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Activistas climáticos denuncian la proliferación de jets privados en Balears: “Es un derroche de energía tremendo”

Los integrantes de Scientist Rebellion Eivissa protestan en el aeropuerto contra los jets privados.

Nicolás Ribas

21 de noviembre de 2022 22:24 h

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Los aeropuertos de Palma y Eivissa han tenido este año, hasta octubre, 17.864 y 15.535 operaciones con jets privados respectivamente, lo que supuso un incremento respecto a 2021 en el volumen de vuelos privados del 4% –en el caso de Palma– y del 10%– en el de Eivissa–, según el último informe de la Asociación Europea de Aviación Empresarial (EBAA, por sus siglas en inglés).

Este dato sitúa a ambas islas entre los diez territorios europeos con más movimientos con jets privados, solo por debajo de París, Niza, Ginebra, Farnborough, Londres (Luton y Biggin Hill), Zúrich y Milán. Durante los meses de julio y agosto, Eivissa se ha situado este año en tercera y cuarta posición como el aeropuerto europeo con más salidas de aviones privados, mientras que el aeropuerto de Palma se ha colocado en noveno y séptimo lugar.

“Estamos viendo que se presenta un invierno muy complicado. Hay mucha gente que no llega a final de mes, que no podrá calentar su casa y luego vemos que esta gente está usando jets privados para venir a recoger un cactus al aeropuerto de Eivissa. Esto nos lo ha contado un trabajador del aeropuerto. Viene alguien a por un cactus y se va. Es un derroche de energía tremendo. No se enteran del mundo en el que viven”, explica a elDiario.es con indignación Pablo Montoto, biólogo marino y miembro de Scientist Rebellion en Eivissa.

Es un derroche de energía tremendo. No se enteran del mundo en el que viven

Pablo Montoto Biólogo marino y miembro de Scientist Rebellion en Eivissa

Los activistas climáticos de Scientist Rebellion protagonizaron el jueves 10 de noviembre una protesta pacífica en el aeropuerto de Eivissa, cerca de la terminal de vuelos comerciales y jets privados, donde desplegaron pancartas con lemas como “Prou jets privats” ('Basta jets privados“, en catalán) y ”Stop jets privados“. Entre sus reivindicaciones, exigen una tasa a los viajeros frecuentes en el marco de su campaña global Make them pay (Obligadles a pagar), que desarrollan en el contexto de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27).

Estas protestas tuvieron lugar en más de una decena de aeropuertos internacionales entre jueves y sábado, en las que propusieron también la prohibición de los jets privados. En cuanto a la cumbre por el clima, celebrada este año en Sharm el Sheikh (Egipto), finalizó el 20 de noviembre, con un acuerdo para crear un fondo que compense a los países más vulnerables los daños ocasionados por la crisis climática, pese a que apenas hubo avances en los que se refiere al recorte de emisiones de CO2.

Varios jets en una noche

“Una DJ, que es compañera nuestra, nos contó que no es raro que colegas suyos de renombre pinchen en varias ciudades la misma noche”, continúa Montoto. “Tienen una sesión pronto en un sitio, cuando terminan cogen un jet y se van a pinchar a otra ciudad”, denuncia. “Ha habido muchas críticas en cuanto a las protestas en museos, pero en este caso, creemos que la gente de Eivissa está muy en contra de esta locura porque se siente muy apartada de ese mundo”, afirma.

La huella de carbono de los aviones privados es diez veces superior a la que emiten los aviones comerciales de pasajeros por término medio y cincuenta veces más contaminante que la de los trenes, según un informe de Transport & Environment, una organización que aboga por una movilidad libre de emisiones y con un impacto mínimo sobre el medio ambiente y el clima, que cifra el patrimonio de los propietarios de jets privados en unos 1.300 millones de euros. Las emisiones en CO2 de un vuelo privado de cuatro horas son equivalentes al total de emisiones que consume el promedio de una persona en todo un año, destaca el estudio.

Las emisiones en CO2 de un vuelo privado de cuatro horas son equivalentes al total de emisiones que consume el promedio de una persona en todo un año

Transport & Environment

“El tren de vida que llevamos en el norte global y los países más desarrollados es el que está produciendo el cambio climático pero los mayores efectos tienen lugar en el sur global, en los países más empobrecidos”, analiza Montoto. La organización propone que la tasa con la que exigen gravar a los viajeros frecuentes vaya destinada a los países más empobrecidos para que puedan hacer frente a la emergencia climática. “Ahora mismo están asfixiados porque tienen que hacer frente al pago de la deuda externa. Lo que proponemos es una cuestión de justicia climática”, asegura.

Un análisis con el que coincide Pere Joan, portavoz de Joventut pel Clima de Palma (Mallorca), quien también incide en la idea de que los países empobrecidos son quienes más sufren las consecuencias de la contaminación. “Tenemos que solidarizarnos con las personas más afectadas”, afirma en conversaciones con elDiario.es.

Pagan poco o nada de impuestos

Pese al impacto que la aviación privada tiene sobre el clima, no está sujeta a impuestos en la mayoría de los países europeos debido a las exenciones tributarias que hay en el sistema de precios del carbono de la UE. El combustible utilizado, el queroseno, sigue sin estar gravado, aunque las legislaciones nacionales podrían cambiar ya que la Comisión Europea presentó, el 14 de julio de 2021, un paquete de trece propuestas legislativas con el objetivo de cumplir con el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% en 2030, que incluyen tasas e impuestos a la polución. La propuesta de Bruselas tiene que ser refrendada por el Parlamento Europeo y por cada uno de los Estados miembros.

