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Armengol, la socialista que reclamó un referéndum sobre la monarquía y defiende el Estado plurinacional

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, conversa con los diputados socialistas Patxi López y Francina Armengol.

Esther Ballesteros / Angy Galvín

Mallorca —

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En 2015 se convirtió en la primera mujer en presidir el Govern balear, y después logró enlazar contra viento y marea dos legislaturas consecutivas gracias a sus sucesivos pactos con las fuerzas políticas de izquierdas (siempre de la mano de los ecosoberanistas de Més y, en la última legislatura, también con Podemos). Ahora, el PSOE la convierte en presidenta del Congreso de los Diputados en sustitución de Meritxell Batet. La experiencia política de Francina Armengol (Inca, 1971) y sobre todo su perfil dialogante y las simpatías que despierta en aliados clave para la investidura como ERC o EH Bildu la han colocado al frente del Congreso, como tercera autoridad del país.

La nueva presidenta del Congreso es licenciada en Farmacia y militante socialista desde los años noventa. Armengol se define como feminista y republicana. Tras la abdicación de Juan Carlos I en 2014, planteó la celebración de un referéndum vinculante para que la ciudadanía eligiese entre la continuidad de la monarquía o la instauración de una república. La líder del PSOE balear manifestó entonces que la sociedad española tiene “suficiente madurez” como para que se aborde un debate “sin prisas, con sentido común” respecto a la permanencia de un modelo de Jefatura del Estado, cuya sucesión está regida por criterios de “linaje y sexo”.

Su sintonía con Pedro Sánchez ha sido, asimismo, patente a lo largo de estos años. En 2016 ya se mostró tajantemente partidaria de intentar un “Gobierno de cambio” en España liderado por Sánchez en coalición con Podemos e instando a su partido a votar en contra de la investidura del popular Mariano Rajoy en lugar de optar por la abstención, lo que le costó un enfrentamiento con Javier Lambán -“Es un producto de la tramontana, que en determinadas épocas del año altera las mentes”, dijo el expresidente aragonés-. Además, pese avalar en un primer momento a Patxi López como aspirante a la Secretaría General del PSOE, finalmente se decantó por la candidatura de Sánchez, hacia quien siempre se mantuvo fiel cuando en 2016 renunció al cargo y en 2017 volvió a ser reelegido por los militantes.

Armengol se sitúa, además, en el ala más progresista del partido en comparación con otros líderes territoriales socialistas y mantiene una buena relación con las máximas autoridades de Catalunya. No en vano, atrás quedan las numerosas cumbres que mantuvo con Carles Puigdemont, principalmente para abordar estrategias en materia cultural y de financiación, aspecto sobre el que, en 2022, Armengol reclamó al actual presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, hacer frente común ante el Estado. Junto al que fuese su homólogo en la Comunitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, la expresidenta balear apeló a esa unidad para conseguir un mayor poder de decisión por parte de las comunidades autónomas.

Su defensa de un “Estado plurinacional”, factor clave

Sobre su postura ante la celebración del referéndum del 1 de octubre de 2017, la socialista fue crítica con una salida unilateral al conflicto por parte de Catalunya, al considerar que “la legalidad se debe cumplir”, pero se mostró partidaria de una modificación legislativa. Las leyes están para cambiarlas y el estado de autonomías ha llegado a una situación desesperante“, llegó a proclamar. Armengol ha expresado en numerosas ocasiones que España es ”un Estado plurinacional, multilingüe y diverso“, en lo que se ha convertido en uno de los factores clave a la hora de proponerla como presidenta del Congreso y que, a su vez, podría ser esencial para que las fuerzas independentistas apoyen la candidatura de Sánchez de cara a su reelección como presidente del Gobierno.

Respecto a su trayectoria, Armengol fue en sus inicios concejala en el Ajuntament de su localidad natal, Inca, asumiendo el 12 de julio de 1999 su escaño como diputada en el Parlament balear, que ha mantenido desde entonces, y convirtiéndose, tres años después, en la sucesora del también expresidente del Govern Francesc Antich al frente de la secretaría general del PSIB-PSOE en las islas. Entre 1999 y 2003 fue presidenta del Consell de Mallorca, cargo que anteriormente había ocupado la histórica dirigente de Unió Mallorquina (UM) Maria Antònia Munar, quien apenas unos años después sería enviada a prisión con condenas que sumaban once años y medio de cárcel por varios delitos de corrupción, mientras UM acababa disolviéndose ante el alud de procedimientos judiciales por los que se vio acorralada.

Fin a los pelotazos urbanísticos en Mallorca

Con Armengol al frente de la principal institución de la isla, se modificó el Plan Territorial de Mallorca y se eliminaron las polémicas Áreas de Reconversión Territorial (ART) creadas por UM, con el apoyo del PP, durante la legislatura 2003-2007. El Consell ponía fin así a una fórmula que permitía transformar suelo rústico en apto para acoger plazas residenciales y turísticas y dio pie a una de las mayores causas de corrupción impulsadas en Balears a raíz de los presuntos 'pelotazos' que, bajo el amparo de las ART, se habrían producido por valor de unos 300 millones de euros.

Asimismo, durante los años de presidencia socialista, la institución supramunicipal declaró la tradicional Sibil·la -canto de origen medieval que forma parte de las maitines de Navidad y que en la actualidad únicamente pervive en Mallorca y L'Alguer (Cerdeña)- como Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO y logró que esta misma institución reconociera la Serra de Tramuntana de Mallorca como Patrimonio de la Humanidad.

