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Los líderes políticos en Europa y EEUU que han dicho lo mismo que Pedro Sánchez sobre el conflicto en Gaza

El ministro de Exteriores británico, David Cameron, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en Jerusalén el 23 de noviembre.

María Ramírez

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Poco después de recibir el jueves pasado al presidente Pedro Sánchez, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tuvo otra reunión donde escuchó un mensaje parecido al del español de otro líder político europeo. El nuevo ministro de Exteriores británico y ex primer ministro, el conservador David Cameron, le insistió en que las muertes de civiles en Gaza son “demasiado numerosas”, que las fuerzas israelíes deben respetar el derecho internacional y que Israel tiene que ser más duro con la “inaceptable violencia” de los colonos en Cisjordania. 

Cameron no lo hizo ante las cámaras con Netanyahu al lado, como Sánchez, sino que se lo dijo al primer ministro israelí durante su reunión bilateral y después lo contó en una entrevista en la BBC cuando todavía estaba de visita en la región. Cameron también insistió en que hace falta una solución de seguridad y paz duradera para los palestinos y los israelíes. 

Los comentarios de Cameron han despertado alguna crítica aislada en casa, pero no ha habido reprimenda diplomática de Israel contra el Reino Unido. En cambio, las consecuencias diplomáticas fueron el viernes para España y para Bélgica, cuyo primer ministro, el conservador liberal Alexander De Croo, acompañaba a Sánchez en el paso de Rafah, en Egipto, coincidiendo con la liberación de los primeros rehenes. El belga hizo declaraciones parecidas sobre la muerte de “demasiados civiles” en Gaza. El presidente español utilizó el adjetivo “insoportable” para referirse a las víctimas civiles, pero su mensaje era similar al de otros líderes europeos. 

Reprimenda contra Irlanda

Este domingo, Israel también se ha quejado por un post en la red X del primer ministro irlandés, el centrista conservador Leo Varadkar, tras la liberación de una niña de nueve años israelí-irlandesa que era rehén de Hamás. “Este es un día de enorme alegría y alivio para Emily Hand y su familia. Una niña inocente que estaba perdida ha sido encontrada y devuelta, y respiramos con un enorme suspiro de alivio. Nuestras plegarias han sido escuchadas”, escribió el irlandés. 

El Gobierno israelí convocó a la embajadora irlandesa en su país este lunes para transmitirle su incomodidad con las palabras del primer ministro, en particular, “perdida” y “encontrada”. En este caso, la niña secuestrada por el grupo terrorista había sido dada por muerta en el ataque del 7 de octubre y unos días después su padre descubrió que había sobrevivido y era parte de los 240 rehenes de Hamás. El ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, dijo que el primer ministro irlandés había perdido “su brújula moral” por no utilizar explícitamente la palabra “secuestro” y, según él, “normalizar el terror”.

Varadkar compartió después el comunicado completo, donde cuenta el sufrimiento de la familia de la niña secuestrada y también recuerda a los rehenes que siguen en manos de Hamás. Un ministro del Gobierno irlandés respondió este lunes que Israel está “sobreactuando” y se refirió a los casos de España y Bélgica. “Israel ha decidido amonestar a varios embajadores de varios países europeos en los últimos días. Está en su derecho. Creo que es un poco de sobreactuación”, comentó a la radiotelevisión pública irlandesa Simon Harris, ministro de Educación.

Irlanda ha sido uno de los países más críticos con el Gobierno de Netanyahu. A principios de noviembre, Varadkar se quejó de que los ataques israelíes a Gaza parecían “una venganza” y el ministro de Exteriores dijo que Israel estaba bombardeando de manera “desproporcionada”. El Sinn Féin, en la oposición y tradicionalmente cercano a la causa palestina, ha pedido que Irlanda denuncie a Netanyahu ante la justicia internacional y que expulse al embajador israelí en Irlanda (sus demandas fueron rechazadas en una votación en el Parlamento).

Críticas crecientes

Tras el shock por los atentados del 7 de octubre y el apoyo a que Israel se defienda, los mensajes que escucha de manera directa o indirecta Netanyahu de líderes occidentales son parecidos y cada vez más críticos. Algunos intentan contentar a sus propias y divididas opiniones públicas y otros afrontan debates dentro de sus gobiernos.

Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, dijo el viernes que la violencia de los colonos en Cisjordania “debe parar” y abogó por un Estado palestino. “Los palestinos y los vecinos árabes necesitan la seguridad de que no habrá desplazamientos forzosos sino una perspectiva viable, con un Estado palestino independiente, con Gaza y Cisjordania reunificados y gobernados por una autoridad palestina reformada. Para esto, la violencia inaceptable de extremistas en Cisjordania tiene que parar. La coexistencia solo es posible con una solución de dos Estados”, dijo. Von der Leyen, conservadora alemana, fue acusada de no ser suficientemente firme en la petición del respeto del derecho internacional a Netanyahu en su viaje a Israel poco después de los ataques terroristas. 

Este lunes, Josep Borrell, el jefe de Exteriores de la UE, recordó durante la reunión de líderes del Mediterráneo en Barcelona que los asentamientos son “una grave violación del derecho internacional humanitario” y “el mayor lastre para la seguridad de Israel”.

El abrazo del oso

Las estrategias públicas varían, pero los mensajes se repiten, también por parte del principal aliado militar y político de Israel, Estados Unidos. El presidente Joe Biden condena con claridad los ataques terroristas de Hamás y apoya a Israel, pero también insistió desde su primera visita a Netanyahu en que el líder de Israel no debía dejarse llevar por “la ira” y cometer los mismos “errores” que Estados Unidos tras los atentados del 11-S. 

