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Opinión - El problema de los tres gorros. Por Elisa Beni

Quién es Li Qiang, el favorito de Xi para ser el nuevo primer ministro de China

Li Qiang, durante el Congreso del Partido Comunista Chino en el que fue nombrado miembro del Politburó.

Verna Yu

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Antes de que empezara el vigésimo congreso del Partido Comunista, pocas personas fuera de China sabían quién era Li Qiang y, mucho menos, que sería el segundo líder más poderoso de China. 

Cuando el jefe del Partido Comunista de Shanghái acompañó el domingo a Xi Jinping al escenario en el Gran Palacio del Pueblo, resultó evidente que el hombre de 63 años había sido consagrado como el número dos del Comité Permanente del Politburó. También está a punto de convertirse en el próximo primer ministro del país, lo que ocurrirá en la sesión legislativa anual de marzo, cuando Li Keqiang deje el cargo tras dos mandatos. 

Históricamente, Shanghái ha sido un criadero de líderes nacionales de primera fila pero, a diferencia de muchos de sus predecesores que llegaron al cargo de primer ministro, Li no tiene experiencia como viceprimer ministro. Tampoco posee una dilatada experiencia en administraciones regionales como, por ejemplo, haber liderado una provincia pobre, que suele ser un requisito para los funcionarios que apuntan a los principales puestos en el partido. 

Confinamiento de Shanghái

La reputación de Li sufrió un revés por la gestión del confinamiento de dos meses en Shanghái durante la pandemia y la cual provocó el enfado de mucha gente, desencadenó algunas protestas y perjudicó la economía de la ciudad, que depende de las fábricas y las exportaciones. 

Antes de la revelación de este domingo, los especialistas en China esperaban que otro candidato, Wang Yang, un antiguo viceprimer ministro, ascendiera a primer ministro. Pero había un problema: él pertenece a la Liga de las Juventudes de China, una facción rival que los analistas dicen que Xi considera una amenaza a su mandato. 

Según los especialistas, el nombramiento de Li demuestra que Xi valora la lealtad y la confianza por encima de todo lo demás. Aunque Li tuviera experiencia en la gestión económica regional, han sido esa lealtad y confianza las que han llevado al presidente a elegirlo como su número dos. 

“Es alguien cercano a Xi y tiene su confianza”, dice el profesor Jean-Pierre Cabestan, académico del Asia Centre, con sede en París. “Xi ahora está rodeado de hombres que le dicen a todo que sí y no hay lugar para rivales”, apunta. 

Fiel asistente de Xi

Los lazos de Li Qiang con el presidente se remontan a hace casi dos décadas. Cuando Xi era el jefe del partido en la provincia de Zhejiang, Li era su jefe de gabinete y su asistente personal principal de facto entre 2004 y 2007, antes de que Xi se fuera a Shanghái para hacerse cargo del puesto de líder del partido. Cuando Xi se convirtió en líder de China, ascendió a Li primero a gobernador de Zhejiang y luego, a secretario del partido en la provincia de Jiangsu, dándole así la experiencia en gobierno regional y las credenciales que necesitaba para puestos más importantes. 

Li, junto con Cai Qi y Li Xi, que también ascendieron al poderoso comité permanente este domingo, son parte de la llamada “nueva tropa de Zhejiang” y trabajaron con Xi en ese poderoso centro económico al sur de Shanghái. Durante ese período, Li acompañó a Xi en muchos viajes de trabajo, editó sus discursos y ayudó a diseñar la dirección de las políticas de Xi. 

Xi nombró a Li como jefe del partido de Shanghái en 2017, como parte de una jugada estratégica para colocar a sus aliados en posiciones clave y llevar su base de poder a los rangos más altos del partido. 

Como primer ministro, Li será el encargado de reimpulsar la economía china, que ha sufrido las duras consecuencias de la política de “cero COVID” durante casi tres años y en medio de relaciones complicadas con Estados Unidos. Algunos esperan que Li, un antiguo jefe del partido de Wenzhou (un núcleo de negocios en Zhejiang, donde nació el futuro primer ministro), sea capaz de sacar a China de sus problemas económicos. 

Se espera que se centre en sectores de innovación y alta tecnología, según el plan de Xi para desarrollar esas áreas, tal como se estableció en el informe de trabajo del congreso del partido. Li, que ha supervisado muchas inversiones extranjeras en Shanghái durante su mandato, ha sido descrito por gente que lo conoce como alguien pragmático con un estilo de trabajo a favor de los negocios y las empresas. 

Como hombre de confianza de Xi, se espera que Li tenga una mayor libertad para gestionar la economía que su predecesor, Li Keqiang, considerado como una amenaza por Xi. Pero los analistas dicen que es poco probable que el antiguo asistente de Xi lo desafíe o tenga una posición demasiado fuerte. 

“El papel del primer ministro en relación con Xi cambió y pasó a ser el de un ejecutor de sus decisiones. Lo que necesita [Xi] es alguien que aplique sus medidas con fuerza. Durante el confinamiento de Shanghái, Li demostró ser un leal ejecutor de la políticas de Xi de COVID cero”, asegura Chen Daoyin, antiguo profesor de la Universidad de Derecho y Ciencias Políticas de Shanghái. 

Li llevó adelante con lealtad la orden de “COVID cero” de Xi, a pesar de que el confinamiento extendido en Shanghái provocó el enfado de la gente y exigió un coste económico muy alto. En medio del confinamiento de dos meses, Li les dijo a sus funcionarios que debían “aplicar con firmeza la tarea del ‘COVID cero” según el espíritu de las instrucciones de Xi. 

Willy Lam, académico del think-tank Jamestown Foundation de Washington, indica que Li sabe muy bien que debe su carrera a Xi, su mecenas. “No tiene ningún logro político especial en el que apoyarse, está muy claro que debe su posición a Xi. Lo que Xi le diga que debe hacer, él lo implementará. Sería muy diferente con Li Keqiang… él tiene que seguir a Xi en un 100%”, concluye. 

Traducción de Patricio Orellana

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