El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó este jueves durante una visita al centro médico Soroka, en la localidad de Beersheba, tras ser alcanzado por un misil iraní durante la madrugada. Netanyahu, quien ofreció declaraciones a los medios en las que no descartó un ataque contra el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, aseguró que “todos nosotros estamos pagando un precio personal” en la guerra, y puso como ejemplo la cancelación de la boda de su hijo.
Preguntado directamente si Jamenei es “un hombre muerto andante”, Netanyahu afirmó que había dado instrucciones de que “nadie es inmune”. “Prefiero no tratar con titulares y dejar que las acciones hablen por sí mismas”, añadió el primer ministro israelí, que señalaba que “durante una guerra las palabras tienen que ser elegidas con cuidado, y las acciones con precisión”.
Netanyahu agregó también que espera esto “también de mis ministros”, en una crítica implicita al ministro de Defensa Israel Katz, quien ha amenazado públicamente al líder espiritual de Irán con un ataque directo contra su integridad. “Todas las opciones están abiertas”, dijo Netanyahu, que reconoció que “es mejor no hablar sobre esto en la prensa”.
Acto seguido, afirmó que “todos nosotros estamos pagando un precio personal” en esta guerra entre Israel e Irán “y que tampoco ha evitado a mi familia”. “Mi hijo ha cancelado una boda”, reseñaba, en referencia a Avner Netanyahu, que anunció este lunes que posponía su enlace matrimonial ante el conflicto desatado por su propio padre.
El primer ministro de Israel y líder del Likud hizo referencia también a la posibilidad de que Estados Unidos se una a la guerra contra Irán aunque dejó la pelota en el tejado de su aliado: “Es una decisión para el presidente Trump”. “Hará lo que es bueno para América, y yo haré lo que es bueno para Israel”, dijo Netanyahu, que apuntó que Israel tiene la habilidad de llevar a cabo la misión “al completo” por sí mismo si fuera necesario: “Al final de esta operación, no habrá una amenaza nuclear sobre Israel, y no habrá una amenaza balística”.
Este mismo jueves, el presidente de EEUU Donald Trump se ha dado un plazo de dos semanas para dar espacio a la negociación diplomática con Irán y para decidir si mete a su país en la guerra lanzada por Israel y lanza un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes.