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El retraso en las consultas oncológicas en Santiago llega a la Fiscalía

Hospital clínico de Santiago

David Lombao

Los tratamientos oncológicos son complejos, multidisciplinares y, sobre todo, prolongados en el tiempo. Así, los muchos enfermos que superan la enfermedad no se desligan inmediatamente del sistema sanitario, sino que tienen que someterse a diversas revisiones cada vez más separadas en el tiempo entre sí hasta el alta definitiva. Así, por ejemplo, pacientes que son revisados cada mes pasan a serlo cada tres meses y después, cada seis o cada año, hasta que su proceso se cierra. Son estas últimas revisiones, las de los pasos finales del control, las que, según alertan enfermos del Hospital Clínico de Santiago, están sufriendo demoras de hasta ocho meses o, lo que es lo mismo, están viendo más que duplicado el plazo indicado inicialmente por el servicio de oncología.

La denuncia acaba de lanzarla SOS Sanidade Pública y los sindicatos integrados en esta plataforma, y la confirman pacientes oncológicos del CHUS consultados por eldiario.es. Y ya ha llegado a la Fiscalía gallega a través de un escrito presentado por el colectivo Defensor del Paciente. “Han hecho una especie de cribado” y “en vista de la saturación”, explica una enferma, demoran las revisiones periódicas de “pacientes que están estables, pero todavía no dados de alta”. De este modo, advierte, “si tenías revisión cada seis meses, te duplican el plazo”, lo que además de la lógica inquietud en la persona que espera provoca que 'caduquen' pruebas ya realizadas, como radiografías, TAC o análisis de sangre que son evaluadas en esas revisiones.

“Se están dando casos”, advierte SOS Sanidad, en que pacientes “son llamados desde los servicios de admisión del CHUS para retrasar en más de ocho meses la cita para la revisión”. “A algunas personas citadas para el mes de mayo de 2016 se les está retrasando la cita para enero de 2017”, ejemplifican. Cuando las personas afectadas por la demora “acuden al servicio de atención al enfermo, lo que se les comenta es que el retraso en la revisión es debido a la falta de oncólogos”. “Faltan oncólogos y también falta espacio”, explica en declaraciones a este diario la portavoz de la Asociación de Usuarios del Servicio de Oncología compostelano (AUSO-CHUS), Montse Recalde, que constata que esas carencias han sido comunicadas “por el personal” de Oncología.

El Defensor del Paciente ya ha actuado y ha remitido una carta al fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes, solicitándole que la Fiscalía actúe. En la misiva, a la que ha tenido acceso este diario, solicita la “intervención” ante el caso por tratarse de un “presunto delito contra la salud pública” al “estarse retrasando” las citas de revisión oncológica “en más de ocho meses”. “Es poner en riesgo su calidad de vida y curación, ya que el paciente con cáncer debe ser escrupulosamente revisado, a menudo con mucha atención”, explica el colectivo, que advierte que “lo conrario es que el paciente tenga una metástasis no detectada por falta de revisión o se ponga en peligro su vida”. “Tememos que esto pueda estar pasando en toda Galicia”, insiste.

La denuncia llega poco después de que la Fiscalía acusase, como adelantó eldiario.es, a la Xunta de homicidio por retrasar fármacos de hepatitis C por “razones presupuestarias”.

Demoras añadidas por un nuevo software

“En los últimos cuatro o cinco años no se ha incorporado ningún especialista en oncología médica en el CHUS a pesar del incremento del número de enfermos”, asegura SOS Sanidade, colectivo que además detecta un nuevo factor de “deterioro” en la atención a estos enfermos. Se trata, dice, de la “imposición a los profesionales de un programa informático llamado Silicon”, destinado a la “prescripción farmacéutica”, comprado por la Consellería de Sanidade “a un laboratorio privado”. Este software, resaltan, están “diseñado para el control de fármacos y para facilitar el trabajo de la farmacia hospitalaria, no para el personal facultativo”. De este modo, “el programa provoca un aumento del tiempo” que cada doctora o doctor “tiene que dedicar a la prescripción farmacéutica, ya que con él se incrementan los errores, en detrimento del tiempo dedicado a los pacientes”.

El problema informático añadido no existiría, según SOS Sanidade, si el CHUS echara mano del “programa de prescripción farmacéutica que ya existe en el Sergas desde hace muchos años, hecho por personal público” y “creado para facilitar el trabajo del personal facultativo y mejorar la atención a las personas”. “Ahora -lamentan- en la época de las privatizaciones masivas, Sanidad prioriza las privatizaciones sobre las personas enfermas”. La gestión de la integración de este programa en el Sergas le fue encomendada en octubre de 2015 a la multinacional Grifols Movaco por algo más de 470.000 euros por un período de dos años.

Mientras SOS Sanidade exige “la retirada inmediata de este programa” y “el incremento del personal facultativo especialista en oncología en la misma proporción que se han incrementado los enfermos”, la Gerencia del Área Sanitaria de Santiago asegura no tener conocimiento de la reprogramación de consultas y afirma que cada caso será tratado de la manera idónea. “Si no tienen conocimiento, o bien no están haciendo su trabajo o se lo ocultan desde Oncología”, señala la portavoz de AUSO, que descarta la segunda posibilidad, toda vez que las agendas son “cuestiones administrativas” que trascienden el propio servicio en el que se trata el cáncer.

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