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“No soy beligerante con las mareas, yo las aplasté”

Caballero, en un momento de la entrevista

David Reinero

Abel Caballero (Ponteareas, 1946), doctor en Económicas, fue ministro de Transportes y Turismo con 38 años, entre 1985 y 1988, con Felipe González. Tras presentarse sin éxito en 1997 a la presidencia de la Xunta, se retiró unos años de la primera línea política. En 2005 volvió para ser nombrado presidente del Puerto de Vigo, desde el que se hizo en 2007 con la alcaldía de la ciudad, incrementando desde entonces su apoyo popular hasta lograr, hace ahora un año, la mayoría absoluta más grande de todas las ciudades de España. Eso lo llevó también a presidir la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Sus respuestas son a veces tan rápidas que no permiten que las preguntas se formulen por completo.

¿Qué hizo su gobierno este año en Vigo con mayoría absoluta que no pudiera hacer antes en minoría y qué espera hacer en los próximos años?

Por ejemplo, conseguir el Área Metropolitana para Vigo. Esto requería mayoría absoluta, la gran mayoría absoluta que tuvimos para que Feijóo se asustara. Y Feijóo quedó tan asustado que ya nos dio el Área Metropolitana y lo que le pidamos. Y sirvió también para tener por ejemplo el convenio [con Fomento para la reforma] de la avenida de Madrid, que sin esa mayoría absoluta no tendríamos. Porque no se asustaría el Gobierno de España como se asustó, al ver lo que está sucediendo en Vigo. Porque lo cierto es que esta gran mayoría, que es la única de las cien primeras ciudades de España, impone respeto. Y eso significa que en este momento para Vigo las cosas son más fáciles. Yo quiero que se compare Vigo con Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Coruña, Santiago. La comparación dura un minuto. Al cabo de un minuto Vigo ya se destacó.

Vigo, la mayor ciudad de Galicia, se siente maltratada por no ser capital de provincia. Ahora va a crear su Área Metropolitana cuando hay una viguesa, la socialista Carmela Silva, al frente de la Diputación de Pontevedra, usted es presidente de los municipios y provincias de toda España y pide para Vigo rango de capital. ¿Qué hay que hacer con las diputaciones?

De momento están aquí, y mientras estén tienen que usarse con la mayor racionalidad posible. Eso es lo que estamos haciendo, lo que está haciendo Carmela Silva en Pontevedra. Hacer que la diputación sea una entidad democrática, participativa, con presencia de todos.

Como alcalde de alcaldes, ¿qué le parece el trabajo de Manuela Carmena en Madrid?

Carmena me votó para la FEMP. Por eso no la voy a enjuiciar.

¿Y Ada Colau en Barcelona?

Yo creo que es una calamidad.

¿Y Xulio Ferreiro en A Coruña?

Mucho más calamidad todavía. Lo de Coruña y Santiago es lo nunca visto en política. Desastrosos. No es que sea una posición ideológica. Yo le podría decir, y no lo voy a hacer, muchos alcaldes de otros partidos que son buenos. Es que lo veo. Yo vi a Ada Colau decir que no era capaz de resolver los desahucios. Si alguien que viene de la Plataforma Antidesahucios se hace alcaldesa y no es capaz de resolver los desahucios, debería pensar en dimitir. Porque esa era su bandera. Miro a Santiago y Coruña, que iban a hacer la revolución, y la revolución es la paralización total de las ciudades. Porque Ada Colau la ciudad aún la mueve un poco. Pero cuando miro a Santiago y Coruña, veo todo completamente parado.

¿Qué le pedirá la FEMP al nuevo Gobierno?

