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Una masiva manifestación y una huelga general muestran la capacidad de resistencia ante el feroz ajuste de Milei

Vista área de la Plaza de los Dos Congresos en Buenos Aires, el 24 de enero de 2024, durante el primer paro al Gobierno de Javier Milei

Sebastián Lacunza

Buenos Aires —

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Una masiva manifestación copó este miércoles la plaza de los Dos Congresos y se extendió por varias cuadras del centro de Buenos Aires, en el marco de la primera huelga general en Argentina contra las políticas del ultraderchista Javier Milei. La multitud completó con creces las expectativas de los organizadores, la peronista Confederación General del Trabajo y la también peronista e izquierdista Central de los Trabajadores Argentinos.

Los jefes sindicales informaron que 1,5 millones de ciudadanos participaron de manifestaciones en todo el país y 600.000 en la capital argentina. Ciudades como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Bahía Blanca y Bariloche también escenificaron marchas con alta concurrencia.

En Madrid, Lima, París, Montevideo, Londres, Bruselas y otras capitales hubo protestas en solidaridad, lo que da cuenta de lo internacionalmente divisivo que se ha transformado el ultra Milei, portador de una personalidad tan agresiva y de ideas de un libertarianismo tan extremo que encuentra pocos parangones.

Voceros del Gobierno evaluaron que unos 40.000 argentinos participaron de la manifestación en Buenos Aires, mientras que la Policía de la Ciudad difundió una estimación de 80.000. La plaza de los Dos Congresos se extiende a lo largo de 300 metros, por 100 de ancho. Estaba repleta, así como cuatro cuadras de la histórica Avenida de Mayo, parte de la amplia avenida 9 de Julio y otras vías adyacentes.

Escasa actividad en las ciudades

El paro se extendió desde las 12 hasta la medianoche, y las evaluaciones sobre el acatamiento fueron igualmente dispares. Un éxito para los sindicatos, imperceptible para el Gobierno. Las calles de las ciudades lucían con muy escasa actividad una vez que se desconcentraon las manifestaciones, aunque algunos comercios se mantuvieron abiertos en los barrios.

En cualquier caso, la concurrencia al acto central desafió la amenaza de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que inundó las calles de policías e impulsa medidas para, en los hechos, prohibir la protesta. Las fuerzas de seguridad pretenden que los manifestantes pidan permiso y transiten por las veredas, sin interrumpir la circulación de vehículos. Desde que asumió Milei, también asumieron por norma requisar ómnibus que trasladan a participantes de las protestas.

En el mediodía del miércoles, una multitud proveniente del suburbio sur de la ciudad de Buenos Aires fue interceptada y no pudo llegar al Congreso, porque tres formaciones policiales impidieron su paso por el puente Pueyrredón, que une a la capital argentina con el industrial municipio de Avellaneda, donde tienen sus sedes los famosos clubes Racing e Independiente.  

El argumento del desorbitado despliegue policial fue que la multitud interrumpiría el tránsito por ese puente. En los hechos, fueron los propios efectivos los que inutilizaron la vía a lo largo del día.

Los sindicatos, colectivos sociales, partidos políticos y organismos de derechos humanos se habían organizado para marchar compactos y así evitar incidentes aislados que pudieran derivar en choques con la policía y detenciones. Al cierre de esta edición, no se habían producido incidentes de relevancia.

El acto contó con dos oradores centrales, Pablo Moyano, del gremio de Camioneros, y Héctor Daer, de Sanidad, ambos cosecretarios generales de la CGT.

Daer pidió a los diputados nacionales que “no actúen agazapados en la oscuridad” y rechacen el decreto de necesidad y urgencia (DNU) y la ley “Bases”, mediante la cuales Milei pretende encarar privatizaciones masivas, liberar restricciones para tomar deuda en dólares, restringir la protesta al mínimo, eliminar políticas científicas y culturales, y una amplia gama de reformas que modifican o anulan cientos de leyes.

“Ahora les decimos que, de acuerdo al mandato popular, miren a todos ustedes a la cara, que nos miren a los ojos, que actúen en consecuencia, que no actúen en la oscuridad, agazapados, porque les dijeron que son coimeros”, dijo Daer,. Milei había acusado a los legisladores más amigables a sus políticas que demoraban el apoyo porque pretendían sobornos.

