados.

Un aspecto que ahonda en esta dirección de valores más frescos este verano es la ubicación del anticiclón de la Azores, que este año se encuentra más retirado hacia el oeste, y que además se ha estirado hacia los países escandinavos.

El escenario climático normal prevé que este anticiclón bloqueé la entrada a la península de borrascas y de ondas atlánticas cargadas de aire húmedo y fresco, pero, de momento, esa circunstancia no está sucediendo, ha explicado Gutiérrez.

“Cada vez que el anticiclón se acerca a las costas peninsulares no permanece, tiende a retraerse hacia las Azores, lo que propicia el descuelgue de aire mas frío y de pequeñas borrascas atlánticas dejando un tiempo con valores más suaves en todas la cuencas abiertas al Atlántico”.

Otros fenómenos que se repiten casi a diario en esta estación estival -y sobre todo en la mitad norte peninsular- son las tormentas, que en algunos puntos de la geografía están siendo las protagonistas del verano.

Durante la última semana, en observatorios principales de municipios como Ponferrada y Burgos-Aeropuerto (Castilla y León) y en Asturias-Aeropuerto, las precipitaciones recogidas han duplicado o triplicado los valores medios para el periodo 1981-2010.

Sólo durante la semana pasada, las lluvias en forma de tormentas dejaron, en una franja desde Asturias hasta el País Vasco, hasta 60 litros por metro cuadrado en el litoral cántabro y 30 litros en el pirineo oscense y al este de la provincia de Teruel.

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