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Más de 1.500 personas atrapadas en Colombia sin poder volver a España: “Mis ahorros se agotan”

Javier Godínez, portavoz del grupo 'Atrapados en Colombia'

Clara Giménez Lorenzo

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“La sensación de impotencia es indescriptible”. “Necesito volver a mi país, no tengo cómo sostenerme en Colombia”. Son palabras de algunos los más de 1.500 ciudadanos españoles y residentes en España varados en Colombia que todavía no han sido repatriados y reclaman una solución. La pandemia del coronavirus estalló cuando se encontraban viajando, visitando familiares o trabajando por el país, el cual no abrirá el espacio aéreo hasta el 31 de agosto.

Javier Godínez, portavoz del grupo Atrapados en Colombia, asegura que “la gestión está siendo caótica”. Varios componentes del grupo han explicado a eldiario.es que, desde el cierre de fronteras en marzo, las autoridades consulares apenas responden a los correos electrónicos ni a los teléfonos habilitados. “Solo se comunican de forma selectiva por Twitter”, denuncian. Tampoco se avisa con tiempo de las fechas de los vuelos de repatriación. Algunos describen una situación “crítica” porque carecen de recursos. “Seis días antes del primer vuelo de junio que nos llevará a casa, aún no recibimos llamadas, emails o confirmaciones”, lamentaba Godínez este miércoles.

Desde el Ministerio de Exteriores admiten que “ha habido cierto momento de colapso” y afirman que en un primer momento priorizaron a viajeros y turistas de nacionalidad española con una estancia para menos de tres meses, “las personas que se encontraban en una situación más vulnerable”. Españoles bajo esas condiciones quedan en Colombia alrededor de 100, ha dicho este viernes el embajador, Pablo Gómez de Olea, en una entrevista televisiva. El resto responden a perfiles con una estancia más larga o doble nacionalidad.

“Un gran número de personas tenemos que trasladarnos a Bogotá para poder volar, rogamos gestiones pertinentes y a tiempo”, pide Godínez. Él se encuentra a 20 horas de la capital y necesita el billete de avión como salvoconducto para moverse por un país paralizado por el coronavirus. Una situación similar a la de Francesc Masó, un turista que se quedó atrapado en la selva del Putumayo. La ciudad más cercana, Pasto, está a 60 kilómetros y desde ella tendría que viajar en bus a Bogotá. “Si voy en el vuelo del día 9 y me avisan un par de días antes, no me da tiempo a llegar”.

A las restricciones para desplazarse por el país se suma la difícil situación económica de algunos tras más de dos meses en alojamientos turísticos, el fin de la cobertura médica del seguro, la interrupción de proyectos laborales o haber sufrido un ERTE en España. “Psicológicamente me encuentro muy mal y ya no tengo con qué sostenerme”, dice Cristina Ortega, que se encuentra en Cali con su hija de menos de un año y afrontando gastos médicos. Desde Atrapados en Colombia, explica Godínez, están gestionando con fondos privados los casos más críticos, incluso “personas que estaban a punto de dormir en la calle”. 

Cinco vuelos y baile de cifras

Exteriores fletó un primer vuelo de retorno el 27 de marzo, tras el cierre del espacio aéreo colombiano el 23. Desde entonces, han salido cinco vuelos más, todos en mayo y algunos con asientos vacíos, critican quienes aún permanecen en Colombia. Sobre la acusación de no programar vuelos en Abril, el Ministerio y la Embajada señalan que un inicio se calculó que no eran necesarios tantos vuelos, ya que en el trayecto del 27 de marzo quedaron libres 80 plazas.

Conforme se fue complicando la situación de cierre de fronteras, a lo largo del mes de abril, aparecieron personas con un perfil distinto: “Españoles que llevaban más de tres meses en el país, dobles nacionales y colombianos residentes que no teníamos registrados”, según Gómez de Olea. “Calculamos que ahora mismo hay unos 1.000 españoles y 500 colombianos”, aunque en la base de datos de la embajada para optar a los vuelos han llegado a estar inscritas más de 3.000 personas. “Algunos son extranjeros y con la situación del estado de alarma en España no reúnen las condiciones para ingresar”, ha apuntado el embajador.

