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Paco Vázquez se homenajea de la mano de Albert Rivera: “Soy un crispador, y a mucha honra”

Rivera y Paco Vázquez, durante el acto en A Coruña

Miguel Pardo

El ex alcalde socialista de A Coruña y ex embajador español en el Vaticano, Francisco Vázquez, volvió a arropar a la derecha. En su propia ciudad, acompañó el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en un coloquio sobre el constitucionalismo que giró hacia duras críticas al PSOE, al Gobierno de Pedro Sánchez y al “populismo y nacionalismo” que, según ambos, sitúan a España en un momento “grave y dificil” ante el que instan a reaccionar.

En un acto de poco más de una hora, ni Vázquez ni Rivera hicieron alusión alguna a Galicia, a la política gallega o a A Coruña excepto para referirse al temporal que azotaba fuera y que no impidió que más de un millar de personas --varias llegadas en tres autocares desde otras localidades gallegas-- asistiesen al coloquio. Tampoco hubo referencia que saltara el guión centrado en el “golpe de estado” en Catalunya, en el peligro de otras opciones políticas, en la necesidad de “defender” la unidad de España y en los ataques al “sanchismo” que, para el lider naranja, es el resultado de un PSOE que “rompe el constitucionalismo”.

A pesar de los elogios mutuos continuos, Vázquez no quiso comentar los rumores que lo sitúan en una lista electoral junto a Ciudadanos para la alcaldía. No era día para la política local, ni para Alcoa, ni para el futuro de los muelles... Ni tan siquiera para la polémica sentencia del Supremo sobre el impuesto hipotecario cuando el ex-alcalde y Rivera abordaron la “politización de la Justicia”. Fue ahí cuando los dos aludieron a un supuesto futuro indulto a los líderes independentistas encarcelados o al criterio de la Abogacía del Estado ante el juicio por el procés.

“Para mantenerse en el poder, lo que se está negociando es la propia idea de España; se intenta negociar, por interés propio y personal, con tal de tener votos suficientes para seguir en el poder”, dijo Francisco Vázquez en referencia a Pedro Sánchez mientras Rivera advertía de que “el PSOE debería estar en otro sitio” y censuraba que permitiese que “populistas y nacionalistas manden en España”. “No es cuestión de ser de izquierdas o de derechas, es ser constitucionalista o no”, añadió.

A pesar de reconocer pequeñas diferencias, estas no se vieron en un coloquio en el que ambos dijeron defender “los mismos valores” y llamaron a “quitarse los complejos” y “defender la idea de España”. Rivera, además, llamó a “alistarse en el ejército civil de ciudadanos libres e iguales” para “combatir el nacionalismo” y volvió a emplear lenguaje bélico para presumir de que él “se alista” ya en ese grupo “para defender la Constitución”. “Conjurémonos para que el constitucionalismo vuelva a dar la cara”, insistió quien dice luchar “contra la España tribal”.

“Soy un crispador, a mucha honra. ¿Es crispar gritar viva España o que Navarra es España?”, se preguntó Vázquez tras referirse Rivera al polémico acto organizado por la plataforma de su partido en Altsasu el pasado domingo. Fue entonces cuando el líder de Ciudadanos enumeró varios de los supuestos problemas que la excesiva descentralización provocan en el Estado. Volvió a referirse a los presuntos obstáculos que existen en el sistema sanitario a la hora de solicitar un medicamento en una farmacia de fuera de la comunidad de residencia, un problema que sólo alcanza a Madrid pero que Ciudadanos emplea como ariete contra las autonomías. Y se preguntó si era normal que hubiese quien “no pueda ir al colegio en alguna parte de España porque no hay español”. “Vamos a tener que pedir una instancia para estudiar en castellano”, repitió tras criticar a la TV-3 por ser “un NO-DO”.

Luego, Francisco Vázquez abogó por “acabar con la descentralización” en la educación que supone una “enseñanza sectaria” de España e incluso cargó “contra el concepto de lengua propia”, especificado por ejemplo en el Estatuto de Autonomía de Galicia. Él y Rivera isistieron en el innecesario debate de una descentralización a la que ven problemas mientras fuera, sólo unos minutos antes, Manuel Monge, ex-concejal en A Coruña, repartía entre los asistentes cientos de folletos que recordaban las palabras que a favor de la autodeterminación pronunciaba el ex-alcalde décadas atrás.

Entre el público, ovaciones cerradas a cada intervención contundente, pero en especial cuando Albert Rivera reivindicó la igualdad salarial de los policías con los mossos d'esquadra o con la Ertzaintza y cuando Francisco Vázquez hizo un inciso en su intervención para volver a criticar con dureza la “mal llamada Ley de Memoria Histórica”. Antes, el antiguo líder socialista había reivindicado “la coherencia de los partidos con sus ideologías”. En su sofá, ante un enorme fondo naranja y sin ningún referente del PSOE presente. Fuera, llovía a cántaros.

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