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La cultura ‘maker’ viaja en furgoneta a las plazas de los pueblos de España

Circolab quiere llevar la cultura 'maker' a las plazas de los pueblos de España

Álvaro Hernández

Como si de una pequeña compañía circense se tratase, los seis integrantes de esta expedición llegan a la típica plaza de un pueblo cualquiera de la geografía española. No se trata de un grupo de teatro itinerante ni estamos ante unos titiriteros que entretienen a los más pequeños a la antigua usanza; en realidad, esa furgoneta en la que han llegado es un laboratorio móvil cargado de tecnología y posibilidades.

Su nombre es Circolab y al volante se encuentra Víctor Díaz, el español que cruzó Estados Unidos en una furgoneta de Google para arrancar el proyecto ARA. Ahora, Díaz pone en marcha el motor de esta versión ibérica que, en realidad, poco tiene que ver con aquel 'tour' norteamericano.

Aquella vez, Google buscaba inspiración en las fuentes del conocimiento: la furgoneta negra visitó las quince universidades más importantes de Estados Unidos. Sin embargo, la ruta organizada por Díaz con el apoyo de la española BQ tiene un objetivo diferente: llevar la cultura ‘maker’ a los pueblos del país y plantar cientos de semillas para despertar el gusanillo por la tecnología.

“Mi metáfora es la del catalizador. Queremos servir de catalizador para que haya reacciones y se produzcan cosas, porque los elementos base los tienes. Tienes todo. Solo falta algo que haga saltar la chispa”, explica Díaz a HojaDeRouter.com.

Así, en lugar de ir visitando universidades, los seis integrantes de este Circolab desplegarán su laboratorio itinerante en sitios tan dispares como colegios, centros cívicos, ‘fablabs’ o incluso plazas de pueblos como Almendralejo:

Junto a dos documentalistas que grabarán todo el proyecto, el experto en fabricación digital Pablo Clemente, la investigadora en educación Paola Guimerans y la “facilitadora de experiencias” Ana Enrich, Díaz se propone conducir este proyecto de contrastes. Al fin y al cabo, las clásicas plazas y parques españoles pocas veces - por no decir ninguna - habrán sido escenario de un despliegue tecnológico con impresoras 3D y todo tipo de artilugios similares.

Desde el pasado 18 de septiembre, día en el que tuvo lugar la “etapa cero” en la sede de BQ, y durante tres meses, si todo marcha bien, la furgoneta blanca de Circolab recorrerá más de 30 poblaciones españolas con actividades para todas las edades.

Esta mezcla de circo y laboratorio colaborativo se diferencia del proyecto estadounidense en otra cosa esencial: si en el 'tour' de Google la furgoneta era la protagonista, en este caso los participantes se sitúan en el centro de todo.

“Todo sale de la furgoneta. Tenemos una serie de muebles modulares en los que van las máquinas y todo el material. Así, si tenemos un espacio grande, podemos sacar todos los muebles y tener nuestro espacio de creación alrededor de la furgoneta, pero en caso de que no lo tengamos o estemos en un sitio interior podemos sacar los muebles y, por ejemplo, meternos en un colegio para transformar totalmente un aula”, explica Víctor.

En esos muebles, seis impresoras 3D, un escáner, una dobladora de varillas, una cortadora de vinilos, taladros, soldadores y un sinfín de sensores y placas viajarán alrededor del país a disposición de todo aquel que se acerque al Circolab.

“Hemos diseñado unas 40 o 50 actividades muy flexibles”, cuenta Díaz. En ellas, lo colaborativo y la interdisciplinariedad son esenciales, como él mismo explica: “Nos basamos en el modelo STEAM, que integra el diseño y las artes en la educación con disciplinas como la ciencia, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas”.

De esta forma, el proyecto no solo busca convencer a futuros amantes de la cultura ‘maker’ y promover la creatividad, sino también “generar un poco de conciencia crítica para que la gente piense por qué se hacen las cosas así”.

Durante los próximos meses, aún sin un itinerario fijo para las fechas más lejanas, Circolab recorrerá el país esparciendo el virus de la tecnología. Sin títeres, payasos ni saltimbanquis, el laboratorio circense promete no dejar a nadie indiferente en los pueblos de España.

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