Lo mismo que al anterior. Que estamos en el momento de la revolución municipalista. Que se tiene que reformar la Constitución para incluir a los municipios como sujetos activos, con competencias, con capacidad de financiación, con obligaciones, con derechos. Queremos un apartado entero que trate a los ayuntamientos. Hay que hacer una reforma de financiación y tenemos que estar en la Constitución en igualdad con el Estado y con las autonomías. Esto no es un sistema piramidal, es un sistema de tres administraciones. ¿Esto significa confrontar con las comunidades autónomas? Sabemos que sí. Pero significa entender la vocación de cercanía a la gente de los gobiernos. El de Rajoy no la tuvo. No sólo por lo que hizo directamente sino por el desprecio a los ayuntamientos. Eso es evitar la cercanía. La legitimación de la política en España la estamos dando algunos alcaldes y alcaldesas, no todos. Estamos legitimando toda la política. Porque nuestra acción, y mi acción en Vigo, lo tengo que decir así, legitima toda la política. La gente se ve reflejada en una parte de la política que es la municipal, la nuestra.

¿Están respondiendo mejor los ayuntamientos que el Gobierno ante la crisis de refugiados?

El Gobierno no actúa. Forma parte de ese muro que separa a los refugiados de los destinos en los que tienen que estar. Yo creé una red en la FEMP en la que están la inmensa mayoría de los ayuntamientos. Ayuntamientos medianos y grandes queremos acoger, tenemos una red creada, y le reclamamos al Gobierno de España, al gobierno de Europa, que derriben ese muro que levantaron.

¿Qué va a pasar en el PSOE al día siguiente de las elecciones generales?

Pues que será un día más, analizaremos las elecciones y seguiremos nuestra marcha. Tomaremos las decisiones que el partido decida y seguiremos nuestra marcha. A lo mejor la marcha es presidente del Gobierno de España.

¿Se ve usted como ministro?

No, no, de ningún modo. Mi carrera política es Vigo. Mi vida política, porque mi carrera es la universidad. No hay nada igual que ser alcalde en una ciudad como Vigo, porque esto es la política total. Es hablar de trenes de alta velocidad, es derrotar una vez tras otra al presidente de la Xunta que está contra la ciudad, es recuperar un aeropuerto, es hacer política con Citroën, es movilizar el tax lease del naval y por tanto estar en el I+D, es revolucionar esta ciudad y hacer las políticas keynesianas que generan empleos, hacer que no haya desahucios en la ciudad y por tanto tener la política social más importante de ninguna ciudad. Y al tiempo, pues poner un banco para que una señora se siente delante de su casa. Una alcaldía como la de Vigo es la política total. No hay nada igual. Ni ser ministro, ni ser presidente autonómico. Nada.

Usted fue candidato a la Xunta por el PSdeG en 1997 cuando el BNG de Beiras, ahora impulsor de las nuevas mareas, le hizo un sorpasso...sorpasso

Ocurrió esa vez y la siguiente. Dos veces. Con Emilio Pérez Touriño [en 2001] también Beiras volvió a sorpasar. Porque nunca se acuerdan de decirlo.

¿Qué aprendió entonces que pueda recomendar ahora al partido a la vista de que las encuestas pronostican un sorpasso de las mareas al PSOE?

No, yo no recomiendo nada. Cada uno que lleve adelante su proyecto de la forma que entienda. Yo ya hice un proyecto para Galicia de unidad. No fue atendido. Son otros los que tienen que hacerlo ahora. 

Sigo con la comparación con aquella época. ¿Es usted ahora el equivalente a Francisco Vázquez, el entonces alcalde socialista de A Coruña, y las mareas cumplen el papel de antagonista que entonces ejercía el BNG?

Yo soy mucho mejor alcalde que Paco Vázquez. Paco Vázquez fue el segundo mejor alcalde de la historia de España, el segundo o tercero. Tierno [Galván], Pasqual [Maragall] y Paco. Yo soy mejor alcalde que Paco. Los tres mejores que hubo de todos los colores políticos fueron Tierno, Pasqual y Paco Vázquez. ¿Vale? Yo soy mucho mejor que Paco Vázquez aún. Pero cuando digo que soy mejor, me voy a los datos. Yo estoy 30 puntos por encima de mi partido. Cuando Paco ganaba, estaba 10 ó 15 puntos por encima del PSOE.

