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Mallorca ha edificado más de 1.000 chalets nuevos en suelo rústico “para un mercado supermillonario”

Viviendas payesas en el municipio de Porreres en 2015 y su conversión en chalets unifamiliares con piscina en 2021

Europa Press

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Un total de 1.002 viviendas nuevas se han construido y otras 1.052 se han ampliado en los últimos seis años en suelo rústico en Mallorca, según un estudio de los cambios territoriales en la isla entre 2015 y 2021 presentado este miércoles por la entidad ecologista Terraferida, que considera que este tipo de edificaciones van dirigidas a un mercado “supermillonario”.

En total, se han transformado 4,1 km2 (411 hectáreas) en los últimos seis años, lo que supone tres veces la superficie de todo el centro histórico de Palma. Concretamente, las nuevas construcciones han consumido 3,53 km2, mientras que las ampliaciones han consumido 0,58 km2.

De acuerdo con este estudio, la superficie media ocupada por cada vivienda es de 3.500 m2, lo que multiplica por 11,5 los 300 m2 permitidos para la edificación.

Viviendas para un mercado “supermillonario”

La superficie ocupada por nuevas viviendas unifamiliares está encabezada por los municipios de Santanyí, Manacor, Felanitx, Campos, Ses Salines y Llucmajor. “La autopista Llucmajor-Campos ha ayudado esto de una manera súper impactante”, ha señalado el portavoz de Terraferida, Jaume Adrover, en la rueda de prensa de presentación del estudio.

El representante de la entidad ha explicado que este tipo de construcciones están dirigidas a un pequeño segmento de población de alto poder adquisitivo y a un mercado “supermillonario”. “No son clases populares precisamente”, ha añadido Adrover.

“No hay ninguna comunidad autónoma del Estado, ni en Menorca, que permita que haya suelo rústico y vivienda. O vives a una urbanización o en un pueblo, pero dispersar viviendas no lo hace nadie y no hay ninguna comunidad autónoma que permita esta anomalía”, ha asegurado el portavoz.

De acuerdo con Terraferida, este fenómeno lleva a un abandono masivo de los usos agrarios, la disminución de superficie agraria útil y una mayor dependencia alimenticia del exterior. Además, según la entidad, este proceso de urbanización comporta también la conversión de casas de campo tradicional en viviendas de lujo, esparce los usos turísticos dentro de los espacios rurales y comporta un consumo “desmedido” de recursos como el agua y la energía.

Por todo ello, la entidad urge a la sociedad a tomar nota de la de estos datos, especialmente ante el actual contexto de crisis, dado que el suelo fértil “es un recurso básico y escaso que debería estar estrictamente protegido, como lo está en algunos países de la UE”.

Terraferida reclama una moratoria “inmediata”

Ante esta situación, Terraferida ha planteado una moratoria “inmediata” de construcciones residenciales en suelo rústico y la protección “definitiva” del suelo rural, además de un nuevo Plan Territorial Insular (PTI) que lo proteja de manera efectiva y privilegie sus usos agrarios, naturales y educativos.

También ha reclamado un plan de rehabilitación de viviendas dentro de los centros históricos de los pueblos y ciudades de Mallorca con criterios sociales y que se refuerce de forma significativa la inspección del alquiler turístico y la Agencia de Defensa del Territorio para combatir también la ilegalidad.

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