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Clima de confrontación en Venezuela

Seguidores de Maduro en las calles de Caracas (Foto: Olga Rodríguez)

Olga Rodríguez

La atmósfera de Caracas se ha enrarecido desde el pasado domingo, cuando se celebraron las elecciones que dieron la victoria a Nicolás Maduro.

Ya el lunes se registraron acciones de grupos organizados -las llamadas guarimbas- en varios puntos del país. Partidarios del líder de la oposición Henrique Capriles hicieron arder neumáticos, arrojaron cócteles molotov caseros y prendieron fuego a al menos dos sedes del PSUV (Partido Socialista de Venezuela).

“Son unos incivilizados, los chavistas son hampa, son delincuentes incivilizados, y ahora ponen a un conductor de metro[bus] como presidente, que se vaya a conducir metros, que para presidente no es”, gritaba Patricia, una partidaria de Capriles, cuando esta periodista le preguntó por qué estaba en una cacerolada de apoyo al candidato opositor.

Los barrios populares, en alerta

Capriles recurrió al llamamiento de caceroladas para que sus seguidores muestren su desacuerdo con los resultados electorales, pero tras los últimos episodios de violencia optó por desconvocar una protesta prevista para ayer. Por su parte, Nicolás Maduro convocó un “cohetazo” celebrado esta noche, con lanzamientos de cohetes, como protesta y “llamamiento por la paz”.

En algunos barrios populares donde el chavismo despierta grandes simpatías a causa de las misiones educativas, sanitarias y culturales introducidas en esas zonas desfavorecidas, se han celebrado asambleas para estudiar la situación de tensión actual.

“Tenemos que estar alerta, camaradas”, gritaba este martes Gabriela, una mujer de una de las ‘parroquias’ (barrios) situadas en los cerros de Caracas. “Quieren desestabilizar y pueden venir contra nosotros, como ya hicieron otras veces. Tenemos que resistir”, advertía.

“Alerta máxima, los grupos defensivos tienen que estar en alerta”, insistía también el resto de los asistentes a la asamblea barrial.

En algunas zonas grupos motorizados chavistas han organizado rutas de vigilancia para proteger sedes del PSUV, centros médicos y otros lugares que han sido objeto de ataques. Una de estas agrupaciones motorizadas, los Motorizados de Hugo Chávez, acudió esta semana a las inmediaciones de la televisión VTV, donde seguidores de Capriles habían rodeado la sede del canal de tv.

“Acá estamos las fuerzas motorizadas para defender la revolución, con disciplina, con conciencia política, con respeto a la Constitución y a las Fuerzas Armadas”, decía uno de sus integrantes.

“Los barrios están tranquilos. Capriles, no toque a la gente de los barrios, la gente de la clase media vinieron a tomar este canal, llegamos nosotros y salieron corriendo como cobardes. No a la violencia, vayamos a la batalla de las ideas, hemos puesto a Maduro, ahora nos toca garantizar que eso se mantenga. Si los pueblos de Caracas bajan, va a arder Caracas. Estamos conscientes, tenemos disciplina, somos revolucionarios”, exclamaba, refiriéndose a la fuerza popular de los barrios más humildes situados en las colinas, de donde ya en 2002 bajaron miles de personas para defender a Chávez contra los golpistas que intentaron tomar el poder.

Panfletos contra empleados domésticos

Panfletos de Juventud Activa de Venezuela, agrupación opositora, advierten de la existencia de una red de “informadores para el régimen”:

“Nuestros movimientos están siendo seguidos por chóferes, señoras de servicio, mecánicos, conserjes, y demás tarifados del comunismo cubano. Les pedimos que los revisen al entrar y salir de sus casas, que suspendan cualquier tipo de conversaciones en su presencia, que mantegan a sus hijos alejados de ellos, y que de ser posible, no los dejen entrar a sus casas”.

Este tipo de mensajes, sumado a la actitud profundamente clasista de determinados sectores de la población, muestran hasta qué punto lo que se esconde detrás la polarización de este país no es una simple división entre chavistas y antichavistas, sino también un enfrentamiento de clases, en un país donde no hace tanto los pobres eran completamente invisibles para el Estado.

“Maduro y su gente son vagos rentistas que viven del petróleo, tienen un régimen que nos expulsa porque rechazan a quienes no les apoyan, a quienes nos levantamos cada día para trabajar, solo apoyan a los que no hacen nada, dándoles cosas, por eso muchos vivimos en el exilio. Que cuenten los votos y el mundo verá que han perdido, por eso no quieren contarlos”, manifestaba este martes una mujer venezolana residente en el extranjero que había acudido a Caracas para votar.

Como ella, miles de personas más prefirieron desplazarse a su país en vez de votar en las embajadas, un hecho que demuestra hasta qué punto se han movilizado los votantes de la oposición.

Ante esta evidente organización de los votantes de Capriles, diversos analistas interpretan que la MUD -que agrupa a la mayor parte de los partidos antichavistas, liderados por Capriles, entre los que hay socialdemócratas, democristianos, centristas o derechistas- ha alcanzado su techo electoral y el chavismo su suelo, en un momento de crisis causada por la muerte de Hugo Chávez.

Otros, sin embargo, consideran que esto solo es el principio de una eficaz estrategia de la oposición consistente en acusar hasta degradar la imagen del PSUV y de Maduro y lograr expulsarles del poder.

El recuento de votos

Desde que Capriles se negó a reconocer los resultados oficiales de las elecciones y denunció más de tres mil irregularidades en la jornada de votación, los medios de comunicación antichavistas y los seguidores de la oposición han exigido que se efectúe un recuento del 100% de los votos y han arremetido contra el gobierno por negarse a llevarlo a cabo. Diversos miembros del ejecutivo han explicado que la ley exige que se presente una impugnación para que se realice dicho recuento.

