Así se restauraron las imágenes de la llegada del hombre a la Luna
El 20 de julio de 1969, millones de habitantes de todo el mundo estaban atentos a sus radios o televisores: el astronauta Neil Armstrong se convertía en el primer humano en poner el pie en la Luna. La retransmisión en directo y sus palabras quedaban para la posteridad.
Lo que tantos espectadores veían en directo desde sus casas estaba siendo registrado en la NASA para el futuro. Pero aquellas imágenes, como las de tantas y tantas películas, se degradaron con el paso del tiempo. Urgía restaurarlas para que no se perdieran y para que tuvieran la mayor calidad posible.
Alguien se tenía que encargar de esa restauración, y el trabajo le tocó a Lowry Digital, una empresa que ya sabía mucho de estas lides: “Para cuando hicimos este proyecto ya habíamos restaurado 400 películas”, explica a HojaDeRouter.com Michael Inchalik, quien entonces era jefe de operaciones de la compañía.
Lowry Digital fue fundada por John Lowry, un canadiense que ya tenía experiencia en el tratamiento de imagen. Nacido en 1932, en su país natal había creado con 21 años el primer equipo de efectos especiales de la televisión pública, a la que había entrado a trabajar apenas meses antes. Lo hizo en los estudios de Toronto, que todavía no habían comenzado a emitir a su llegada. Por lo tanto, conoció de primera mano y desde el primer momento cómo funcionaba esa nueva tecnología y ayudó a desarrollarla.
En los años 60, Lowry se instaló en Hollywood y creó una empresa llamada Image Transform. A finales de aquella década, la NASA acudió en su búsqueda. Lo querían para “procesar la transmisión televisiva en directo del aterrizaje en la Luna. En aquel entonces, la tecnología era analógica”, y lo que millones de espectadores pudieron ver en todo el mundo llegó gracias a una invención de aquel Lowry: un circuito eléctrico sin el que no se entendería ese hito del siglo XX. Por cierto, parece que la NASA se mostraba reticente a colocar cámaras en el Apolo 11.
La NASA apostó sobre seguro en 2009 cuando Lowry Digital se encargó de restaurar ese material. En el momento del encargo, el pionero de la televisión canadiense ya tenía más de 70 años. La NASA acudió a ellos, según explica Inchalik, “por dos razones: la primera es que éramos líderes mundiales en restauración. Todo lo que se hizo dentro de la compañía fue hecho usando un 'software' especial para ordenador que desarrollamos nosotros mismos” y en base a la tecnología que el propio John Lowry creó para restaurar sus películas.
La otra, que la agencia espacial ya conocía a Lowry. Aunque Inchalik, por su cargo, no estaba detrás del ‘software’ y las operaciones de restauración en sí mismas, sí “era muy consciente del proceso”, pues conocía a las personas que lo realizaban. “Ganamos el trabajo porque les mostramos a qué podría parecerse el resultado de la restauración, al tomar pequeños trozos del metraje y hacer un antes y después para que pudieran ver lo que podía hacer la tecnología”.
“Lo que nosotros inventamos fue un modo de usar los ordenadores para calcular cuánto detalle se perdió”, explica Inchalik. “No puedes hacer esto con imágenes fijas, pero cuando tienes una película, tienes literalmente cientos de fotogramas de una imagen que son casi lo mismo”. Así, se pueden extraer detalles de las imágenes de varios fotogramas y ponerlos luego en el resto de fotogramas relacionados. Los bordes de un circo lunar, una piedra… Montones de detalles que se pueden pulir y completar allí donde se han perdido.
El equipo también se dio cuenta de que los fotogramas tenían mucho ruido, sin olvidar que el brillo o el contraste eran excesivos, todo ello por las limitaciones ópticas de las cámaras que llevaban en la misión o por la mala conversión de la señal recibida en la Tierra, que hubo que transformar varias veces para que pudiera emitirse por televisión. De hecho, en la grabación original, en los primeros segundos en los que se ve a Armstrong bajando por la escalera, su figura no se distinguía muy bien. Sumado todo esto a la propia degradación del celuloide por el paso del tiempo, el reto fue apasionante. Lograron salir indemnes.
Eso sí, su trabajo no se hubiera podido desarrollar sin haber localizado antes las grabaciones. Porque, más allá de las imágenes escasas y de baja calidad que se conocían, las cintas con las tres horas de paseo lunar estuvieron perdidas hasta 2006. Algunas de ellas habían sido borradas para reutilizarse. Por aquel entonces, la NASA aseguraba que debían estar en algún archivo de la agencia. “Los ingenieros de la NASA esperan que, cuando las cintas se encuentren, se pueda usar la tecnología digital actual para producir una versión del paseo lunar de mucha mayor calidad que la que tenemos hoy”, decían.
En el mes de noviembre se informó del paradero de algunas de ellas, copias de la retransmisión televisiva, en un laboratorio de Australia, uno de los países donde se habían colocado antenas para el contacto con el Apolo 11 (de hecho, fue el primer país que vio la transmisión y el que suministró la señal televisiva). El equipo de Lowry Digital terminó la restauración en noviembre de 2009, y las imágenes se mostraron por primera vez en octubre de 2010. Muchas eran inéditas para la mayor parte de los humanos. Inchalik decía entonces que las cintas eran de lejos “las de más baja calidad” con las que había trabajado.
Una de tantas restauraciones complicadas
La llegada del hombre a la Luna no es la única película o emisión que Lowry Digital ha restaurado. Por sus manos han pasado también clásicos como 'Ciudadano Kane', 'Vacaciones en Roma' o algunas cintas de la saga de James Bond. Además, están detrás de todas las cintas de Star Wars. “Para cuando hicimos este proyecto [el de la NASA] ya habíamos restaurado 400 películas”, afirman. Muchos estudios intentaba reestrenar esos films en alta definición o dejarlos impolutos para venderlos en DVD, y Lowry Digital podía ayudarlos en esa labor. Así, por ejemplo, se encargaron de llevar 'Titanic' al 4K, paso previo para convertirla del 2D al 3D.
También formaron parte del equipo de efectos especiales de películas como 'Zodiac', 'El curioso caso de Benjamin Button' o 'Avatar'. La tecnología que habían desarrollado servía para reducir el ruido de la imagen digital o añadir detalles, así como ayudar a procesar las imágenes reales en el caso de la última película. Por su trabajo de restauración, John Lowry iba a ser galardonado con un Óscar técnico en 2012, pero falleció semanas después del anuncio.
Lowry falleció e Inchalik ya no está en la empresa, que en la actualidad es propiedad de una compañía india. Ahora, aquel jefe de operaciones gestiona su propia firma de recuperación de imagen y ejerce labores de consultoría. Se siente orgulloso del trabajo que realizaron con aquella grabación histórica. “Era probablemente el material más duro con el que trabajar, porque era muy ruidoso y muy débil. Fue un honor estar implicado”. Lo suyo también fue un gran paso para la humanidad.
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