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“La izquierda debe naturalizar las diferencias, y que esas diferencias nos hagan fuertes”

Yolanda Díaz, coordinadora nacional de Esquerda Unida y viceportavoz de AGE

Marcos Pérez Pena

Termina el curso parlamentario y hacemos balance con una de las debutantes en este parlamento, debutante además en una posición de gran responsabilidad: viceportavoz de AGE, en una Cámara en la que la mayoría absoluta (y ejercida absolutamente) del PP hace más difícil que nunca la labor de la oposición. Responsabilidad y trabajo doble para la ferrolterrá Yolanda Díaz, coordinadora nacional de Esquerda Unida además, y con el mandato de construir y gestionar una coalición y frente de izquierdas que obliga a experimentar nuevas culturas políticas, a compartir responsabilidades y generosidades.

¿Cómo valoras el curso parlamentario que acaba de terminar?

Con mucha decepción. Han sido siete meses perdidos: ¿Cuál ha sido la ejecución presupuestaria de las políticas públicas de la Xunta? Ninguna. Feijoo no ha hecho nada relevante para nuestro país, basa toda su acción en una inmensa mentira: en el naval, en las cifras del paro, en la pérdida del tejido productivo, en la modificación de la legislación para permitir los proyectos que están arrasando Galicia. No ejerce su función como presidente. En el plano personal, para mí está siendo una experiencia gratificante, y también en lo que se refiere al trabajo conjunto del grupo de AGE: creo que es un experimento a través del que estamos haciendo un buen trabajo colectivo. Pero la sensación general es de una cierta lástima, porque estamos aquí para cambiar las cosas.

Da la impresión de que la situación está muy enquistada. Tanto por las dinámicas del Gobierno como por las dinámicas de la oposición. ¿Cómo romper eso? ¿La liberación de los documentos de la comisión de las cajas busca eso, precisamente, cambiar el paso?

Con esta acción estamos desnudando al presidente, creo que es muy importante evidenciar que está mintiendo. ¿Cómo se rompen las dinámicas? En la calle. No hay otra manera, la clave es la toma de conciencia. Sobre todo ante un PP que viene de la cultura del franquismo y no trabaja para su país, sino que sólo trabajan para el partido. Y Feijoo va más allá, ya ni le preocupa su partido, le preocupa sólo su persona, se siente como un César. Le vamos a presentar un plan de empleo, detallado, presupuestado, con la participación de técnicos que avalan ese trabajo, y le va a dar igual. ¿Cómo se rompe un personaje así? En la calle.

¿Qué va a dar de sí la comisión de las cajas?

Nada. Es defectuosa de inicio y no va a servir para que los responsables de lo que sucedió vean señalada su responsabilidad. Lo que nosotros hemos hecho ha sido ejercer la dignidad de este Parlamento, de nuestros votantes y del país. Nos robaron las cajas por una pura decisión política, sin criterio técnico alguno. Y fueron capaces de arrasar con todo para salvarse ellos mismos.

Da la impresión de que la convergencia de luchas que siempre se invoca no acaba de llegar...

El capitalismo es capaz de deglutir las luchas parciales. Lo primero que debemos hacer es debatir la situación y confluir en su análisis: Estamos de acuerdo en que están desmantelando el Estado del Bienestar y el Estado pactado en la Constitución, derribando el título octavo y otros. Si coincidimos en esto, hay que hacer pedagogía ante la ciudadanía para ejercer nuestros derechos. Y frente a ese proceso destituyente debemos iniciar un proceso constituyente. La gente está sedienta de que hagamos algo, se vio por ejemplo en la reciente huelga general en Ferrolterra. La situación es desesperada para muchas personas y lo que hagamos tiene que servir para generar esperanza en la ciudadanía. Hay que converger en el punto de partida, ahí es donde se está fallando. Si coincidimos en la diagnosis, el resto casi viene dado.

Vigo y Ferrol, que fueron el motor de la industria gallega, viven una situación desesperada y son una muestra de la destrucción del tejido industrial en Galicia. Como ves su futuro? Por donde pasan las posibles soluciones?

Conozco bien lo que está pasando en Ferrol y me atrevo a decir que Ferrol no tiene futuro. Con estas políticas públicas Ferrol no tiene futuro. La situación de Vigo es distinta. Ferrol depende del monocultivo industrial vinculado a los astilleros. Pero sí, son dos motores, ese eje norte-sur del país, que están arrasando. Y es muy simbólico: son dos lugares que llevaron a cabo luchas heroicas. Pero es que esto entra dentro de la estrategia de Feijoo, del PP y de la troika, que pasa por tener un ejército de parados para así bajar los salarios.

¿Qué solución tiene el naval?