La presidenta del Tribunal Supremo, Luisa Morales, explicó que hasta este miércoles Henrique Capriles no había presentado la impugnación, a pesar de haberla demandado de palabra públicamente.

Morales también ha indicado que el sistema electoral venezolano está completamente sistematizado, “de modo que el conteo manual no existe”, ha dicho, y ha añadido que “esta solicitud de recuento manual ha enardecido a las personas, por eso debemos llamar a la seriedad”.

La delegación del Congreso español que acudió a Venezuela para observar el proceso de votación -integrada por PP, PSOE, IU, CIU y PNV, el embajador del país y el ex presidente del Congreso José Bono- ha indicado que “el resultado electoral es fiable por contrastable y porque asegura el ejercicio libre, secreto y universal del voto”.

También ha señalado la existencia “de manifestaciones y actuaciones partidistas en el periodo de reflexión y el día de las votaciones, incluidos los medios de comunicación”, y ha llamado a investigar “las denuncias de irregularidades hechas por las organizaciones políticas”.

(Vídeo: Jornada electoral, una mujer vota en un colegio electoral de Caracas. Primero lo hace electrónicamente, a través del sistema automatizado, y después deposita en una urna el papel que la máquina le entrega).

Cifras e incidentes

La Fiscal General informó de ocho muertos, 61 heridos y 135 a causa de la violencia desatada tras las elecciones. Los fallecidos son personas integrantes o simpatizantes del PSUV. Uno de ellos,Luis García Polanco, de 24 años y miembro del PSUV, murió en la noche del domingo al recibir un disparo. Trabajaba en el departamento de mantenimiento del Hospital Universitario de Maracaibo.

Otro fue asesinado el lunes en los alrededores de la sede del Consejo Nacional Electoral de Maracaibo. Otro, también integrante del PSUV, José Luis Ponce, falleció por un tiro que le perforó la cara.

“Estamos muy dolidos por su asesinato”, ha declarado su hermano en el canal VTV. “Sabemos quiénes son los asesinos, el pueblo lo sabe, todo el mundo lo sabe. Murió en su deber como revolucionario. Le dispararon desde una furgoneta, le dieron a él y a una señora”.

Carmen Valdés, una de las vecinas de La Limonera, urbanización residencial donde falleció Ponce, explica así lo ocurrido:

“Habían ido a donde estaban atacando a las personas del CDI [Centro Médico de Diagnóstico Integral, forman parte de un programa social promovido por Chávez con ayuda de Cuba], fueron a ayudar a nuestros hermanos cubanos. Y allí le dispararon. Conozco a Ponce, era un señor bien comprometido con el proceso, tenía una calidad humana”.

En el ataque a Ponce también resultó herida una mujer, Rosiris Reyes, quien ha fallecido este miércoles. “Mi mamá ya ha salido de quirófano, se encuentra estable, le pudieron sacar la bala, la tiene el fiscal”, explicaba su hija antes de que su madre sufriera una crisis cardiaca y muriera.

“Ellos tienen que aceptar la derrota, no tienen que incitar a la violencia, somos un pueblo que tiene que estar unido. Merecemos vivir aquí [La Limonera] como ellos, independientemente de que nosotros seamos humildes y ellos tengan más plata, eso no quiere decir que nos tegan que humillar”, añadía.

También se registraron ataques al suministro eléctrico, contra casas de funcionarios del gobierno, de la presidenta del Consejo Nacional Electoral y del director de Pdvsa (empresa del petróleo nacionalizada) Oriente, cuya vivienda recibió 25 tiros de bala.

La oposición, sin embargo, culpa de toda la violencia a Nicolás Maduro y sus seguidores, y ha difundido las fotografías de dos diputados opositores que fueron golpeados durante una reunión de la Asamblea Nacional.

“El ilegítimo quiere violencia para que no haya conteo de votos con revisión de los cuadernos de votación y actas de escrutinio”, denunció Capriles, quien ha acusado al gobierno de ordenar a grupos armados protagonizar incidentes violentos.

“El gobierno ordenó esta noche a grupos armados con franelas [camisetas] nuestras romper vidrios de carros, atacar gente, generar violencia. El ilegítimo habla de amor, de no violencia, y mandó atacar mi residencia oficial como gobernador de Miranda en los Teques, allá estaré. Cualquier cosa que me pase hago responsable a Nicolás Maduro”, ha acusado Capriles.

Nicolás Maduro, por su parte, ha acusado a grupos de la oposición de sabotear el suministro eléctrico en varias ciudades y de disfrazarse de chavistas para generar caos.

“Tenemos información de que la derecha está armando grupos con franelas rojas para simular ataque. He alertado a todos los cuerpos de seguridad”, ha dicho en su cuenta de Twitter.

“Llamo al pueblo a aislar a los fascistas y violentos donde estén y a la justicia a castigar los crímenes cometidos y los destrozos. Paz Paz”, ha escrito Maduro.

“Estamos investigando cada acción irregular que se presentó hoy en el sistema eléctrico. Seremos implacables con los saboteadores”, ha advertido el vicepresidente, Jorge Arreaza.

Lo que se desprende del ambiente en Caracas es que si la tensión política arrecia, una confrontación mayor en las calles estaría servida. En los barrios populares permanecen muy presentes los recuerdos del intento del golpe de estado de 2002, así como la represión y la impunidad sufridas en décadas pasadas. Ante el miedo a que esto regrese, los comités y comunas populares no dudarán en defender, como dicen ellos, “los espacios conquistados”.

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