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ENTREVISTA Thabani Maphosa

El director de programas de GAVI: “Nadie ganará la carrera por la vacuna contra la COVID-19 hasta que todos ganen”

Thabani Maphosa, director de programas nacionales de GAVI.

Icíar Gutiérrez

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Tan pronto como se apruebe una vacuna segura y eficaz contra la COVID-19, un mundo desesperado, con una necesidad imperiosa de dosis, se enfrentará a unos suministros limitados.

Mientras la carrera de los laboratorios para dar con la vacuna se acelera, Thabani Maphosa insiste: “Nadie ganará hasta que todos ganen”. Maphosa es director de programas nacionales de la Alianza para la Vacunación (más conocida como GAVI por sus antiguas siglas en inglés), que opera en 73 países y engloba a gobiernos, asociaciones, ONG, agencias de desarrollo, fundaciones, empresas y otros organismos a nivel global. Una de sus principales fuentes de financiación es la Fundación Bill y Melinda Gates.

El responsable de GAVI atiende a elDiario.es en un momento en el que cada vez más voces alertan contra el “nacionalismo de vacunas” que puede dejar atrás a las partes más pobres del planeta. Uno de los miedos es que la competencia mundial por las dosis suba exponencialmente los precios. También genera temor una posible acumulación ya vista otras veces. Durante la pandemia de influenza H1N1, o gripe porcina, de 2009, los países ricos compraron prácticamente todos los suministros. Finalmente, EEUU y otros Estados europeos acordaron compartir el 10% de sus existencias de vacunas con los países más pobres, pero solo después de asegurarse de que tendrían suficientes para sus propias poblaciones. “No podemos cometer los errores del pasado”, dice Maphosa.

Ahora, gran parte del trabajo de GAVI es coordinar el Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID‑19 (COVAX), con el que buscan invertir en varias vacunas candidatas prometedoras –permitiendo a los fabricantes producir a gran escala– y garantizar que las dosis necesarias estén disponibles lo antes posible tanto para los países de ingresos más altos como para los de menores ingresos. La idea es adquirirlas en común y asegurar el “acceso justo y equitativo” a ellas para todas las economías participantes mediante un marco de asignación que está elaborando la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hasta ahora, 80 países de ingresos más altos han mostrado interés en el mecanismo. Si confirman su participación, se asociarán con 92 países de ingresos bajos y medianos, que recibirán fondos del instrumento financiero de COVAX (AMC), que ha recaudado unos 600 millones de dólares del objetivo inicial de 2.000 millones. COVAX ha apostado por nueve vacunas candidatas, entre ellas la de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, que este sábado han anunciado que reanudan los ensayos clínicos tras una suspensión temporal para estudiar una posible reacción adversa de un voluntario.

Llevan 20 años en esto. El mundo da por hecho que no regresará a la normalidad hasta que no haya una vacuna. ¿Cómo están viviendo la carrera por conseguirla en tiempo récord y a una escala sin precedentes?

El desarrollo de una vacuna contra la COVID-19 es uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo, y es importante recordar que nadie gana la carrera hasta que todos ganen.

La iniciativa COVAX, que dirigimos conjuntamente con la Coalición para la Innovación en la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la OMS, se ha diseñado sobre el principio de que la distribución rápida y equitativa de dosis a las personas de mayor riesgo en todos los países, independientemente de su nivel de ingresos, es la única forma de poner fin a la fase crítica de la pandemia. Con este mecanismo lo haremos, asegurando la participación de las economías de ingresos medios altos y altos y las economías de ingresos medios bajos y bajos, que recibirán dosis garantizadas financiadas a través de la ayuda oficial al desarrollo. Aplicaremos todo lo que hemos aprendido en dos décadas, nuestra experiencia, redes e infraestructura, para garantizar que, una vez que las vacunas estén disponibles, lleguen a quienes más las necesitan en todas partes del mundo.

Durante la pandemia asistimos a una auténtica competición por productos como las mascarillas y los ventiladores, con controles a la exportación en países que fabrican vacunas, mientras la OMS alertaba de la escasez mundial. ¿Veremos una guerra similar si se logra una vacuna segura y eficaz?

Estamos ante la mejor oportunidad de derrotar esta pandemia trabajando juntos. Aunque los países logren acceder a vacunas para proteger a sus poblaciones, el comercio y el turismo se seguirán viendo afectados por la pandemia hasta que el resto del mundo también pueda acceder a ellas.

El servicio COVAX es actualmente el único mecanismo que se ha construido para garantizar la protección de los más vulnerables de cada país, lo que nos brinda la mejor oportunidad de poner fin a la fase aguda de la pandemia. Por eso necesitamos que los países de ingresos más altos se adhieran a él, asegurándose el acceso a un conjunto más amplio de vacunas candidatas, y necesitamos apoyo financiero para que el mecanismo preste apoyo a los países más pobres.

Si no lo conseguimos, existe el riesgo de que las dosis de vacuna sean monopolizadas por un pequeño grupo de países que poco harán para detener la pandemia a nivel mundial. 

Mientras el mundo insiste en la necesidad del acceso igualitario, ya hay países cerrando acuerdos para asegurarse anticipadamente cientos de millones de dosis. La OMS ha alertado contra el “nacionalismo de vacunas”. Y África ha dicho que teme quedarse atrás. ¿Qué opina?

Los gobiernos se están viendo presionados, con razón, para proteger a sus poblaciones. Sin embargo, optando por acuerdos bilaterales no estarán contribuyendo a una solución global y corren el riesgo de que las vacunas candidatas que respaldan no obtengan la licencia.

Al participar en COVAX, los países que han concertado acuerdos bilaterales siguen beneficiándose de la posibilidad de mitigar el riesgo, porque se garantizan el acceso a la gama de vacunas más grande y mejor gestionada del mundo y se pone en común el poder adquisitivo de los países para que se pueda invertir por adelantado en la fabricación, con el fin de que se puedan producir volúmenes suficientes una vez que las candidatas a vacunas obtengan la licencia.  

¿No teme que se repita la acumulación por parte de los países ricos que vimos contra el virus H1N1? Con una pandemia aún más dura, ¿cómo evitarlo? Si hay vacuna, al principio el suministro será muy limitado, lo que retrasará que llegue a todos y será difícil hablar de un bien público global. 

El propósito de crear COVAX fue asegurarnos de no volver a cometer los errores del pasado permitiendo que se desarrollara una situación en la que unos pocos países ricos pudieran restringir los suministros mundiales de vacunas, dejando a la gran mayoría de los países fuera. Como dice, vimos que esto sucedió con el H1N1 y, de cara a la COVID-19, que ha tenido un impacto mucho más devastador, es fundamental que, si queremos derrotar la pandemia en algún sitio, la derrotemos en todas partes. Esto, sencillamente, no es posible si solo unos pocos países tienen acceso a una vacuna contra la COVID-19.

¿Cómo funciona el mecanismo COVAX? ¿Será suficiente para garantizar el acceso equitativo?

Durante las dos últimas décadas, GAVI ha trabajado para asegurar el acceso equitativo a las vacunas que salvan vidas para todos los países, independientemente del nivel de ingresos. Y ha sido un gran éxito: actualmente proporcionamos vacunas a más de la mitad de la población mundial.

Como parte del Servicio COVAX, creamos el Compromiso anticipado de mercado (AMC) de COVAX, que es un mecanismo de financiación destinado a apoyar la participación de 92 economías de bajos ingresos en el servicio. Además de garantizar a esos países un acceso equitativo a las dosis, el mecanismo también mantendrá una reserva mundial de dosis para uso de emergencia y humanitario, incluyendo hacer frente a brotes graves antes de que se descontrolen.

Numerosas voces han pedido una "vacuna universal", que esté libre de patentes, como la de la polio. 30 países se unieron a una iniciativa de Costa Rica y la OMS para compartir conocimiento. Hay quienes creen que los monopolios son el verdadero problema en el acceso desigual y consideran que GAVI podría hacer más para luchar contra ello.

Es esencial señalar que la propiedad intelectual en el caso de la fabricación de vacunas representa solo una parte de la ecuación en lo que respecta al desarrollo de nuevas capacidades. El aspecto más problemático tiene que ver con los conocimientos técnicos y los altos costes de puesta en marcha, ya que la producción de vacunas requiere miles de pasos de fabricación. Esto es aún más evidente cuando se trata de acelerar el desarrollo y la distribución de vacunas seguras y eficaces, como ocurre con la COVID-19. En consecuencia, COVAX tiene previsto operar dentro de los marcos de propiedad intelectual existentes, que incluyen una serie de flexibilidades [el margen de maniobra que tienen los países pobres para hacer uso de fármacos patentados].

Con este desarrollo exprés, ¿les preocupa que la desconfianza hacia las vacunas crezca durante la pandemia, incluso en personas partidarias de la inmunización?

Aunque las vacunas siguen siendo una de las inversiones sanitarias más exitosas y rentables de la historia, ya que salvan entre dos y tres millones de vidas cada año, la OMS consideró la reticencia a las vacunas como una de las 10 grandes amenazas para la salud en el mundo en 2019. A medida que la vacunación adquiere mayor relevancia en la escena mundial en el contexto de esta pandemia, es natural que se produzcan mayores niveles de interés, debate y preocupación, y esta es una cuestión que debe abordarse para garantizar la eventual aceptación de vacunas contra la COVID-19 seguras y eficaces. GAVI es una alianza, lo que significa que estamos trabajando en estrecha colaboración con asociados, como la OMS y UNICEF, para determinar estrategias y soluciones para abordar esta importante cuestión y garantizar la disponibilidad y difusión de información de la más alta calidad, basada en la mejor ciencia disponible. 

Mientras el mundo corre para dar con una vacuna, muchos niños se han perdido sus vacunas de rutina. ¿Temen un retroceso en la cobertura?

La COVID-19 ha causado importantes interrupciones en los sistemas sanitarios de todo el mundo, incluyendo la inmunización. El mantenimiento de los programas de inmunización es crucial para garantizar que no se pierda el inmenso progreso que hemos logrado en la vacunación de toda una generación en las últimas dos décadas, y para evitar la sobrecarga de los sistemas sanitarios y el resurgimiento de enfermedades como el sarampión y la polio.

Esta labor también es crucial para asegurar que tenemos la infraestructura necesaria para desplegar una eventual vacuna contra la COVID-19 a escala mundial. En GAVI estamos trabajando para asegurar que el legado de la COVID-19 no incluya la reaparición mundial de estas otras enfermedades infecciosas mortales. Nuestra alianza está preparando los sistemas sanitarios y a los trabajadores sanitarios de estos países para la pandemia, pero también estamos haciendo todo lo posible para evitar más pérdidas de vidas, asegurando que las inmunizaciones rutinarias, cuando sea posible, continúen y que las campañas de vacunación masiva se lleven a cabo una vez que la crisis actual haya terminado. Estamos reorientando el 10% de nuestra financiación hacia los sistemas sanitarios afectados para su uso inmediato con el fin de ayudar a reducir esta brecha.

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