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Una multitud exige que el acuerdo lácteo frene el “saqueo” a las granjas gallegas

La manifestación de ganaderos, por el centro de Santiago / praza.gal

David Lombao

La lucha ganadera tenía este jueves tres escenarios: Santiago, Lugo y Madrid. Las dos ciudades gallegas, tomadas por sendas tractoradas, vieron como sus calles más céntricas eran anegadas por sendas multitudes que exigían el fin de los precios abusivos para la leche gallega. Mientras, en la sede del Ministerio de Agricultura se sentaban a la misma mesa todos los miembros de la Organización Interprofesional Láctea (INLAC), esto es, representantes de productores, industria transformadora y distribución, con la ministra Isabel García Tejerina como anfitriona. Para los ganaderos gallegos el acuerdo que se exploró en Madrid tiene que servir para finalizar con el “saqueo” de las granjas gallegas, y así lo gritaron en sus masivas movilizaciones.

Cuando García Tejerina anunciaba ante la prensa un “principio de acuerdo” que, “a falta de cerrar algunos flecos”, permitiría lograr “un mayor valor para nuestros productos lácteos”, una masiva comitiva encabezada por cuatro vacas frisonas atravesaba Compostela, desde la Alameda al complejo administrativo de la Xunta. Al contrario de lo augurado por parte de la prensa local e incluso insinuado por el propio presidente de la Xunta la respuesta del vecindario al paso de la protesta no fue, ni de lejos, de rechazo o incomodidad. Así, los ganaderos fueron vitoreados y aplaudidos en numerosos tramos de la marcha, muy especialmente al pasar por la Plaza de Abastos.

Representantes políticos de PSdeG, BNG, Anova o Izquierda Unida o alcaldes como los de Santiago y Lalín acompañaron a una manifestación a la que, ante la sede de la Xunta, le puso voz una joven ganadera, Águeda Capón. “Los ganaderos gallegos llevamos soportando lustros de chantaje, amenazas veladas y precios por el suelo”, dice. Este es el motivo por el que las “10.000 familias” que viven de la leche exigen que Administraciones e industrias “saquen de la agonía a las granjas que estamos siendo saqueadas sin escrúpulos” y garanticen “que no vamos a tener que endeudarnos más para hacer nuestro trabajo”, lo cual pasa por “frenar la apropiación ilegal de renta que estamos sufriendo los ganaderos”

“No daremos marcha atrás hasta conseguir un marco estable” de precios “que nos permita vivir dignamente”, explica Águeda Capón. Y esto, advierte, solo sucederá cuando termine la “inmoralidad en los supermercados internacionales, y también en alguno que hace gala de la manera de vida de los gallegos”, en los que “es más barato un cartón de leche que un litro de agua”. “O dentro de ese cartón no hay leche o en esos empresarios no hay alma ni vergüenza”, lamenta.

Principio de acuerdo “sin garantías”

Cuando terminaban las protestas en Compostela y Lugo comenzaban a llegar los primeros detalles de la propuesta de acuerdo formulada en Madrid, de cuya redacción se desmarcan tanto UPA -en la que se integra Unións Agrarias- como COAG -a la que está ligada el Sindicato Labrego Galego-. Así, el texto recoge compromisos ya lanzados en otras ocasiones por las distribuidoras y las industrias, tales cómo “impedir el uso” de la leche como “producto reclamo”, identificar claramente el origen geográfico de los productos o establecer contratos a largo plazo con precios que garanticen la “sostenibilidad del sector”.

A pesar de existir avances, admiten, tanto Unións como el SLG explican a este diario que el texto, al menos con la redacción de este jueves, “no recoge algo imprescindible: definir qué se entiende por precio sostenible”. “Si no se dice cuánto es, la industria puede considerar que un precio indigno es sostenible”, ilustran.

En esta coyuntura, y mientras las negociaciones continúan -en cualquier caso, un eventual acuerdo no se firmará hasta dentro de dos semanas-, los ganaderos se disponen a decidir en asamblea el rumbo de las movilizaciones. El responsable de la Organización de Productores de Leche y portavoz de la Plataforma, Anxo Escariz, indica que la propuesta del colectivo no será apostar por la huelga de entregas, sino por “impedir la distribución y salida de leche de las fábricas”, algo “mucho más eficaz”. Al tiempo, advierte, seguirán exigiendo que la actuación de la Xunta no se limite “a que el señor Feijóo nos pase la mano por el hombro”.

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