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Un nuevo temporal azota Grecia y los ciudadanos pierden la confianza en la gestión del Gobierno

Vista aérea de una aldea cerca de la ciudad de Trikala, en la región de Tesalia, después de que el temporal Daniel arrasara Grecia Central.

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Un nuevo temporal ha azotado Grecia, causando graves daños en viviendas y la red de carreteras en toda la región central del país, la misma que fue duramente golpeada a principios de mes por el ciclón Daniel, que dejó 17 víctimas mortales.

La tormenta Elias llegó a esa zona de Grecia el miércoles por la tarde, causando lluvias torrenciales e inundaciones en diferentes localidades. La ciudad de Volos, de 150.000 habitantes, ha quedado totalmente inundada, mientras que en el 80% de la urbe no hay electricidad y se registran problemas en el suministro de agua este jueves, según la Agencia EFE.

Más de 300 personas han sido rescatadas en esa ciudad, donde la Policía ha prohibido la circulación de vehículos y los Bomberos han recibido 1.200 llamadas de socorro. El alcalde de Volos, Achilleas Beos, ha pedido a los vecinos que permanezcan en sus casas y se resguarden. “La gente no puede aguantar más. No puedo entender la furia de la naturaleza. Protegeros!”, ha dicho en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.

En todas las zonas afectadas, unos 4.000 residentes que se quedaron atrapados han tenido que ser rescatados y trasladados a lugares seguros, desde ayer y hasta esta mañana, según los datos del cuerpo de Bomberos.

Las autoridades griegas han ordenado durante la noche la evacuación de varias localidades, antes de que ríos y arroyos se desbordaran e inundaran decenas de pueblos. En las regiones de Trikala, Karditsa y Larisa (centro), que aún no se habían recuperado de los daños provocados por el ciclón Mediterráneo Daniel, muchas localidades se han visto anegadas.

Este jueves por la mañana, la tormenta Elias se ha desplazado hacia la isla de Eubea, al norte de Atenas, donde las fuertes precipitaciones han causado deslizamientos que han aislado los pueblos en la parte occidental y han dejado grandes destrozos.

Una tormenta tras otra

Elias llega tan sólo tres semanas después de Daniel, que fue la tormenta más potente que ha tenido lugar en Grecia desde que hay registros, en 1930. Muchos residentes de Volos han dicho a Reuters que las autoridades estaban aún haciendo frente a las consecuencias de Daniel y no estaban preparadas para la llegada de otra tormenta.

La misma región había sido azotada por un feroz ciclón mediterráneo (o “medicane”) llamado lanos hace exactamente tres años y los habitantes están furiosos porque, desde entonces, apenas se han tomado medidas de prevención ante las inundaciones - incluso si la mayoría admite que las tormentas provocadas por Daniel, energizadas por un verano de calor sin precedentes, no tienen precedente.

“Podemos llamarla la tormenta perfecta”, afirmó al periódico británico The Guardian el profesor Christos Zerefos, el climatólogo más destacado de Grecia. “Encerrada entre dos sistemas meteorológicos, se quedó inmóvil, incapaz de moverse de oeste a este, tomando su energía del mar cada vez más cálido y descargando en Tesalia el equivalente a un año de lluvia en dos días”.

Zerefos, de 80 años, lleva mucho tiempo estudiando los cambios meteorológicos en el centro de investigación de física atmosférica y climatología de la Academia de Atenas. Es el primero que admitió que Daniel fue un fenómeno meteorológico extremo “muy inusual”, una tormenta cuya magnitud no creía que llegaría a ver nunca.

Pero lo que preocupa a Zerefos es que, con una atmósfera tan desestabilizada por un clima cambiante, puede que Ianos no sea un caso aislado. “El medicane Ianos provocó aproximadamente una quinta parte de los daños que Daniel”, explicó. “Lo que me asusta es que tengamos más sucesos como Ianos, digamos cada cuatro o cinco años, que no sólo serían muy destructivos, sino también muy costosos”.

Decenas de miles de cabezas de ganado han perecido y las cosechas se han anegado, y mientras los ciudadanos tratan de recuperarse del enésimo desastre natural, el Gobierno de centro-derecha de Kyriakos Mitsotakis está en el punto de mira.

Tras un verano de devastadores incendios forestales -incluido uno calificado como el mayor de Europa, que arrasó una zona del tamaño de Nueva York en el noroeste de Grecia-, ha crecido la preocupación entre los ciudadanos por la falta de preparación de las autoridades estatales para hacer frente a las catástrofes naturales, en una parte del mundo ya señalada como punto crítico de emergencia climática.

Un “Estado fallido”

La empresa de sondeos Metron Analysis publicó una encuesta de opinión justo después de las inundaciones y señaló que el 61% de los encuestados tenía una opinión negativa del Gobierno, en comparación con el 57% en mayo. Por primera vez desde que Mitsotakis -que ganó un segundo mandato de cuatro años en junio- asumiera el poder, los analistas han empezado a señalar que Grecia se asemeja a un “Estado fallido”.

“Prevalece la sensación de que Grecia es un Estado fallido, que no puede cumplir con las expectativas de la población ni con los desafíos”, afirmó a The Guardian Maria Karaklioumi, analista política de la encuestadora Rass. “Cuando Mitsotakis llegó al poder [en 2019] prometió que el país y el Estado funcionarían mejor y eso no ha ocurrido”.

Comparando el sentir griego con la reacción contra el presidente estadounidense George W. Bush, cuya reputación se vio gravemente afectada por la gestión del huracán Katrina en 2005, agregó: “La población se siente desprotegida y abandonada. Tras las inundaciones y los incendios, se ha evaporado cualquier sensación de seguridad que debería ofrecer el Estado”.

Después del impacto de Daniel, en su primer discurso económico anual desde su reelección, Mitsotakis subrayó que no sólo pondría de relieve los retos planteados por la emergencia climática, sino que seguiría adelante con los cambios estructurales de un sistema que ha sufrido claramente la presión de hacer frente a sucesivas catástrofes, al mismo tiempo que anunció ayudas para los damnificados por las inundaciones, tanto locales como financiadas por la UE.

Con la repercusión de los incendios forestales y las inundaciones en la economía griega que, por lo demás, va bien tras una década de crisis por la deuda, ha quedado patente que el clima se ha convertido claramente en el enemigo público número uno de Mitsotakis, más que cualquier otro enemigo potencial.

Elaborado con información de The Guardian, traducida por Emma Reverter.

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