¿Tiene algo que ver su beligerancia con las mareas con su ascenso...?

Yo no soy nada beligerante. Yo aquí las aplasté. Estamos 17 a 3 [concejales en la Corporación].

Pero en las pasadas generales recuperaron mucho espacio en Vigo. No se produce el mismo resultado en las municipales que en las generales.

No, no, claro, ni en autonómicas. El voto de los ciudadanos es completamente distinto. Porque hay cultura política. En España hay mucha cultura política y quieren diferenciar. Y diferencian. Las razones hay que preguntárselas a los ciudadanos. Pero lo cierto es que yo saqué el 52%.

Aventure usted alguna razón.

No, no lo hago. Yo lo que digo es que saqué el 52% en las elecciones municipales y en las generales prácticamente al mismo tiempo sacamos el 22%. Creo que nosotros en Vigo hicimos una cosa que no hizo nadie nunca en democracia, seguramente. Tenemos un proyecto asumido por toda la ciudad. Incluso los que no me votan. Nosotros sentimos que estamos haciendo un proyecto que comparte el 80% de la ciudad. Por eso yo digo que mi resultado no es un resultado PSOE, ni es un resultado Abel Caballero siquiera. Es un resultado Vigo liderado por Abel Caballero. Esto es un modelo nuevo de hacer política. A lo mejor se pudo hacer en sitios pequeñitos. Pero Vigo es una ciudad grande, 300.000 habitantes, con un área de 600.000. Es un modelo absolutamente revolucionario de hacer política.

Usted en Vigo se puede permitir no tener que negociar con el resto de partidos. ¿Cree que en las autonómicas el PSdeG va a conseguir mayoría absoluta?

Eso pregúnteselo al candidato.

Y si no la consiguiera, ¿con quién debe negociar, con las mareas o con el PP?

Eso pregúnteselo al partido.

¿Usted no tiene preferencia?

Mi preferencia se llama 17 a 3. Le ganamos a marea 17-3. Ese es mi modelo. El que lo quiera, que lo coja.

¿Es mejor negociar con el PP porque tiene más representantes que las mareas?

Mi relación con el PP es 17-7. Que lo coja el que quiera. Las elecciones son para ganar, y se tienen que hacer para ganar. Cuando llegué a esta alcaldía estábamos con 13 el PP, 9 nosotros y 5 el BNG. Ahora estamos 17 nosotros, 7 el PP, el BNG cero y 3 las mareas. Cuando uno hace un proyecto serio y sólido pasa eso, que tienes el apoyo de todo el espacio electoral en el que te desenvuelves. Todo. Y todo es todo.

Su pasado remoto en el Partido Comunista no parece servir para que usted se sienta más cómodo con las políticas que están más a la izquierda del PSOE.

Yo duré en el Partido Comunista un año, hasta que en un congreso oí decir que sus dirigentes no se elegían por su capacidad, se elegían por su origen. No vale ese partido para mí. Nunca valió.

¿Y el tipo de políticas?

Yo hago las mías. Las mías son creación propia. Yo no compro políticas de nadie. Esto es un modelo que estamos creando continuamente hablando con la gente. No sabe cuánto se aprende hablando con la gente. Yo estoy todo el día hablando con la gente. Este fin de semana estuve en actos en los que debía haber en total unas 10.000 personas en dos días. Eso sí, no descansé, no dormí. Si eres capaz de estar entre 10.000 personas, que te pueden aplaudir o pitar, que son libres, y te aplauden, y te vienen a ver, y quieren estar contigo, y te dicen cosas, y te piden cosas, y te sugieren cosas... El proyecto es compartido. Esa es la política de verdad.

Sigue usted imputado por presuntamente recibir regalos de una constructora...

