Las últimas polémicas entre la aerolínea Ryanair y diferentes administraciones públicas en España han reabierto el debate sobre la pertinencia de seguir dando subvenciones a las compañías que operan vuelos para que promocionen los destinos a los que llegan. Una de las voces que pide que se eliminen esas ayudas es el alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, que recientemente anunció una sanción a esta aerolínea por incumplir un contrato y que pidió, dentro de la jornada 'Todo un país de turismo IV. Viajar bien, vivir mejor', organizada por elDiario.es, dejar caer el modelo y hacer que estas empresas funcionen según las reglas del mercado.
“No podemos dejar que determinada forma de transporte haga chantajes a los destinos a los que va. Esta fórmula mediante la cual desde lo local subvencionábamos, a través de publicidad, vuelos tiene que caer en desuso. No es un buen sistema”, manifestó Caballero. Respaldó su postura la presidenta de Paradores, Raquel Sánchez, que defendió que no se puede permitir que un ejecutivo de una compañía “pretenda incumplir las normas y vulnerar los derechos de los consumidores”.
Además de la sanción de Vigo y de otra en Andalucía, Ryanair tuvo polémicas recientes con el Ministerio de Consumo, que le impuso una multa a varias aerolíneas 'low cost', incluida la irlandesa, por prácticas consideradas abusivas, como cobrar por el equipaje de mano. El presidente y fundador de Ryanair, Michael O'Leary, llamó “ministro loco comunista” a Pablo Bustinduy y luego vistió de payaso a una imagen suya. También el responsable de Transportes, Óscar Puente, respondió a esta aerolínea después de que dejase de operar algunos vuelos y rebajase otras conexiones en su estrategia para reclamar nuevos descuentos en las tarifas que abona. “Es una modalidad de chantaje que el Estado ni puede ni va a aceptar”, dijo el ministro.
Raquel Sánchez destacó en el debate que España tiene buenas conexiones aéreas y que esto responde a “las ganas” de visitar el país. Si el objetivo es viajar bien, dijo, hay que asegurar las condiciones y las infraestructuras para que el sector pueda ofrecer un servicio adecuado y también para garantizar los derechos de los viajeros.
Julio López Astor, subdirector general de Conocimiento y Estudios Turísticos de Turespaña, puso el foco en que “la clave” en las rutas aéreas es que “el mercado las sostenga”. Cree que las amenazas de algunas aerolíneas de retirarse hacen que “a muchos responsables locales les entre vértigo” y que algunos directivos de esas empresas lo aprovechen y crean que son quienes tienen “la sartén por el mango”. “Y no es así”, manifestó. Una de las vías que están abiertas en la actualidad es la de utilizar el big data para detectar conexiones que no existen, pero tendrían suficiente demanda. Se está haciendo un seguimiento diario de las búsquedas de vuelos para ello, explicó.
El debate sobre las ayudas a las compañías de bajo coste se dio dentro de una mesa que abordó el turismo internacional, en el que tienen más peso las conexiones aéreas. Caballero reivindicó la apuesta de su equipo por las luces de Navidad de Vigo como una forma de dar “contenido” a una ciudad que no tenía atractivo turístico. Defendió la necesidad de reinventarse como destino interesante y cuidar el sector porque se ve menos afectado por las crisis que otros. El turismo, dijo “son embajadas de paz”.
Julio López expuso que los viajeros que tienen interés en España comparten la visión de que el estilo de vida es “atractivo”, pero los perfiles difieren en función, sobre todo, de la procedencia. Desde Alemania, ejemplificó, hay más demanda de destinos de playa, pero desde países asiáticos se pone más atención a la cultura y el patrimonio. En este contexto, Raquel Sánchez, defendió el efecto de los paradores, ubicados habitualmente en áreas más rurales, para facilitar “la distribución de flujos turísticos, fuera de las estaciones y de territorios que tradicionalmente han sido destinos” demandados.