Tras la victoria del PP en 2011 tanto a nivel autonómico como insular, Armengol se destacó como líder de la oposición por sus severas críticas a las políticas del entonces presidente del Govern José Ramón Bauzá (PP), cuyo mandato se recuerda por los importantes recortes aplicados en áreas como educación y sanidad. La contundente respuesta de la ciudadanía a la gestión de aquel gobierno y los continuos enfrentamientos con numerosos sectores acabaron reflejándose en las urnas y en mayo de 2015 el PP protagonizaba una debacle que ponía fin a la última legislatura con mayoría absoluta en Balears.

Leyes pioneras y medidas históricas

Fruto de los resultados de esos comicios, un mes después Armengol era investida presidenta de Balears con los votos a favor de PSIB-PSOE, Més per Mallorca y Podemos. Bajo su batuta y la de sus socios de gobierno se han aprobado normativas pioneras como la Ley de residuos, la de cambio climático o la de memoria democrática y se han impulsado medidas históricamente reivindicadas como la protección de la posidonia o la regulación de la carga de trabajo de las kellys.

A lo largo de estos mandatos, Armengol se ha mostrado además firmemente defensora del uso de la lengua catalana. Entre las políticas impulsadas al respecto, el Ejecutivo aprobó en 2016 la Ley 4/2016, de 6 de abril, de medidas de capacitación lingüística para la recuperación del uso del catalán en el ámbito de la función pública. Una normativa que, con algunas excepciones, volvía a establecer el catalán como requisito para los profesionales de la sanidad pública. El idioma dejaba así de ser mérito como lo había sido durante la legislatura de Bauzá, teniendo en cuenta que el Estatut d'Autonomia reconoce, en su reforma de 2007, el derecho de la ciudadanía a conocer y utilizar la lengua propia -el catalán- sin que nadie pueda ser discriminado por ello.

Con todo, la trayectoria de Armengol al frente de la presidencia balear no ha estado exenta de polémica, como la relativa a la salida nocturna que protagonizó en octubre de 2020 a pesar de las restricciones decretadas por la pandemia de la COVID. La líder socialista pidió disculpas por lo sucedido y, en una reciente entrevista con elDiario.es, acusó “a la derecha” de mentir: “La demagogia conmigo no vale. Toda la gente en esta comunidad autónoma sabe que el Govern, y no sólo yo, nos hemos dejado la piel, hemos estado al pie del cañón continuamente para buscar las mejores soluciones y las mejores políticas. Y los datos, sinceramente, nos avalan”.

De hecho, a pesar de que Balears fue una de las regiones más afectadas inicialmente por la pandemia, las Islas cerraron 2022 con un crecimiento del PIB del 14,2%, acumulando varios trimestres consecutivos de aumentos y situándose como la Comunidad que mayor incremento de su economía ha experimentado de todo el territorio estatal, por encima, incluso, del periodo de expansión previo a la crisis de la COVID. Se trata de una circunstancia que ha quedado reflejada, principalmente, en el crecimiento de la productividad, en el incremento de las contrataciones y en la calidad del empleo.

El PP ganó en las Islas

En las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo, sin embargo, el PP se alzó en Balears como la fuerza más votada, lo que se tradujo en 25 diputados autonómicos -el PSOE de Armengol tan sólo perdió un escaño en el Parlament, pero la caída de Podemos hizo inviable reeditar el pacto de izquierdas-. Tras unas tensas negociaciones con Vox, ambas formaciones alcanzaron un acuerdo que permitió investir a la popular Marga Prohens como nueva presidenta del Govern a cambio del cumplimento de 110 medidas programáticas que excluyen buena parte de los compromisos anunciados por los conservadores, quienes asumen gran parte del ideario político de la extrema derecha como peaje para gobernar las Islas en solitario. Armengol quedaba así desbancada del Consolat -sede de la presidencia balear- tras ocho años al frente del Ejecutivo autonómico.

Durante su despedida como máxima autoridad de las Islas, Armengol defendió un legado que, según sus propias palabras, se ha caracterizado por la “defensa del interés general, el diálogo, el consenso y la rendición de cuentas”, remarcando especialmente haber dejado “una paz social establecida” y una economía que, “pese a la pandemia, está mejor que nunca, con más puestos de trabajo, de más calidad, con mejores salarios y una apuesta firme para hacer posibles los derechos de los trabajadores”. Un legado al que Armengol intentará dar continuidad en las próximas elecciones autonómicas de 2027, a las cuales -de momento- está decidida a presentarse de nuevo como candidata del PSIB-PSOE, a la búsqueda de un tercer mandato en las Islas.

De momento, Armengol tendrá que estar cuatro años en Madrid. Con el bagaje acumulado, Ferraz ha apostado por ella como presidenta del Congreso, aunque incluso se rumoreó que pudiera ser ministra. “Es una política cercana a la realidad cotidiana de los ciudadanos, representa la lucha por la igualdad de las mujeres, la justicia social y la apuesta por la convivencia basada en el diálogo”, señalaba el PSOE, aseverando que la líder balear “es también ejemplo de un país que convive con naturalidad en la riqueza que suponen las diversas lenguas que se hablan en España, además de una dirigente comprometida con la transición ecológica”. “Estamos convencidos de que representará a nuestro país, como tercera autoridad del Estado, con la máxima solvencia, igual que hizo su antecesora en el cargo Meritxell Batet”, sentenciaba el partido.

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