“Hay gente que no llega a final de mes y paga muchos impuestos para llenar el depósito en la gasolinera, pero el combustible de los jets privados no paga impuestos. Es algo muy elitista”, argumenta Montoto. El movimiento juvenil Joventut per Mallorca va más allá y rechaza que se reduzca el precio de la gasolina para los consumidores mediante inyección de dinero público. “Tenemos problemas energéticos porque los combustibles fósiles son cada vez más escasos. Es dinero perdido que podríamos invertir en los retos de la descarbonización del transporte y de la transición energética”, añade Pere Joan.

Hay gente que no llega a final de mes y paga muchos impuestos para llenar el depósito en la gasolinera, pero el combustible de los jets privados no paga impuestos. Es algo muy elitista

Pablo Montoto Biólogo marino y miembro de Scientist Rebellion en Eivissa

Los activistas climáticos ponen el foco también en el auge que la aviación privada tuvo durante la pandemia de coronavirus, mientras los vuelos comerciales estaban prácticamente paralizados y Balears, sin turismo. “Es muy preocupante que estemos en las primeras posiciones de España y Europa”, sostiene Pere Joan. Mientras en Balears hay un debate sobre hacia dónde tiene que evolucionar el turismo, relacionado con conceptos como la calidad, la sostenibilidad o el decrecimiento, los activistas climáticos critican que el turismo elitista está creciendo, pese a que “solo contribuye a sectores muy concretos de la economía”. “Es un turismo que no tiene repercusión económica en el resto de los sectores sociales y contribuye de manera desmesurada a ahondar los problemas relacionados con la crisis climática”, afirma Pere Joan, que insiste en la necesidad de promover formas de transporte más respetuosas con el medio ambiente.

Los activistas de Scientist Rebellion lamentan que ya no es posible cumplir el compromiso fijado por el Acuerdo de París de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5ºC con respecto a los niveles preindustriales. “Al sobrepasar ese aumento entramos en escenarios impredecibles. El futuro pinta muy mal. Hacemos estas acciones de desobediencia civil para que los políticos y empresarios se pongan las pilas. Las acciones individuales son importantes pero insuficientes para mitigar el cambio climático”, recalca Montoto.

En este sentido, creen que la solución pasa por el decrecimiento del consumo que ejerce, sobre todo, el 1% más rico de la población mundial. “Está circulando un bulo que dice que el decrecimiento significa que las personas tienen que reducir su consumo energético, pasar frío en casa o no poder utilizar el gas para cocinar”, explica Pere Joan. “Lo que reclamamos es un decrecimiento planificado, es decir, que las personas que más consumen, en este caso, gente como la que utiliza los jets privados o que consume excesivamente, reduzca su impacto”, aclara. “La exigencia principal es que la transición se haga de forma ordenada”, añade Montoto.

Está circulando un bulo que dice que el decrecimiento significa que las personas tienen que reducir su consumo energético, pasar frío en casa o no poder utilizar el gas para cocinar

Pere Joan Portavoz de Joventut pel Clima de Palma

En contra de la reforma del aeropuerto de Palma

Uno de los proyectos que promueve el Gobierno es la remodelación del aeropuerto de Palma, cuyo contrato principal ha sido adjudicado por AENA, dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a Acciona por 200 millones de euros y un plazo de ejecución de 39 meses. Esta reforma ha sido criticada por diferentes movimientos ecologistas, que ven en la obra una ampliación que supondría, según denuncian, una ampliación de las rutas y frecuencias aéreas.

“Hoy día siguen justificando que es una remodelación y que no implica ningún aumento de la capacidad aeroportuaria. Pero lo que estamos viendo es que este año, después de la pandemia, estamos batiendo récords de transporte aéreo, tanto comercial como privado. En octubre y otros meses que eran de temporada baja se está incrementando el tráfico respecto a los años prepandemia. Nos parece incoherente”, lamenta Pere Joan.

Estas críticas fueron rechazadas por la presidenta del Govern, Francina Armengol, quien aseguró a finales de agosto que las obras en el aeropuerto de Palma no implican “en ningún caso” más vuelos. “AENA lo ha entendido”, afirmó la líder del Ejecutivo encabezado por el PSOE. Armengol dijo que el proyecto contempla asuntos relacionados con la eficiencia energética, una mayor eficacia y accesibilidad, así como mejoras laborales. Los activistas climáticos, en cambio, denuncian que se están abriendo nuevas rutas comerciales, como la conexión Palma-Nueva York. “Es la más conocida, pero creo que también están abriendo rutas con países balcánicos como Croacia y en Europa del Este con Hungría”, apunta Pere Joan.

Los activistas defienden también que este tipo de decisiones políticas perjudican no solo al medio ambiente, sino también al acceso a la vivienda por parte de la población local, ya que el capital extranjero está copando en buena medida el mercado de compra de pisos y casas en Balears. “Lo que provoca es que su mercado inmobiliario se puede abrir al mercado inmobiliario balear. Esto incrementa mucho más los problemas que ya tenemos, de masificación turística y de dificultades inmensas de acceso a la vivienda, que en Eivissa son todavía más pronunciadas”, critica.

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