Está todo clarito, clarito. Lo mío está clarísimo. Está clarito. Está todo claro, claro, claro.

¿Es más comprensivo uno, cuando está en esa situación, con los de otros partidos que están en la misma situación?

No, no. Lo mío está. Cada uno habla por él. Lo mío está clarito, clarito, clarito.

¿Puede usted entender que los de otros partidos también vean claro lo propio?

Le vuelvo a decir, yo hablo por mí. Está clarito, clarito. Di explicaciones, hablé de esto, lo dije todo. Hasta dije que una de las cosas de las que algunos me pretendían acusar, es la policía la que dice que es mentira. Es la policía la que lo dice. Es bueno leer los sumarios. Está tan clarito que hasta la policía lo dice en el sumario. Fíjese si está clarito. [Los regalos en cuestión son una pluma y un reloj valorados en más de mil euros cada uno. Tanto en público como ante la jueza, Caballero negó haber recibido nunca el reloj y en el sumario de la causa consta la devolución de la pluma a la joyería].

Buena parte de las respuestas que ha dado en esta entrevista son especialmente categóricas. ¿Qué imagen cree que está trasladando el alcalde de Vigo? ¿Qué cree que debería mejorar de su propia imagen?

Yo no sé lo que debo mejorar o no porque yo soy yo. Soy como soy. Yo no me pongo a mejorar o empeorar. Yo soy espontáneo y digo lo que pienso y actúo como siempre actué. Ahora, le digo mi objetivo. Mi objetivo en las próximas elecciones municipales es superar el 60% de los votos.

¿No cree en la limitación de mandatos?

Yo creo en que la gente decida. Yo creo en la limitación de mandatos en modelos presidencialistas. Pero en los modelos parlamentarios, ¿por qué? Los ciudadanos me dicen “usted va a ser alcalde todo el tiempo que quiera, pero queremos que siga aquí, no se vaya a Santiago, no se vaya a España, usted no se vaya”. Cuando hice esta ronda por Galicia [una reciente gira de reuniones y actos políticos de partido], lo que me decían en Vigo es “usted no se va a ir, ¿verdad?”

¿Y qué le decían en Galicia?

En Galicia me recibieron muy bien. Y el proyecto de unidad que yo intenté llevar fue un proyecto que tuvo una extraordinaria acogida. Algunos lo rompieron. El derecho de cada uno. En todos los sitios tuve una gran acogida. Porque yo creo que los proyectos políticos se tienen que trazar desde la legitimidad y el reconocimiento social. El PSOE lo entendió bastante bien, seguramente mejor que los demás. Porque me nominó para presidente de la FEMP y por tanto reconoció el resultado que habíamos tenido aquí. Cuando veo una ejecutiva de un partido, veo cuántos conozco, cuántos están legitimados, alcaldes o alcaldesas, presidentes autonómicos, consejeros, gentes que tienen legitimación social, o miembros de la sociedad civil que están legitimados, como un presidente de un club de fútbol. Si no veo gente así, mal, a estos les va a ir mal.

Pero se tarda en conseguir esa legitimidad social de la que habla. Usted empezó con 9 concejales en su primer mandato.

Correcto. Y conseguí ser alcalde. Luego ya tenía la legitimidad social para ganar las elecciones en un sitio tan complejo como Vigo. Tienes que ir buscándote tu espacio. Te van nominando, primero eres concejal... Yo de ministro estuve aprendiendo para ser el mejor alcalde que uno puede pensar. Esto es broma, como es natural (ríe). En los partidos hay gente con una enorme legitimidad social, pero no siempre los veo en las direcciones de los partidos. Cuántas veces se montan los equipos en base a aparatos de partidos, y esto es un grave error en la democracia. En Estados Unidos, en Reino Unido, no hay aparatos de partidos. En Francia mandan mucho más los alcaldes. La nueva política es esa, que dirijan la política las gentes que tienen la legitimación social.

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