Tenemos las mejores infraestructuras y el mejor astillero del mundo, como es el caso de Astano. El levantamiento del veto para la construcción civil está ahí, a las puertas, a un año. Y antes lo que debe hacer la Xunta es proveer ese astillero de dos cosas fundamentales: dotarlo de una plantilla que hoy no tiene, y también de los elementos materiales necesarios. La Xunta debería estar trabajando para el momento del levantamiento del veto. Y después se debería estar buscando ya carga de trabajo y se debería poder construir ya el dique flotante, que consolidaría el área de reparaciones y generaría mucho empleo de forma inmediata. Y esto no se hace porque el PP es vasallo de otros intereses, el pacto está en que Alemania o Polonia sean quien construyen buques civiles. ¿Y qué pasa en Vigo? Galicia concentra el 80% de construcción de buques civiles en España y el gran fracaso de Núñez Feijóo en estos cinco años es no haber encontrado solución para el tax lease. Hace falta financiación y crédito. Y para eso hace falta intervenir en el mercado financiero, hace falta una gran banca pública que conceda esos créditos. ¿Qué está haciendo el Igape? Eso lo están haciendo otros países, no es nada revolucionario.

¿Cómo se deben leer las elecciones europeas? ¿Van a ser una lucha de modelos: el de la troika frente a la alternativa que la izquierda pueda dar?

Sí, y no sólo eso, también van a ser un plebiscito, un primer paso para desalojar a Mariano Rajoy de La Moncloa. Si la izquierda coincidimos en estas lecturas le lanzaríamos un mensaje muy claro a la gente. El modelo de construcción europea hoy por hoy se hace contra las trabajadoras y trabajadores y contra las personas de abajo. Si las personas y grupos que pensamos esto fuésemos juntos con un programa de mínimos les ganaríamos las elecciones. Pero tenemos poco tiempo, en diciembre debería estar cerrado. Es un proceso que exige mucho diálogo, con muchas fuerzas distintas, y con culturas políticas distintas. Yo sé que Izquierda Unida va a tener muy buenos resultados por sí sola, pero yo no me conformo con eso. IU es sólo un instrumento para cambiar las cosas, y la situación de excepcionalidad exige que tengamos generosidad para esta confluencia plural. La izquierda tiene que aprender no solo a trabajar en coalición, sino también a naturalizar las diferencias que tenemos entre nosotros, y que esas diferencias nos hagan fuertes. Para poder combatir el fascismo financiero.

¿Es el momento de romper el tabú del debate sobre la salida del euro?

Creo que sí. Fue una gran trampa y tenemos que hacer pedagogía. Hay que dar un debate intelectual y político y después hay que llegar a una síntesis. En IU hay compañeros que apuestan por salir del euro ya, otros piensan que sería un error ir con esa bandera a las elecciones, como tampoco Syriza lo propuso de forma tan tajante, para no asustar a la gente. Pero lo que tenemos claro todos es que la salida del euro será inevitable si no cambian estas políticas. Tampoco es lo mismo plantear una salida unilateral, que pactar entre todos los países del sur una salida colectiva.

¿Los partidos tenéis que hacer vuestro propio proceso constituyente, ser más permeables, romper vuestras estructuras, sobre todo para dar entrada a la gente que lo está reclamando desde lo exterior, que pide paso?

Es el momento de la lucidez. IU se define no como un partido político, sino como un movimiento político-social. ¿Es un movimiento político-social? Aun no. Ningún proceso de cambio se da sin la gente: tenemos la experiencia de la Transición, que fue un proceso en el que se pactó todo sin la participación del sujeto soberano, el pueblo. Ahora estamos a las puertas de que el pueblo sea el sujeto activo de ese nuevo proceso constituyente, y debemos tener claro que eso es lo que queremos. No le debemos tener miedo a la gente, hay que dejar paso a gente nueva.

¿Cómo ve el proceso de organización de Esquerda Unida?

Es el gran reto que tenemos por delante. Estamos alucinando con el crecimiento que están experimentando las afiliaciones, pero tenemos que esforzarnos mucho en el la difusión territorial, sobre todo en Lugo y Ourense.

¿Cómo valoras la asamblea de Anova y las decisiones que se adoptaron?

Toda Esquerda Unida observó con mucha atención y sin ninguna alarma los debates de Anova. Fueron debates interesantes y Anova tenía que darlos. Ahora toca que los resituemos para seguir trabajando. Hay que desdramatizar las cosas.

¿Crees que Xosé Manuel Beiras está marcando distancias con EU en las últimas semanas? ¿EU está teniendo una actitud más generosa con respecto a AGE y la propia Anova de lo que sucede a la inversa?

Respeto a Xosé Manuel Beiras en todos los sentidos, comenzando por cualquier declaración que pueda realizar, aunque hay cuestiones en las que no estoy de acuerdo. Creo que debemos preservar a Beiras. Sus reflexiones son legítimas y lo que decida Anova bien estará. Yo voy a trabajar por confluir con todas las voces lúcidas de este país. La experiencia de AGE no es ni de Anova, ni de IU, ni de Espazo, ni de Equo, es de la gente que nos votó, que están deseando que nos consolidemos. La historia de la izquierda es una historia de generosidad. Yo creo en AGE y creo que las organizaciones son instrumentos, tan sólo, no son un fin en sí incluso.

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