La Casa Blanca describe la estrategia de Biden como “el abrazo del oso” –literalmente abrazó a Netanyahu en Tel Aviv unos días después de los atentados de Hamás–, es decir evitar las críticas más duras en público para no romper con el líder israelí y así tener margen de influencia. Estados Unidos ha mediado para abrir corredores para que entren víveres y medicinas a Gaza y ha presionado a favor de las llamadas pausas humanitarias a falta de un alto el fuego más permanente. 

En privado, Biden ha sido más claro con Netanyahu. En una reunión con el equipo militar de Israel en su visita del 18 de octubre, Biden le dijo abiertamente que estaba en contra del aislamiento al que estaba sometiendo Gaza al no dejar entrar ayuda humanitaria. “Estoy completamente en desacuerdo con esa política”, dijo, según el Washington Post.

Pese a sus equilibrios, Biden y su Gobierno también han endurecido sus palabras en público en las últimas semanas. En el comienzo de la operación contra Hamás, Biden insistió al primer ministro israelí en que tenía que “proteger a los civiles” en Gaza y permitir más ayuda humanitaria. Este fin de semana, en sus palabras sobre la liberación de rehenes en Gaza, Biden subrayó la necesidad de una solución de paz que incluya un Estado palestino.

“También debemos mirar al futuro. Tenemos que parar este ciclo de violencia en Oriente Próximo. Debemos renovar nuestra determinación para conseguir una solución de dos Estados donde israelíes y palestinos puedan vivir un día unos junto a otros en una solución de dos Estados con el mismo respeto a la libertad y la dignidad. Dos Estados para dos pueblos. Y esto es más importante ahora que nunca”, dijo Biden. También recordó el “sufrimiento de palestinos inocentes” y dijo que a “Hamás no le importa un pepino”. 

En X, Biden ha repetido que Israel tiene que distinguir entre terroristas y civiles, y ha dicho que ha hablado con Netanyahu de que tiene que respetar el derecho internacional y de que no puede “ignorar la humanidad de palestinos inocentes que sólo quieren vivir en paz”. 

Biden ha pedido dinero al Congreso para dar más ayuda humanitaria a Gaza y amenaza con vetar la entrada en Estados Unidos de israelíes “extremistas”, en referencia a colonos responsables de ataques contra palestinos en Cisjordania. 

“Demasiados palestinos han sido asesinados. Demasiados han sufrido en estas últimas semanas. Hay más que se puede y se debe hacer para minimizar el daño a los civiles palestinos”, dijo Antony Blinken, el secretario de Estado de EEUU, el 10 de noviembre. 

Gobierno y ciudadanos divididos

En cualquier caso, la Administración Biden está dividida y una parte ha pedido al presidente que sea más duro y distante con Netanyahu también en público, según el Post, que informa sobre una reunión donde varios miembros de su gabinete se quejaron de la falta de contundencia en la condena de los bombardeos de civiles.

El Post señala como una de los momentos de cambio para Biden un encuentro con un grupo de líderes musulmanes estadounidenses con familiares en Gaza en la Casa Blanca después de que el presidente pusiera en duda las cifras de muertos que publica el Gobierno de Hamás. Biden les pidió perdón, dijo que estaba “decepcionado consigo mismo” y prometió que no volvería a suceder. La reunión tenía que haber durado media hora, pero se alargó una hora y acabó con otro abrazo de Biden, esta vez a una víctima palestina. 

Los debates del Gobierno estadounidense también reflejan los de la de opinión pública de Estados Unidos, dividida sobre qué hacer frente al conflicto en Oriente Próximo y la violencia y enfrentamientos entre comunidades también en casa. Según la última encuesta de Quinnipiac del 16 de noviembre, en la población general, el 54% dice que apoya más a israelíes que a palestinos frente al 24% que dice lo contrario; el respaldo a los palestinos ha subido desde su sondeo del 17 octubre. Los votantes demócratas apoyan ahora más a palestinos que a israelíes, un cambio respecto al sondeo de hace un mes. Hay también una brecha generacional más allá de la ideológica, puesto que una clara mayoría de personas entre 18 y 34 años (el 52%) dice respaldar a los palestinos más que a Israel (el 29%). Más del 70% de la población, en cualquier caso, culpa a Hamás de esta nueva espiral de violencia. 

España es diferente

Las opiniones públicas en la mayoría de los países occidentales están más divididas que en España, donde la inclinación pro-palestina viene de atrás y ha habido menos movilización.

Se nota también en las calles: en Londres y en París ha habido manifestaciones de más de 100.000 personas en apoyo a los palestinos y también contra el antisemitismo. En Madrid o en Barcelona, no ha habido concentraciones tan numerosas, pero las que han reunido a más participantes han sido para respaldar a los palestinos. 

El apoyo a la causa palestina en España es anterior a este momento en el conflicto. En una encuesta internacional de YouGov de mayo, donde se pueden comparar países en Europa Occidental y Estados Unidos, España es el país que muestra un porcentaje más alto entre los encuestados de apoyo al lado palestino cuando se da a elegir: el 31% dice “el lado palestino”, el 12%, “el lado israelí”, el 20%, “ambos lados” y el resto no está seguro. También es el país que tiene el porcentaje más alto de personas que creen que su Gobierno apoya más el lado palestino (si bien casi el mismo número de personas cree que apoya más a Israel). 

YouGov no ha publicado datos más actualizados sobre todos los países, pero tiene más datos sobre el Reino Unido, donde la mayoría de la población apoya por igual a palestinos e israelíes.

Según sus últimos datos, el 19% dice que está más del lado israelí y un porcentaje idéntico dice lo mismo del lado palestino. Un 31% dice que respalda a ambos y el resto no está seguro. 

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