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Feijóo presenta su “limpia” victoria como un aval a Rajoy

David Lombao

Fue uno de los debates centrales de la campaña. Un triunfo de Alberto Núñez Feijóo lo sería también de Mariano Rajoy y un refuerzo de la mayoría absoluta conservadora en Galicia, un aval para la política del Gobierno central. Así se formulaba desde todas las latitudes políticas menos, precisamente, las del PP. Hasta la noche electoral. Feijóo salió a la sala de prensa de la sede autonómica del PP -convertida este domingo en auditorio para dirigentes y militantes, sin prensa- para, entre aplausos, situar su triunfo, “claro” y “limpio”, como un soporte para Rajoy y sus recortes.

“Si los ciudadanos no entendiesen que, a pesar de las dificultades, a pesar de a los esfuerzos, se está gobernando con responsabilidad y conforme al interés general” desde La Moncloa, “esta victoria sería imposible”. Desde Compostela Feijóo lanza un recuerdo para Rajoy, como en 2009 le lanzó un salvavidas en uno de sus peores momentos internos. “Tener un gobierno responsable en España ayudó a aumentar la confianza de las gallegas y de los gallegos” en el PPdeG, asegura.

Después de advertir, tras depositar su sufragio, de que “el partido” se jugaba en Galicia y el resultado, por lo tanto, se debía leer sólo en clave gallega, Feijóo cambia la letra y la música de su discurso y, en un tramo, también el idioma. El líder conservador optó por el castellano para, en clave estatal, explicar que “hay quien piensa que avanzar es separarse” pero “avanzar es adelantarse”. Por eso, asegura, su “objetivo” de aquí a 2016 será “que Galicia siga por delante” y “servir los intereses de sus ciudadanos”. Porque “sirviendo los intereses” de los ciudadanos gallegos “estamos sirviendo los intereses generales de España”. “Lo que es bueno para España es bueno para Galicia”.

Feijóo y el resto de dirigentes populares celebraron el veredicto de las urnas evitando la euforia, reservada para la fiesta organizada por el partido en un hotel compostelano. El actual presidente en funciones -lo será hasta que sea investido de nuevo- cree que el resultado que le han otorgado “los dueños de Galicia” son “un valor añadido cuando más difícil es la situación” y por eso “trabajaremos cada día para estar a la altura de las circunstancias”. Huyendo de la dureza de la campaña el popular echa mano de la fórmula de la promesa de “gobernar para todos” añadiéndole que centrará “especialmente” su labor “en las personas que sufren el paro” y en quien “sufre especialmente las incertidumbres y las dificultades”. “Ellos son los primeros a los que me debo”, afirma.

Con la ministra de Fomento, Ana Pastor, como única dirigente estatal del partido desplazada en Santiago Feijóo acudirá este lunes, como hace cuatro años, a proclamar su victoria ante la cúpula del PP en Madrid. Inicia mandato “sin pactos ocultos”, con una oposición en complicadísimo proceso de reconstrucción y asegurando haber obtenido un mayor caudal de confianza a pesar de los 150.000 votos perdidos. Su primer mandato en San Caetano “ha valido la pena”, concluye Feijóo, y ahora “todas las mañanas” se dedicará a “interpretar lo que Galicia quiere”, algo que “sin el presidente Fraga no sería posible”, referencia a Fraga que llenó la sede popular de ovaciones y que estará muy presente en la legislatura que comienza. No en vano, Feijóo atesora ahora un poder que sólo logró en Galicia el fallecido patrón de la derecha española.

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