La CGT no cesará 'hasta que caigan' el DNU y la megaley, que entre ambas abarcan cerca de 900 artículos

Héctor Daer CGT-Sanidad

El paro y la manifestación coinciden con el último tramo de la negociación en la Cámara de Diputados para aprobar la ley “Bases”. Horas antes del acto, La Libertad Avanza, el partido de Milei, que cuenta con presencia legislativa muy minoritaria, logró aprobar en tres comisiones el dictamen para tratar el proyecto en el recinto, el próximo martes. Con disidencias parciales, el PRO —del expresidente conservador Mauricio Macri—, gran parte de los representantes de la Unión Cívica Radical (UCR), peronistas de derecha y representantes de partidos provinciales firmaron en dictamen. También, en un hecho de alto impacto, negociadores de Milei lograron doblegar a tres legisladores peronistas de la provincia de Tucumán, tras haber acordado con el gobernador, Osvaldo Jaldo, que el Ejecutivo mantendrá las barreras arancelarias para el azúcar, importante fuente de empleo en el distrito del norte argentino.

La CGT no cesará “hasta que caigan” el DNU y la megaley, que entre ambas abarcan cerca de 900 artículos, dijo Daer. “Vamos a seguir la lucha hasta que lleguemos al éxito, hasta que caigan el DNU y la ley ómnibus; no vamos a dar un paso atrás, viva el pueblo argentino, viva el movimiento obrero, ¡la patria no se vende!”, enfatizó.

Los planes de Milei abarcan una flexibilización laboral clásica que reduce las indemnizaciones, extiende el período de prueba y recorta al mínimo el derecho a huelga. El desempleo no es el principal problema de Argentina, ya que llegaba en el tercer trimestre de 2023 a 5,7%; sí lo son el trabajo no registrado, que alcanza a 36% de la fuerza laboral, y la caída estrepitosa de los salarios.

El discurso de Daer procuró abarcar la multitud de derechos afectados por el DNU y la gigantesca ley: “vienen por la ciencia y no les importa regalar las empresas que son fruto de los científicos argentinos; no les importa la educación; no les importan los compañeros del empleo público ni los docentes”. Milei quiere “vender todas las empresas del Estado”, “meter a todos presos” y “privatizar el deporte”, enumeró.

El acto comenzó pasadas las 2:00 de la tarde argentinas (6:00 pm de España). El primero en tomar la palabra fue Moyano, quien también dirigió un mensaje a los legisladores peronistas disidentes o de la línea oficial que podrían darse vuelta.

“Un peronista no puede votar este DNU que va en contra de los trabajadores, en contra de los jubilados y de la soberanía nacional”, alertó Moyano. “Les pedimos a los diputados que tengan dignidad, que tengan principios, que no se ofendan si algún compañero les dice algo en los medios. Les pedimos que no traicionen a los trabajadores, que no traicionen a la doctrina del peronismo”, continuó.

El nudo del reclamo, que probablemente disparó el éxito de la convocatoria y del paro, es que los salarios se están desplomando. La devaluación de 54,3%, dispuesta por el ultraderechista nada más asumir, disparó un alza de precios muy superior a la existente, que ya era elevada. En diciembre, el registro marcó 25,5% y los pronósticos indican que el porcentaje seguirá en ese orden en enero, febrero y marzo. Los salarios y las jubilaciones marchan muy por detrás, por lo que estarían perdiendo valor a un ritmo mucho más acelerado del que padecieron durante el Gobierno del conservador Mauricio Macri (2015-2019) y la pandemia.

El peronista de centroizquierda Alberto Fernández (2019-2023) demostró no haber sido capaz de revertir esa situación. Durante su presidencia, sólo contuvo los ingresos para los jubilados que ganan la mínima y los trabajadores con empleo registrado, mientras el resto siguió cayendo a niveles similares a los de la era Macri.

La manifestación culminó con un minuto de silencio en honor a Schejne María Sara Laskier de Rus, una Madre de Plaza de Mayo de 96 años, cuyo hijo, Daniel, fue secuestrado en 1977. Sara Rus, como se la conocía, había sido prisionera de Auschwitz, donde perdió a parte de su familia, y emigró a la Argentina en 1948.

“¡Hasta siempre compañera! Seguiremos haciendo memoria para que los crímenes contra la humanidad cesen”, publicó Abuelas de Plaza de Mayo en su cuenta de la red social X.

Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, participó de la manifestación en su silla de ruedas. Su colega Taty Almeida dirigió unas palabras a la multitud: “Las locas decimos que a pesar de los bastones y las sillas de ruedas, seguimos de pie”. 

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