Desde la embajada explican que “algunos pasajeros no pudieron viajar por falta de documentación o documentación caducada” en el vuelo del 19 de mayo, unas circunstancias que “escapan totalmente a nuestra capacidad de manejo”.  Los dos próximos vuelos de retorno Bogota-Madrid tendrán lugar los días 9 y 16 de junio, operados por Iberia y con un coste que oscilará entre 300 y 900 euros. “Son precios razonables teniendo en cuenta la situación de mercado”, apuntan fuentes del Ministerio, opinión que no comparten varios entrevistados, que insisten en que intentaron contactar con la embajada desde el inicio de la crisis.

Residentes en España, los más desprotegidos

“El miércoles, tras más de un mes sin recibir respuesta por parte de la embajada sobre si estaba en la lista de espera, finalmente me confirmaron vía Twitter que los residentes no colombianos no éramos una prioridad en este momento y que contactáramos nuestras respectivas embajadas”, cuenta Gabriel Selby, de nacionalidad británica, pero residente en Cádiz, donde también vive su madre, a la que han diagnosticado recientemente una enfermedad.

Él estaba realizando un proyecto en la Universidad de Antioquía, que se suspendió por el virus. “La situación con el consulado británico es similar: caótica, con insuficientes vuelos y mucha incertidumbre y viajar al Reino Unido no me acerca sino simbólicamente a casa, pues con la actual restricción de vuelos comerciales entre Inglaterra y España, posiblemente me quede atrapado allí también”, asevera. “Mis ahorros se agotan y mi desesperación aumenta”. 

No hay datos oficiales sobre el número de residentes de terceras nacionalidades varados en el país latinoamericano, los más desprotegidos al no estar considerados como prioridad. Som Singh, indio pero con residencia permanente en España desde hace 11 años y en Colombia por turismo, afirma estar ahora “sin trabajo, sin dinero y sin ayuda de nadie”. Karina Limaco, venezolana residente en España, se quedó atrapada en la ciudad fronteriza de Cúcuta, donde pasaba unos días de vacaciones. “No puedo volver a Venezuela, mi vida y mi marido están en España”, dice, asegurando que su situación tras más de dos meses cubriendo gastos es “precaria”.

“Los cinco vuelos de retorno organizados hasta la fecha se han centrado en la categoría de viajeros españoles y en otros en los que se han detectado situaciones de vulnerabilidad. Ello ha incluido también a dobles nacionales hispanocolombianos que han ingresado en el país como colombianos y por tanto no figuran oficialmente en el cómputo de españoles 'turistas'”, defienden desde la embajada. “Hasta la fecha han retornado más de 1.200 ciudadanos españoles, sin contar unos doscientos españoles más retornados en vuelos de otras compañías europeas”.

Sin embargo, el tiempo avanza y la situación es complicada incluso para los colombianos residentes en España o con doble nacionalidad que permanecen con familiares. Dana Salgado, de 21 años, llegó a Colombia el 14 de febrero, en su cuarta semana de embarazo, para pasar mes y medio con su familia.  Ahora está en la decimonovena semana de gestación y teme no poder regresar a España a tiempo para dar a luz y reunirse con el padre del bebé, que es quien le ayuda con los gastos médicos que no tiene cubiertos. “El doctor ha sido claro y me ha dicho que en agosto ya no me será posible viajar”. 

“Ya no podemos más, es por salud”, lamenta Cristina Ortega. Su caso es uno de los más complicados: aún no tiene pasaporte para su hija, que nació de forma prematura en Colombia antes de la pandemia, cuando se encontraba visitando al padre, un amigo con quien ya no mantiene una relación sentimental.  Durante la tarde del jueves, la Embajada anunció en Twitter la primera lista para el vuelo del 9 de junio. “Vamos a seguir trabajando en las dificiles circunstancias actuales para facilitar el retorno de nuestros conciudadanos” .

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