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Un proyecto de economía social diversificado

Isaac Altable

Cuando uno se pone a contar cualquier historia sobre emprendimiento social tiene unas ideas preconcebidas sobre cuáles serán los sectores más habituales. Son prejuicios pero son ciertos: la agricultura ecológica, la integración laboral de minorías, el reciclaje, el comercio justo... Pero ¿y una correduría de seguros?

Con esta introducción nos metemos en la harina del costal de la economía social. Un mundo que llegó a facturar 116.000 millones de euros en 2008 con 200.000 entidades y más de un millón de empleos según un estudio del Observatorio de Economía Social. Esta manera de entender la actividad se rige -de acuerdo con la Confederación Empresarial Española de Economía Social- por la “primacía de las personas y del fin social sobre el capital, la aplicación de los resultados obtenidos de la actividad económica principalmente en función del trabajo aportado y servicio o actividad realizada por las socias y socios, la promoción de la solidaridad interna y con la sociedad que favorezca el compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, la cohesión social y la independencia respecto a los poderes públicos.”

El Proyecto Arç está metido en este empeño. Desde Cataluña, trabajan en el “asesoramiento, estudio e investigación de productos específicos de seguro” para las asociaciones, para las empresas dedicadas a la economía social y también específicamente para los proyectos de energía renovable. Porque tienen su manera específica de funcionar y porque, según cuentan, “el seguro ético y solidario es un nuevo concepto de seguro. Se trata de devolver al mercado asegurador la práctica ética y solidaria propia del mutualismo”. La idea es trabajar con cooperativas, entidades de iniciativa social, ONG, asociaciones, centros especiales de trabajo, entidades de ocio no lucrativo.... tengan una herramienta para acceder a los seguros “con criterios colectivos, consiguiendo así precios cooperativos, realizando una gestión de acuerdo con nuestros valores”. ARÇ comenzó su andadura en 1983 y fue evolucionando hasta crear esta concepción integral de los seguros para la actividad productiva realizada bajo el prisma social en la que ayudan a “más de 1.000 entidades”.

Decíamos que todo este emprendimiento está encajado en una economía concebida “de forma solidaria como un movimiento innovador y una clara vocación transformadora”. Esa fórmula les ha llevado a combinar en su esfuerzo un intento real por ampliar “el mercado social” más allá de la esfera de los seguros que los vio arrancar. “El consumo responsable mediante la oferta de servicios personales cooperativos”. 6.000 usuarios se unen para jugar al capitalismo con otros criterios. Desde servicios financieros de ahorro ético a la contratación de energía renovable para el hogar, coches compartidos y adaptados, viajes, salud... Lo que compone un día a día en la vida de tantas personas pero consumidas con filtro responsable. Includa una tienda virtual a través del Mercat Social que pone en contacto las necesidades de consumo con las necesidades de venta y todo a su vez envuelto en términos justos.

ARÇ está dento del grupo ECOs que desde 2011 intenta conformar un polo de referencia en el sector económico de la prestación de servicios de manera solidaria y social.

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