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Johnson rechaza ajustarse a las normas comunitarias para un futuro acuerdo comercial con la UE

El primer ministro Boris Johnson firma la ley de retirada de la UE el pasado 24 de enero.

Javier Biosca Azcoiti

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Reino Unido salió el sábado de la UE, pero la historia no ha terminado. Ahora, ambas partes deben negociar cuál será la relación futura entre Londres y Bruselas y el primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado este lunes su posición negociadora. Johnson quiere llegar a un acuerdo de libre comercio, pero rechaza la necesidad de tener que ajustarse a las normas comunitarias.

“No hay necesidad de que un acuerdo de libre comercio obligue a Reino Unido a aceptar las normas europeas de competencia, subsidios, protección social, medioambiente ni nada similar”, ha afirmado Johnson, que ha sugerido que la UE también podría adaptarse a las nuevas normas británicas.

“Reino Unido mantendrá los más altos estándares en estas áreas –mejor, en muchos aspectos, que los de la UE– sin la necesidad de un tratado”, ha añadido el primer ministro. “No nos vamos de la UE para debilitar los estándares”, ha añadido. El premier ha señalado que Francia utiliza el doble de ayuda estatal que Reino Unido y Alemania, tres veces más.

Johnson ha dedicado buena parte de su discurso a presentar los estándares comerciales y protecciones medioambientales de Reino Unido, presumiendo en muchas ocasiones de ser más exigentes que los comunitarios.

Johnson ha afirmado que Reino Unido buscará llegar a un acuerdo comercial al estilo del existente con Canadá. “A menudo nos han dicho que debemos elegir entre un acceso completo a la UE, aceptando sus normas y tribunales al estilo noruego, o un ambicioso acuerdo comercial que abra los mercados y evite la gran colección de regulación europea, al estilo de Canadá”, ha indicado.

En cualquier caso, Johnson ha indicado que si no llega a alcanzar un acuerdo al estilo del existente con Canadá, no firmará ningún acuerdo, lo que pondría en marcha el complejo protocolo diseñado en el Acuerdo de Retirada para evitar la creación de una frontera en la isla de Irlanda que separe la República de Irlanda de Irlanda del Norte.

“Hemos tomado una decisión: queremos un acuerdo de libre comercio similar al de Canadá, pero en el caso poco probable de que no lo logremos, entonces nuestro comercio se tendrá que basar en el Acuerdo de Retirada existente”, ha explicado. “La opción no es entre 'acuerdo o no acuerdo'. Ya tenemos un acuerdo. La cuestión es si acordamos una relación comercial comparable a la de Canadá o más parecida a la de Australia”, ha añadido.

Sin embargo, actualmente la UE y Australia no tienen ningún acuerdo de libre comercio y lanzaron las negociaciones para llegar a uno en junio de 2018. En la práctica, el plan B al que ha aludido Johnson implicaría una relación comercial de mínimos basada en las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

De acuerdo con el protocolo diseñado para el caso de que no haya acuerdo, Irlanda del Norte permanecerá en el territorio aduanero del Reino Unido y se beneficiará de la futura política comercial del Reino Unido. Sin embargo, Irlanda del Norte seguirá siendo un punto de entrada al mercado único europeo ya que no habrá frontera con la República de Irlanda (UE).

Tal y como explicó el negociador jefe de la UE, Michel Barnier: “Las autoridades del Reino Unido pueden aplicar aranceles del Reino Unido a los productos procedentes de terceros países, siempre que los productos que entren a Irlanda del Norte no corran el riesgo de ingresar a nuestro mercado único. Sin embargo, para los bienes en riesgo de ingresar al mercado único, las autoridades del Reino Unido aplicarán los aranceles de la UE”. Además, “Irlanda del Norte [no todo Reino Unido] seguirá alineada con un conjunto limitado de normas de la UE, especialmente relacionadas con los bienes” con el objetivo de evitar los controles fronterizos.

El sábado, el Gobierno británico lanzó la campaña 'Ready to trade' [listos para comerciar] en 17 ciudades de 13 países diferentes fuera de la UE para impulsar la firma de acuerdos comerciales. Durante sus 47 años de pertenencia al bloque comunitario, Reino Unido no ha podido cerrar este tipo de acuerdos con otros Estados porque la política comercial es competencia exclusiva de la UE. Este ha sido uno de los principales argumentos de los 'brexiters' y uno de los pilares fundamentales del lema 'take back control' [recuperar el control].

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